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martes, 23 de marzo de 2021

24 de marzo: la memoria como campo de batallas políticas y culturales

Ante un nuevo aniversario del Golpe del 76 


Por Mariano Pacheco 

(Director del instituto Generosa Frattasi)




Nunca fuimos tan libres como durante la ocupación”, escribió alguna vez un provocativo Jean Paul Sartre para hacer referencia a la vida en París, bajo el nazismo, durante la Segunda Guerra Mundial.


Es que para la mirada existencialista, la libertad se juega en situación y, en medio de situaciones límites –como la tortura,por ejemplo,pero también bajo dictaduras y regímenes autoritarios-- cada decisión contribuye a forjar un proyecto a partir del cual el ser humano se define y experimenta (o no) algo de autenticidad en su paso por este mundo.

Es la obsesión de las y los escritores y filósofos que atravesaron semejante tragedia europea: ¿serían capaces de resistir la tortura? ¿Qué estuvieron dispuestos a hacer para fomentar e intensificar la resistencia? ¿Que no hicieron y qué consecuencias tuvo esa inacción? Es el tema tratado de manera magistral por Simone de Beauvoir en su novela La sangre de los otros.

Tratados y narrativas, las existencialistas, que marcaron a toda una generación: la de las y los intelectuales que en Argentina leyeron las traducciones de la editorial Losada, en libros que se vendieron por miles en la Avenida Corrientes, antes que la Nación padeciera un proceso que la reorganizara sobre nuevas bases.

Después, cuando los militares se replegaron y las atrocidades tomaron un mayor estado público, los dichos-sorpresa, las miradas distraídas, la construcción progresista del relato sobre el horror, centrado en el horror, como reverso angelical de la canalla teoría de los dos demonios.

¿Qué ha pasado? ¿Cómo ha pasado? ¿Cómo fue posible?

Nadie lo dice, pero todos lo saben: la dictadura cívico-militar fue posible por una mezcla de complicidad, y apoyo implícito, más allá del reducido apoyo explicito. Como lucidamente escribió Pilar Calveiro en su ya clásico libro Poder y desaparición, el Proceso de Reorganización Nacional no fue una "extraña perversión, algo ajeno a la sociedad argentina y su historia”.

Frente a ese horror militar, y esa complicidad o apoyo civil, los derechos humanos, el valiente accionar de un grupo de mujeres que salieron a reclamar por sus hijos e hijas que ya no estaban, "ni muertos ni vivos", simplemente desaparecidos, según las palabras del propio presidente de facto Jorge Rafael Videla.

Y luego la derrota, y el travestismo de los intelectuales revolucionarios –“travestismo”, como diría Antonio Gramcsi, y aquí pedimos paciencia a quienes leen este texto, porque el concepto expresa de manera cabal un proceso que requiere no hacer extrapolaciones en relación a las actuales y más recientes luchas por la diversidad--. La derrota de las apuestas revolucionarias, y también, el memorialismo como moral, frente a la memoria como campo de batallas políticas y culturales. El memorialismo como refugio progresista ante la imposibilidad de poner en pie un proyecto que recupere la iniciativa estratégica, y vuelva a discutir el Poder Real, como suele señalar mi amigo y compañero Mariano Rodolfo Martín. El memorialismo progresista como reafirmación del Nunca Más: al terrorismo de Estado, pero también a la Revolución. La Revolución, atrás, en el pasado. Por delante sólo aquello que permanece en los estrechos márgenes de la democracia… de la derrota.

Por eso en este homenaje a quienes nos antecedieron en las luchas y fueron arrancados de este mundo por el criminal odio clasista, quisiera destacar nuestra admiración por las Abuelas que salieron a rastrear el destino de sus nietos y nietas –esos bebés arrancados a sus madres en ilegal cautiverio--, sí, por supuesto; y nuestra admiración y homenaje a las Madres que salieron a caminar y patear puertas para exigir la aparición con vida de sus secuestrados hijos e hijas militantes... Pero también, nuestro gesto por destacar a las Madres/Abuelas, militantes ellas también incluso antes del secuestro de sus hijas e hijos, parte ellas de un pueblo con largas historias de luchas. Y nuestro homenaje a los grandes olvidados de esta historia, nuestra historia: las y los combatientes que enfrentaron la dictadura armas en mano, ejerciendo el legítimo derecho a la resistencia. Resistencia guerrillera que no hubiese tenido ningún sentido si no hubiese existido asimismo una intensa lucha obrera, no sólo desde las huelgas generales de 1979, sino incluso desde el mismísimo 24 de marzo de 1976, con las huelgas parciales, el trabajo a tristeza y los sabotajes.

No nos transformamos en lo que somos sino mediante la negación, íntima y radical, de lo que han hecho de nosotros, escribió un Sartre ya más viejo, pero más radicalizado, en esa proclama (el prólogo al libro Los condenados de la tierra, de Frantz Fanon) en apoyo al pueblo argelino que luchaba por liberarse de la opresión colonial francesa.

Lo que han hecho con nosotros, como pueblo, las clases dominantes, es arrebatarnos la vocación, la convicción, la voluntad de querer tomar el cielo por asalto.

La negación, íntima y radical de aquello, desde una filosofía militante como la que queremos rescatar aquí, será contribuir a que el punto de vista popular, con su deseo de cambio y su mirada realista, vuelva a situar la mirada en el infinito… y más allá.


* Transcripción de la editorial del #episodio2 de La parte maldita. Filosofía Errante y Sucio Rock, programa que se emite todos los jueves,de 14 a 15 horas, por Radio Gráfica de Buenos Aires

martes, 16 de marzo de 2021

73- 2001- 2023: La larga marcha hacia la justicia social

MARTES DE #FilosofiaErrante/ #FilosofiaMilitante 

 

Por Mariano Pacheco



El que-hacer intelectual contemporáneo, el diálogo intergeneracional, la lucha cultural. Reflexiones a propósito del inicio de un nuevo proyecto radial sobre filosofía y rock y los tiempos por venir.


I-

Cuando miramos para atrás no encontramos en la larga década kirchnerista demasiadas formas del qué-hacer intelectual que nos seduzcan –no encontramos allí, en ese período histórico, ninguna filosofía militante--, si bien rescatamos tramos vitales, bloques de experiencias que nos resultan productivas a la hora de pensar en la elaboración de un archivo teórico-político. Esas experiencias que nos interpelan, en lo fundamental, las podemos reducir a dos: la de El río sin orillas. Revista de filosofía, cultura y sociedad, y la “gestión González” de la Biblioteca Nacional (en la que se incluye la conformación del Museo del Libro y de la Lengua que dirigió María Pía López) .

Así y todo, no somos de los que pensamos que hay que retrotraerse a los años setenta para encontrar experiencias intelectuales que reivindicar, porque en el medio tenemos al 2001. Y con ese número, con esa fecha, nos referimos a un proceso más que a un Acontecimiento: el proceso de luchas desde abajo que va desde la pueblada de Cutral Có hasta la masacre en el Puente Pueyrredón, como hemos dicho ya en más de una oportunidad.

Proceso, sí, por más que la dictadura genocida haya utilizado ese concepto para intentar legitimar sus matanzas no lo vamos a dejar de usar, como no dejó de usarse en sus años previos el concepto de Revolución, más allá de que “La Dicta-blanda” del 66 y “La Fusiladora” del 55 lo hubiesen invocado para autoproclamarse. Proceso-2001 entonces, que también es un proyecto inconcluso, o más bien, transfigurado, metamorfoseado, porque no hay, dos décadas después de aquel Acontecimiento –y aquí nos referimos al 2001 en sentido estricto, es decir, a las jornadas insurreccionales del 19 y 20 de diciembre-- nada de aquello que se pueda reanudar en los mismos términos (como nada de los setenta fue susceptible de ser reanudado en los mismos términos luego de 1983). Pero sí, entendemos, tanto el 2001 como los 70´ pueden ser reapropiados, procesados, triturados para ser deglutidos y asimilar las proteínas que nos brindan para los tiempos por venir.

De aquella experiencia del 2001, a la que claramente podemos caracterizar hoy como histórica –en el doble sentido de que hizo historia al interrumpir el curso de la normalidad capitalista y de que, para decirlo con la poética de Raúl González Tuñón, “decir yo he conocido es decir algo ha muerto”-- rescatamos, fundamentalmente, la experiencia del Colectivo Situaciones y su propuesta de investigación militante. Obviamente no es la única experiencia: del 2001-proceso podríamos enumerar un conjunto de publicaciones (libros, revistas, folletos, cuadernos y cuadernillos, fanzines, períodico-murales); Cátedras Abiertas (como la –para nosotrxs-- emblemática “Che Guevara); Ferias y Encuentros; Jornadas de formación; Performances y Recitales… aunque no tantos colectivos de militancia intelectual (sí esfuerzos singulares de intelectuales-militantes y militantes-intelectuales).

No se trata, de todos modos, de moralizar la práctica política –como hacen tantos camaradas de 2001, militantes e intelectuales--, mucho menos en retrospectiva. Tampoco de hacer ejercicios contra-fácticos, como bien recomiendan no-hacer las y los historiadores que se sitúan de este lado de la barricada. Seguramente esa dispersión y ensimismamiento, se corresponda con el estado de las correlaciones de fuerzas existentes en la sociedad argentina de entonces.


II-

No quisiera dejar de mencionar, en esta retrospectiva –en esta suerte de genealogía-- el hecho de que esta nueva iniciativa –esta “trinchera radiofónica”-- tenga su comienzo un 11 de marzo, fecha emblemática de nuestra historia nacional, puesto que ese día –en 1949-- se sancionó la Constitución del Gobierno Democrático y Popular Peronista, y también –en 1973--- bajo la consigna-símbolo de “Cámpora al gobierno/Perón al poder”, se expresó ese otro proceso, el anterior al de la “reorganización nacional”: el de la ofensiva popular que se abre con el Cordobazo en mayo del 69´ y que, a su vez, puede inscribirse en el ciclo más largo de la resistencia peronista (de la lucha obrera contra la reacción patronal). Proceso de ofensiva popular, el de los cortos setenta, en el cual fueron fundamentales tanto experiencias de lucha obrera como de batalla de ideas: sea de gremios como el de Gráficos (con figuras como las de Raimundo Ongaro), o la Regional Córdoba de la CGT (con personalidades emblemáticas como las del Zurdo Agustín Tosco, el Criollo Atilio López o el Chino René Salamanca), sea el de experiencias del pensamiento crítico como las Cátedras Nacionales y figuras como las de Rodolfo Puiggros (o Juan José Hernández Arregui y el Grupo Cóndor –los Centros Organizados Nacionales de Orientación Revolucionaria--), o todo ese proceso de “nacionalización de las izquierdas” que puede verse ejemplificado con claridad en la Segunda Época de la Revista Pasado y Presente. Entre unos y otros –entre la lucha obrera y la batalla de ideas-- una figura clave anuda ambos frentes de combate: Rodolfo Walsh, primero director del diario CGT, luego integrante del diario Noticias e impulsor del Seminario Villero, más tarde gestor de la Agencia Clandestina de Noticias y la contra-inteligencia guerrillera en el marco de la organización Montoneros de la que era Oficial Segundo.

De las ruinas de aquellas experiencias y figuras emerge un programa como la “Parte maldita”, en una radio como Gráfica, que funciona al interior de la Gráfica Patricios, recuperada por sus trabajadores para sostener la fuente laboral con autogestión y sin patrón.


III-

En el primer número de su segunda época, el Grupo Pasado y Presente titulaba “La larga marcha hacia el socialismo” a su editorial en la que reflexionaba sobre el triunfo popular del 11 de marzo de 1973. Allí sostenían que:


En medio de segura irrupción de nuevas jornadas de lucha del pueblo, tras la derrota infligida a la dictadura el 11 de marzo, Pasado y Presente no pretende transformarse en sustituto de la práctica política ni colocarse por encima de ella. Reivindica para sí, en cambio, un espacio que considera legítimo, aunque el mismo sea mucho más ideológico-político que político a secas: el de la discusión, abierta a sus protagonistas activos, de las iniciativas socialistas en el movimiento de masas, de los problemas que, en ´la larga marcha´, plantea cotidianamente la revolución”.


Hoy, a dos décadas de la insurrección de 2001 (mirando hacia atrás) y a dos años de las elecciones presidenciales (posando la mirada en perspectiva), cabe preguntarse si, más allá de os nombres que elijamos para librar la disputa con las clases dominantes (parecen haber caído en desuso los conceptos de socialismo y revolución, más allá de su núcleo de verdad que sería bueno no dejarse marchitar), somos capaces de asumir, al menos, cuatro desafíos teórico-políticos para los tiempos por venir:


* Recrear una filosofía militante

* Contribuir a la cualificación de los Movimientos Populares

* Intensificar la formación de cuadros con perspectiva estratégica

* Asumir la necesidad de librar a fondo una lucha cultural


Sin estos elementos –seguramente entre varios otros-- será difícil, por no decir imposible, avanzar en un proceso de transformación. La radio no hace milagros, obviamente, pero como decía Lenin, la prensa puede funcionar como un andamio. Así sea periodismo cultural, y en la era digital, no dejamos de apostar a la elaboración de un programa, y no sólo radial, sino teórico-político: una auténtica programática popular capaz de avanzar en la larga marcha hacia la justicia social.


La parte maldita. Filosofía Errante y Sucio Rock, se emite los jueves de 14 a 15 horas por Radio Gráfica de Buenos Aires (FM 89.3).

Link al 1° episodio completo: https://radiocut.fm/audiocut/parte-maldita


 

lunes, 15 de marzo de 2021

Por un Ecologismo Popular: ambiental, subjetivo, social

Lunes con #ApuntesdeCoyuntura

Por Mariano Pacheco

 


Los episodios del fin de semana en Chubut volvieron a poner en el centro de la escena política el debate en torno a los problemas ambientales. Algo que viene siendo discutido ya no sólo en la Argentina durante los últimos años, sino en el mundo entero en las últimas décadas. Es que el Orden Mundial Neoliberal en el que vivimos en este siglo XXI (el orden del “Realismo Capitalista”, como hemos dicho con insistencia junto a Mark Fisher), abisma a la humanidad en su conjunto hacia un precipicio.

Más allá de la trágica situación patagónica de estos días, de los incendios y consecuencias para las vidas de sus habitantes, de lo acontecido el sábado (“camioneta presidencial apedreada por ambientalistas”, según Página/12; “ambientalistas agredidos por una patota de la burocracia sindical peronista”, según La Izquierda Diario; “protesta infiltrada por la policía”, según los propios ambientalistas), lo que quiero destacar en estas breves líneas es la importancia de dar cuenta de un desafío que cada día se impone con mayor urgencia para las militancias de los Movimientos Populares: la necesidad de gestar una línea de intervención que podríamos caracterizar como de Ecologismo Popular.

Ya hemos dicho, en otras oportunidades, que desde un Punto de Vista Popular resulta fundamental inscribir nuestra coyuntura en la serie histórica nacional (así como ésta en la serie Latinoamericana e internacional). Como recién señalamos, éste es un problema mundial, pero cada país va encontrando sus respuestas (o enfrentando las consecuencias de encontrarlas). Los incendios en nuestro país durante los últimos tiempos nos hablan de una urgencia insoslayable.

El escenario vuelve a repetirse: los conflictos ambientales muestran una y otra vez los límites de este tipo de gobiernos, porque más allá de las mejores o peores intenciones de sus funcionarios expresan los límites de un modelo de país: ahora Alberto Fernández como antes Cristina, e incluso Néstor Kirchner en Argentina, así como Correa en Ecuador y Pepe Mugica en Uruguay, Lula en Brasil e incluso Evo Morales en Bolivia. En nuestro caso, el modelo productivo viene acompañado de un régimen político heredado de la derrota de las apuestas revolucionarias de los años setenta: la “clase política” (esa casta dirigencial partidaria y sindical separada de los sentires, problemas y formas de vida de las clases populares), más allá de excepciones, que pueden verse expresadas en dirigentes o experiencias puntuales al interior de esas dinámicas (tanto partidaria como sindicales).

Pero también muestran los límites de las luchas desde abajo, puntuales y locales, cuando no construyen una estrategia política, no intervienen en la política nacional, en fin, cuando quedan ancladas simplemente a una dinámica de organización social (hemos subrayado en otras oportunidades, asimismo, la importancia de la conformación de los Movimientos Populares en tanto experiencias de lucha y organización social + estrategia y programa político).

Así como los feminismos supieron construir al interior de un movimiento amplio y diverso una línea “popular”, sospecho que con el ecologismo viene sucediendo algo similar: en la medida en que se sostenga ésta dinámica, habrá nuevos procesos de resistencia y otras malas e ineficientes respuestas desde el Estado que, a no olvidarlo, es un Estado Liberal, incluso cuando lo gestionen quienes más nos gustaron votar en las elecciones (o los menos peores, según los casos). Ni las luchas ambientales abordarán una estrategia que les permita contribuir a poner en pie un proyecto de país que pueda ir desplegando tácticas concretas y eficaces en función de cambiar las adversas correlaciones de fuerzas actuales, ni las gestiones del Estado por parte de gobiernos de los que son parte diversos movimientos y militancias populares podrán abordar esta problemática de fondo y estratégica que las organizaciones ambientalistas vienen a recordarnos cada vez, con sus luchas: que en el siglo XXI no hay Justicia Social si no se puede pensar otras formas de vida que incluyan la Justicia Ambiental.

Hace algunas décadas el filósofo militante Félix Guattari reflexionó bastante en torno a lo que llamó “Las Tres Ecologías”. Básicamente, decía que no era posible pensar la ecología (referida a sus aspecto más clásicamente ambientales) sino entrelazada con una ecología subjetiva y social, es decir, una política que se plantee de manera simultánea un replanteo del vínculo entre la humanidad (con su acción depredatoria) y el planeta, mientras asume que el capitalismo neoliberal no deja de profundizar la angustia, la tendencia a la soledad, el individualismo y la neurosis, separando a los sujetos del campo social y privatizando el malestar, mientras crecen las asimetrías de clase, y cada vez son más las personas que pdecen el tránsito por este mundo, y cada vez las riquezas aparecen concentradas en un puñado de privilegiados que viven con sus riquezas a costa de ese desastre ambiental y social.




miércoles, 10 de marzo de 2021

#UTEP: LA IMPORTANCIA HISTÓRICA DEL SINDICATO DEL PRECARIADO

 #Apuntesdecoyuntura

 

POR MARIANO PACHECO

(Director del Instituto Generosa Frattasi)



Un paso histórico se ha dado hoy para las trabajadoras y trabajadores de la Economía Popular en su conjunto, pero también, para la masa de explotadxs y oprimidxs de la Argentina. Incluso, como en su momento las Madres de Plaza de Mayo y el Movimiento Piquetero, esta "novedad local" trasciende las fronteras nacionales, puesto que el capitalismo que genera este sector se caracteriza por una lógica internacional, desde siempre, pero aún más en el contexto de globalización neoliberal.

La UTEP es digna heredera de las luchas de la clase obrera, desde la organización de los primeros gremios hasta las mutuales, bibliotecas y sociedades de ayuda mutua emprendida por socialistas y anarquistas, y más tarde por comunistas; del poder sindical y las comisiones internas de las y los cabecitas negras hasta el clasismo de los setenta, pasando por el accionar clandestino en fábricas y barrios durante la resistencia peronista. Incluso por su carácter plebeyo, la UTEP hace justicia con su avance a la conformación como sindicato del Precariado al conjunto de luchas populares más allá (y más acá) de la clase obrera: de las rebeliones indígenas contra la colonización a los feminismos populares; de las lanzas montoneras a las ocupaciones de tierras impulsadas por el cristianismo de base para construir viviendas.

Se abren ahora enormes desafíos: no sólo imaginación política y creatividad, sino también de recrear, ejercitar la capacidad de aprender de nuestra historia y construir un sindicato democrático y participativo, con mirada integral popular y no corpoativo, es decir, un sindicato que siga peleando por las reivindicaciones inmediatas a la vez que contribuye a seguir transitando el largo camino hacia la Justicia Social.

Así que

felicitaciones

, compañeras y compañeros: como aquí durante el macrismo no se rindió nadie, ahora empezamos a ver los frutos de tantas peleas. Porque nadie nos regaló ni nos regala nada.

Que el Ministerio de Trabajo de la Nación firmará la resolución que nos otorga personería social es producto de múltiples batallas: las horas y horas de trabajo territorial comunitario, de sostenimientos de unidades y polos productivos; de reuniones y actividades; de ollas populares y grandes movilizaciones; de la creación de nuevos espacios de lucha; del sostenimiento de organizaciones paridas al calor de antiguas batallas contra otros malos gobiernos. Y también, de la definición de una estrategia determinada para el movimiento popular, y el acierto táctico de un momento electoral.

La lucha en las calles, las peleas administrativas y la disputa al interior de las instituciones del injusto poder vigente hoy permiten que esta victoria se ponga en serie con los espacios conquistados

al interior del Estado Liberal: de la Secretaría de Economía Social del ministerio de Desarrollo Social de la Nación a la Secretaría de Economía Popular del ministerio de Desarrollo de la Comunidad de la Provincia de Buenos Aires; de la Secretaría de Agricultura Familiar al INAES; de los espacios en el Congreso nacional y legislaturas provinciales a las varias docenas de concejales que los movimientos populares han logrado incorporar a Concejos Deliberantes Municipales.

Muchas veces no nos ven, no nos escuchan (o simulan no hacerlo), pero nuestras voces llegaron para imponerse y recordar a toda la sociedad que, como dice la consigna:


SIN ORGANIZACIÓN POPULAR NO HAY JUSTICIA SOCIAL”

martes, 9 de marzo de 2021

GRAMCSI- LINERA- COOKE… Y la filosofía de la praxis (Curso)

Grupo de Estudios coordinado por Mariano Pacheco



¿Qué trabajo teórico-político, de perspectiva realista-materialista, necesitamos hoy los pueblos Latinoamericanos, si pretendemos abrir una grieta en la que puedan visualizarse otros caminos posibles frente a la cerrazón del realismo capitalista? ¿Qué hacer con el archivo, cómo procesarlo en las nuevas coordenadas existenciales del siglo XXI?

Italia, Bolivia, Argentina. Tres militantes que supieron ligar como pocos El pensamiento y la acción política en la senda crítica abierta por Karl Marx, sospechamos, tiene aún mucho para brindar en las discusiones que necesitamos.

En ese sentido, el Grupo de Estudios se concentrará en la figura de Gramsci, realizando una introducción a su vida y a su obra y a sus conceptos fundamentales (hegemonía y voluntad nacional-popular; bloque histórico y espíritu de escisión; reforma intelectual y moral y análisis de las relaciones de fuerzas; intelectuales orgánicos y filosofía de la praxis; crisis orgánica y sentido común; guerra de posiciones y guerra de moviiento). También, al modo en que se lo ha leído desde estas latitudes (tanto nacionales como continentales). Luego recuperaremos el “gramscismo” de Linera y Cooke, sus producciones situadas en los respectivos países de intervención y algunos de sus textos que nos permitan pensar, desde y para la actualidad Nuestramericana, más allá de Bolivia y Argentina, más allá del siglo XX (no sólo porque Linera sigue con vida interviniendo en la política y el pensamiento contemporáneos, sino también porque entendemos que existe un “legado Cooke” susceptible de ser reactualizado).

Un espacio virtual para no dejar de encontrarnos, leer, reflexionar, debatir.

Frecuencia: quincenal

Inicio: 17 de marzo

Actividad arancelada

Consultas e inscripciones: profanaspalabras@gmail.com

lunes, 8 de marzo de 2021

El 8 de marzo y el feminismo popular. Entrevista a Verónica Gago (Archivo)

 #Conversaciones (2018)

 

Por Mariano Pacheco*

El Paro Internacional de Mujeres del 8 de marzo no fue un acontecimiento sino un proceso”, dice Verónica Gago en una conversación que mantuvimos en un bar situado en La Chacarita, a inicios de 2018 y que hoy compartimos para seguir sumando voces que contribuyan a repensarnos críticamente en y a la época. Gago es investigadora y participa activamente de las asambleas de #NiUnaMenos en Buenos Aires. Es autora del libro La razón neoliberal. Economías barrocas y pragmática popular y La potencia feminista. O el deseo de cambiarlo todo. Integró el Colectivo situaciones y en la actualidad escribe en el diario Página/12 y el Portal Lobo suelto.



¿Cómo pensar el contexto de este 8 de marzo, respecto de las luchas feministas, pero también, del conjunto de luchas que viene librando el movimiento popular?

Me parece que lo primero sería pensar qué ha pasado desde el 8 de marzo de 2017 a hoy. Algo que estamos intentando pensar desde el movimiento feminista es que el Paro Internacional de Mujeres no es un acontecimiento, sino un proceso. ¿Esto que significa? En primer lugar que el paro no es una fecha en el calendario, sino un horizonte organizativo que nos permite desarrollar un proceso político. Y eso lo estamos sintiendo muy fuerte en la preparación de este paro porque, por un lado, se están realizando asambleas por todo el país, sean asambleas grandes en ciudades de otras provincias o bien algunas pequeñas en pueblos más alejados; por otro lado, en la Mutual Sentimiento, acá en el barrio de Chacarita, están viniendo a las asambleas de preparación del paro, todos los viernes, 1.500 mujeres, cuando el año pasado eran asambleas grandes, pero de no más de trescientas. Incluso decían algunas activistas sindicales que está habiendo asambleas en muchos lugares de trabajo. Creo que esto no es casual. Yo creo que desde el Colectivo Ni Una Menos en particular, pero sobre todo desde el movimiento feminista en general, hemos sabido desplegar durante todo el año pasado el dispositivo de la asamblea como un dispositivo que podía moverse después del paro, y también, como dispositivo de producción de una inteligencia colectiva para hacer un diagnóstico de ciertos problemas comunes. Por ejemplo: cuando hicimos la asamblea con las trabajadoras de Pepsico, luego de que fueran despedidas por la trasnacional de alimentos y montaran la carpa frente al Congreso de la Nación, junto con los trabajadores despedidos. Se pudo hacer allí algo así como el mapa de alianzas transversales que se habían construido para el 8 de marzo de 2017 y que veíamos que seguían vivas y con necesidad de encontrarse, de articularse y poder producir un diagnóstico conjunto de lo que estaba sucediendo en los lugares de trabajo, pero también, como eso que estaba pasando en los lugares de trabajo formal afectaba directamente a las trabajadoras de la economía popular. Es decir, que en esas asambleas se pudo ir produciendo una información sensible y de mucha importancia política en torno a cómo leemos la coyuntura a partir de situaciones muy concretas. Después de eso, a fines de septiembre, hicimos otra asamblea en El Bolsón, bajo la consigna “¿Dónde está Santiago Maldonado? Nuestros cuerpos, nuestros territorios”, con la idea de intentar pensar qué significa la ofensiva del capital en este momento, que avanza sobre los territorios y sobre el cuerpo de las mujeres (ofensivas que tienen en común el hecho de pensar el cuerpo de las mujeres como un territorio) y por qué hay una confluencia de una cantidad de luchas feministas, pero también de producción teórica feminista que tiene que ver con pensar la autonomía y la soberanía de los propios cuerpos, y como eso hoy conecta con luchas de territorios muy distintos que hoy están pensando su autonomía, su soberanía y su autodefensa. Esa asamblea fue muy importante, porque salió de ahí el mandato de no desacoplar la consiga de ese momento, que era “Aparición con vida de Santiago Maldonado” con la criminalización de las luchas mapuches. Pero también esta necesidad de muchas organizaciones feministas de encontrarse con las mujeres mapuches, que quizá en otro momento no se había producido una articulación directa. Después participamos de una asamblea en Jujuy, que se llamó Jaiahia de mujeres, en donde se reclamó la libertad de Milagro Sala y otros presos políticos. Me da la sensación de que todo esto que pasó no fueron hechos aislados, sino que es una situación que da cuenta de una inteligencia colectiva y un acumulado que se expresa ahora en la dinámica organizativa que se está produciendo en toda esta etapa previa al 8 de marzo de este año.



Y de las dinámicas más generales del movimiento popular en este último tiempo, ¿qué pudiste ver?

Me parece que fue importante ver en febrero, por ejemplo, que algunos dirigentes sindicales convocaran al Paro de este 8M. El año pasado era un reclamo desde el movimiento feminista hacia los sindicatos, y fue una discusión muy interesante porque mientras algunas cúpulas sindicales se rehusaban a que el movimiento de mujeres fuera el que convocara al paro (los sindicatos decían: “al paro lo convocan los sindicatos, no el movimiento de mujeres o los movimientos sociales”), hoy en día el paro ha sido reapropiado y reinventado por las mujeres, dando cuenta de una multiplicidad laboral que excede a los ámbitos sindicalizados. Creo que este año el sindicalismo está muy consciente de la fuerza que ha adquirido el movimiento feminista y por eso se ha plegado a la convocatoria. Y esto se debe en gran medida al enorme trabajo que vienen realizando muchas mujeres al interior de los sindicatos, abriendo espacios de discusión democrática y complejizando la discusión en torno a qué significa el trabajo desde el punto de vista feminista. Esto es, que pensado desde una perspectiva feminista, el trabajo incluye al reconocido y al no reconocido, al remunerado y al no remunerado, al registrado y sindicalizado y al doméstico y reproductivo. Entonces, me parece, esta discusión ha impactado en los sindicatos, y se está tejiendo con esas compañeras una alianza muy interesante. Después agregaría que esto de que el feminismo viene funcionando como caja de resonancia de todos los conflictos. Por ejemplo, acá en las asambleas que se vienen haciendo en La Chacarita, pasan las mujeres despedidas de la Casa de la Moneda, las de Hospital Posadas, las del INTI, las del Ferrocarril Sarmiento, las de Río Turbio. Es decir, puede verse que comienza a construirse un ámbito de escucha y de elaboración política. Y de esos relatos sobre la situación laboral también surgen otros que tienen que ver con la violencia de género, con el ajuste de distintos programas del Estado que impacta directamente en la calidad de vida y en la posibilidad de autonomía para las mujeres. Y también de los conflictos territoriales. Han venido compañeras de la Marcha Originaria de las Mujeres y pueblos indígenas a plantear su situación. Por eso creo que el feminismo está produciendo en estos momentos una capacidad de transversalidad que no están teniendo otras dinámicas políticas. Y esto creo que se está notando tanto en su capacidad de movilización callejera como en la trama cotidiana de organización. Hay una efervescencia de la discusión en torno a tratar de entender qué significa esta violencia contra las mujeres, contra los cuerpos feminizados en general, vinculando la violencia económica con la policial, la laboral o la violencia política en general. Y esto nos está dando mucha capacidad de hacer lecturas de lo que sucede en un barrio, en una escuela, con las familias que están estalladísimas. Y es un análisis que se está expandiendo cada vez más y que está funcionando como una suerte de alimento al interior de muchas organizaciones. En este sentido te diría, por último, que es muy potente esta capacidad que se está gestando de ligar la discusión en torno a la reproducción social con la discusión sobre el trabajo. Por ejemplo, en una de las asambleas que hicimos en estos días en la Villa 21-24 salía un interrogante colectivo en torno a qué significa parar en las condiciones en las que estamos. Y varias compañeras que atienden los comedores aclaraban que, para ellas, parar no podía ser dejar de dar de comer, pero sí elaborar estrategias determinadas para poder parar. “Que no se nos diga que como somos trabajadoras de la economía popular no podemos parar”, decían. Y agregaban: “podemos entregar crudo”. Y por si quedaban dudas aclaraban: “ese día podemos entregar la comida pero sustraer nuestro trabajo de cocinar, de servirla, de lavar los platos…”. Me pareció una síntesis muy brillante, de dar una respuesta a una responsabilidad de producción de valor social que tienen estos emprendimientos, como el comedor, y a la vez una gran imaginación política. Reflexión que culminó con la elaboración de un stencil que decía: “#8M: hoy entregamos crudo. #NiUnaMenos”.



Se habla mucho hoy del feminismo, pero es difícil pensar en una definición. Dentro de los feminismos se habla por ejemplo de un feminismo popular. ¿Qué reflexiones podrías compartirnos al respecto?

Me parece que sí, que en primer lugar hay que hablar de feminismos en plural, que da cuenta de una diversidad y pluralidad que es un punto de riqueza en este momento, porque no hay una doctrina feminista. Pero me parece importante pensar qué es esa diversidad. Las luchas del feminismo son globales en este momento, pero desde hace unos años América Latina está teniendo una importancia destacada en impulsar unas dinámicas que podríamos denominar como feminismo villero, feminismo comunitario, feminismo indígena, feminismo popular. Son nombres que se conjugan, que tienen su historia, su genealogía y tienen en común el hecho de ser un feminismo ligado a la conflictividad social. No es un feminismo estrictamente analítico, o académico o de las instituciones. Ese para mí es un primer punto. Después, me parece, en Argentina está siendo muy importante la discusión sobre el feminismo popular. Creo que distintas organizaciones y distintas compañeras lo venimos desarrollando en el sentido de eso que te decía antes respecto al paro: ¿qué significa esa ampliación del mundo del trabajo que nos permite hacer esa suerte de mapa del trabajo en clave feminista y que incluye el reconocimiento de tareas, de labores, de formas de hacer que tienen que ver con la reproducción social, es decir, lo que hacemos las mujeres todos los días para hacer posible la vida? Y eso en Argentina tiene una particularidad, que es que después de la crisis de 2001 y en continuidad con la irrupción de los movimientos sociales que politizaron la crisis, pero por sobre todas las cosas, que problematizaron acerca de qué significaba que entrara en crisis la reproducción social desde el punto de vista de estar desempleado o tener subsidios que apenas alcanzan, me parece que desde allí se desarrolló toda una trama de economías populares que se hacen cargo de pensar, de manera colectiva/comunitaria, qué es esa reproducción en términos sociales, populares, barriales, comunitarios. Experiencia que en Argentina tiene una escala de masas, porque está conectada con un qué-hacer cotidiano de comedores, merenderos, guarderías comunitarias, pero también se conectan con luchas que tienen que ver con la tierra, con la vivienda, por el territorio, contra la contaminación, contra los proyectos extractivistas. Es decir, que hay toda una interseccionalidad –para decirlo con un término viejo pero que ahora está puesto de nuevo un poco en juego– de las luchas que el feminismo conecta y que tiene que ver con una dinámica de la vida cotidiana de las mujeres y de los cuerpos feminizados pero también con una dinámica de resistir los despojos y las nuevas formas de explotación y que poco tiene que ver con cierta idea que a veces aparece relacionada con esto de que la mujer pueda tener más lugar en las listas electorales o las empresas. Me parece que eso es lo más potente que hoy por hoy se está desplegando en Argentina y en América Latina. Un feminismo radical que tiene en cuenta la dimensión de las luchas, de las rebeldías, de poner en juego la cuestión de los cuerpos, de plantear la discusión del aborto y, a la vez, conectar esas discusiones con la cuestión del trabajo, de la precarización de la vida en general. Si algo ha logrado el feminismo popular es tener un discurso en cuanto a cómo impacta la precarización de la vida en términos sociales, políticos, económicos y cómo eso es hoy una discusión clave en todos los territorios.



* Escritor, periodista, investigador popular. Director del Instituto Generosa Frattasi. Texto publicado originalmente en el Portal La luna con gatillo. Fotografía: Resumen Latinoamericano.


sábado, 6 de marzo de 2021

Taller de Análisis de Situación (A la Gorra, marzo 2021)

 FILOSOFÍA POLÍTICA Y COYUNTURA NACIONAL

(Lunes de 19 a 21 horas, frecuencia quincenal por Plataforma Zoom)

 

COORDINACIÓN: Mariano Pacheco

INICIO: ¿15 de marzo)

 


PROPUESTA

La idea es que podamos trabajar con lecturas y análisis de notas de diarios y revistas, o portales, podcast y entrevistas audiovisuales que circulen en los medios progresistas y de derecha, pero también en los proyectos de periodismo popular. Esto cruzado con algunos textos propios de la filosofía en torno a algunos ejes y preguntas, siempre priorizando el “punto de vista popular” para realizar las lecturas (trabajaremos fuerte el concepto “punto de vista popular”).

¿Qué entender por política? ¿Qué pensó la filosofía en torno al estado y la democracia? ¿Qué por estrategias y tácticas? ¿Cómo analizar las relaciones de fuerzas? ¿Qué vínculos posibles pueden gestarse entre pensamiento trágico y dialéctica? ¿Cómo pensar la relación entre teoría y práctica a través de la praxis? ¿Y entre filosofía y política a través de la lucha de clases? ¿Y la lucha de clases con la cuestión nacional y las diversidades culturales y ético-existenciales? Bueno, algo de eso estaremos trabajando junto con las noticias que vayan circulando....

INSCRIPCIONES: profanaspalabras@gmail.com

viernes, 5 de marzo de 2021

¡Te extraños Comandante! ¡Cuanta falta nos haces!

 8 años sin Chávez



Por Mariano Pacheco 

(Director del Instituto Generosa Frattasi)

El chavismo es el nombre de una inspiración Latinoamericana", así titulé alguna vez un texto que escribí sobre el proceso del hermano país. No me caben dudas de que el pueblo venezolano es el gran protagonista de la Revolución Bolivariana, así como no tengo dudas de que ese bravo pueblo supo alumbrar al continente con su experiencia en una dinámica que se fue gestando en una dialéctica con lo más lúcido de su liderazgo.

Hace poco conversábamos, ya no recuerdo bien con quien, sobre el film documental "La revolución no será televisada", donde puede verse con claridad: 1) Como el pueblo venezolano hace su 17 de octubre en abril de 2002; y 2) Cómo Chávez --siguiendo los consejos de Fidel, no claudica, no se rinde, no firma la paz vergonzante de los vencidos Asume el retroceso táctico con dignidad, a la espera de mejores tiempos. Y los mejores tiempos llegan rápidamente porque su pueblo sabe leer el gesto, sabe filtrar la información necesaria a través de militares rebeldes, y rescata a su líder, que radicaliza el proceso.

Aún recuerdo cuando en 2005 Chavez vino a la Argentina. Aún estaban humeando las brazas de diciembre de 2001 y, si bien muchas militancias de las izquierdas nos movilizamos a repudiar a Bush y su proyecto de dependencia cuya sigla de entonces era ALCA, también fuimos al estadio a escuchar al Comandante. Y quedamos maravillados: por su claridad, por su fuerza, por la confianza que sabía transmitir. Y mandamos al carajo al ALCA, y asumimos que en el destino de la Revolución Bolivariana se jugaba en gran medida la serte de toda Nuestraamérica.

Si los conductores funcionan como modelos de humanidad, como sostenía León Rozitchner, no tengo dudas de que Chávez expresó hasta el final una forma de vida que encarna los valores revolucionarios que las militancias de a pie buscamos cada día sostener como estandarte, en el combate abierto contra el realismo capitalista.

A 8 años de tu partida, sólo atinamos a decir: ¡te extraños Comandante! ¡Cuanta falta nos haces!




lunes, 1 de marzo de 2021

Las palabras del Presidente y el desafío de las militancias de los Movimientos Populares

LUNES CON #apuntesdecoyuntura 

 


Por Mariano Pacheco 

(Director del Instituto Generosa Frattasi)

 

7 lineamientos planteados por el Presidente en la apertura de las sesiones ordinarias 2021 del Congreso... y una apostilla para las militancias


Importantes definiciones de Alberto Fernández durante este mediodía. Rescato al menos las siguientes siete:

* Reivindicación del histórico reclamo de Soberanía sobre nuestras Islas Malvinas

* Unidad Latinoamérica (mención especial al Estado Plurinacional de Bolivia y el asilo a Evo Morales que le dio Argentina tras el golpe de Estado al gobierno del MAS,sumado y la gestación del vinculo con el actual gobierno de México para repensar herramientas como la CELAC).

* Denuncia de la cipaya malversación de fondos ejecutada por la Ceocracia que gobernó el país con anterioridad.

* Reafirmación de la insistencia de la prioridad de política sanitaria en los marcos de la pandemia mundial del COVID 19.

* Señalamiento de la necesidad de gestar acuerdos básicos para reconstruir la Argentina en base a un desarrollo integral y sustentable.

* Importancia de sostener la unidad en la diversidad dela coalición de gobierno.

* Insistencia en la importancia del rol que puede jugar el Consejo Económico y social para proyectar un país más allá de lo que acontece en cada coyuntura.

APOSTILLA: fundamental para las militancias, sobre todo de los Movimientos Populares, contribuir desde --como se viene haciendo-- a sostener la organización comunitaria en los territorios, con las y los últimos de la fila,pero también, dinamizar el proceso en cuanto se pueda, con la movilización callejera que nos permita avanzar en un cambio en la correlación de fuerzas, que más temprano que tarde deberá expresarse por arriba en una disputa de espacios al interior del Estado Liberal (y sus lógicas anti populares que debemos transformar). Para ello, fundamental, avanzar en la cualificación de las fuerzas populares, en la formacion de cuadros políticos surgidos de las luchas, con mirada estrategia y vocación de transitar la larga marcha hacia la Justicia Social.