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sábado, 15 de junio de 2019

Conversaciones con Fernando Aiziczon en #ProfanasPalabras (sobre Cordobazo/Navarrazo)

"La de los 50 años es una conmemoración conservadora del Cordobazo" (Entrevista de Mariano Pacheco)



Este año se conmemoraron 50 años del Cordobazo, en mayo, y 45 del Navarrazo, en febrero. Apertura y cierre del ciclo más intenso de lucha popular que se vivió en nuestro país. Sobre ese ciclo y el modo en que se los recuerda en la actualidad conversamos con Fernando Aiziczon, autor --entre otros-- del libro "Zanón, una experiencia de lucha obrera", docente de la Universidad Nacional de Córdoba, investigador de Conicet. Los usos políticos de la historia en debate.


PROFANAS PALABRAS. Pasado y Presente de la Argentina y El Mundo. MARTES de 16 a 17 horas por Radio Eterogenia

Mariano Pacheco (Conducción)
Pablo Cervigni (asistente multimedia)

martes, 11 de junio de 2019

Homenaje a Leopoldo Marechal


Un día como hoy, 11 de junio, pero en 1900, nacía el escritor peronista, el poeta depuesto
Por Mariano Pacheco*


En un texto publicado en agosto de 1970 en el número inaugural de la revista Nuevos Aires, Leopoldo Marechal escribe “El poeta depuesto”. Había fallecido dos meses antes, luego de entregar esa nota, en la que se refiere a los nuevos “bárbaros muy bien vestidos” que “podían excluir de su comunidad a un poeta que hasta entonces llamaban hermano”. No sólo Juan Domingo Perón (tirano depuesto, según palabras de la Revolución Libertadora, o más bien “Fusiladora”, como la tituló Rodolfo Walsh) había sido desalojado violentamente del gobierno al cual había llegado electo democráticamente, sino que además se prohibía su nombre, el de Evita, y del mismo movimiento. En ese contexto de casi dos décadas de persecuciones, proscripciones y ataques (encarcelamientos, torturas, exilios, fusilamientos, primeras detenciones-desapariciones forzadas de militantes, como el caso Felipe Vallese), también los escritores padecían la sanción de las clases dominantes. De allí lo de “poeta depuesto”.
Nieto de un obrero que había sido combatiente en la Comuna de París (1871) y que tras la masacre emprendida por el “humanismo europeo” se exilió en Uruguay; hijo de Alberto y Lorenza (un uruguayo de ascendencia francesa y una argentina de familia vasco-española), Leopoldo se cría en el barrio porteño de Villa Crespo. En la ciudad-puerto Leopoldo se dedicará de joven a las humanidades y las letras, cursando sus estudios en la Escuela Normal de Profesores Mariano Acosta, y tempranamente adscribirá a las ideas libertarias, siendo adherente del Partido Socialista, aunque una juvenil crisis espiritual lo vinculó al evangelio, vertiente que toma de su linaje materno. El 17 de octubre de 1945 lo encontró en las calles de Buenos Aires, siendo parte de esa oleada de cabecitas negras que invadieron desde los suburbios la capital. Tenía entonces 45 años y una vasta obra poética. También se dedicó al teatro y al ensayo. De la “década infame” queda su “Historia de la calle Corrientes”; de la “década peronista”, Adán Buenos Aires (1948). Murió, como Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, un 26 de junio, pero en 1970, cuando su libro “Megafón, o la guerra”, se encontraba en imprenta, pronto a salir a las calles. En su novela, escribe Marechal estas palabras con las que Jorge Falcone inicia su último film documental, Patrivívora mutando piel” (2019); palabras que compartimos a modo de homenaje a quien supo combatir y resistir el ninguneo que le propinó la República de las Letras Argentinas:
Si los llamé “compatriotas” —adujo Megafón— es porque la idea de Patria será el fundamento de mi tesis. Les enseñaron que la patria era sólo una geografía en abstracción, o algo así como un escenario de la nada. ¿Y qué otra cosa podría ser un escenario teatral si no tiene comedia ni actores que la representen? La verdad pura es que nos movemos en un escenario, que ustedes y yo somos los actores y que la comedia representada es el destino de nuestra nación. ¡Compatriotas, yo les hablaré de un animal viviente, de una patria en forma de víbora!
Si acudí a la víbora fue por tres razones convincentes. Primera: la víbora es un animal del “suceder”, como lo demuestra la del Paraíso; y la patria o es una serpiente del suceder o es una mula siestera.
Mi segunda razón —prosiguió el Autodidacto—se basa en el hecho de que la víbora tiene un hábitat muy extendido en nuestro territorio, desde la yarará de Corrientes hasta la cascabel de Santiago y la anaconda de Misiones.
Sin embargo —añadió el Oscuro—, mi tercera razón es la que importa. La víbora cambia de peladura: ¡se lo exige la ley biológica de su crecimiento!
Oigan —aclaró Megafón—, al ofrecerse la imagen de una Patriavíbora, sostengo que tiene ahora dos peladuras: un cascarón viejo, tremendamente fósil, que se resiste a soltarse del animal; y la peladura nueva que se formó debajo y que batalla por salir a la luz. Compañeros, lo que nos aflige a todos es la tiranía del cascarón. ¿Y saben por qué dura la vieja costra? Porque hay interesados en que la víbora no abandone su cascarón inútil y lo apuntalan con lociones vivificantes y cremas de tortuga.

*Homenaje realizado en el marco de la 12° emisión de PROFANAS PALABRAS. Pasado y Presente de la Argentina y El Mundo, programa que se emite todos los martes, de 16 a 17 horas, por Radio Eterogenia.
CONDUCCIÓN: Mariano Pacheco.  


lunes, 10 de junio de 2019

Así comió Zaratustra (Córdoba 2019)


Encuentros de Filosofía, Arte y Política (CENAS)


El amor (y la amistad) en tiempos de cólera (macrista).
¿Cómo nos relacionamos, sumergidos como estamos, en este mundo y en esta Argentina neoliberal? ¿Qué hay de político en los vínculos que construimos? ¿Qué pasa con la soledad? ¿Y con la amistad en tiempos de redes sociales virtuales? ¿Tiene algo que aportar la filosofía a nuestros interrogantes de cada día? ¿Lo romántico del amor debe ser deconstruido y el amor preservado o también debe ser aniquilado? ¿Crece el desierto, imagen de una nueva posibilidad, al ritmo del malestar en la cultura que no se deja de incrementar? La crisis: ¿puede ser una oportunidad?

JUEVES 13 DE JUNIO, 20.30 horas en 9 de julio 482 (Café del Alba)

COORDINA: Mariano Pacheco
COSTO: $300 (incluye comida y una bebida)


RESERVAS: 351 8140576 (cupos limitados)

viernes, 7 de junio de 2019

ESPECIAL DÍA DEL PERIODISTA EN PROFANAS PALABRAS


De Moreno a Walsh: los desafíos de hacer comunicación hoy

Mariano Pacheco (Conducción)   


Este viernes 7 de junio de conmemora, una vez más, el día del periodista en la Argentina. Ante un panorama sombrío, de concentración de medios y recortes de las posibilidades laborales --con avances fuertes sobre las conquistas obtenidas-- trabajadores de la prensa y hacedores de la comunicación tomamos este día como momento de reflexión, pero también, de discusión en torno al rol social del oficio, y la asunción de un sitio de lucha contra las injusticia,s la mentira y por un país más justo.
En este programa especial que hemos realizado, le dedicamos un bloque de homenaje a Rodolfo Walsh, repasamos sus trabajos de "investigación/denuncia/
Para suma otras voces a este homenaje y momento de reflexión, entrevistamos a dos militantes y periodistas fundamentales para el modo en que entendemos que se debe hacer comunicación hoy: Natalia Vinelli y Carlos Aznárez.

Vinelli es docente en la Universidad de Buenos Aires, autora del libro "La comunicación desde abajo" y activista del medio popular Barricada TV.
Aznárez dirige desde hace 30 años el proyecto comunicacional Resumen Latinoamericano, y fue parte de las experiencias de ANCLA y CGT.


Revisar la historia para encontrar allí, en momentos y figuras determinadas, la inspiración necesaria para seguir combatiendo en la actualidad: detrás de un micrófono, una cámara filmadora o de fotos, un celular, una computadora... Codo a codo en las barriadas, los lugares de estudio y de trabajo, en las calles, al fin y al cabo, en los sitios en donde se construye colectivamente la Historia.

PROFANAS PALABRAS.
Pasado y Presente de la Argentina y El Mundo. 

MARTES de 16 a 17 horas por Radio Eterogenia 
Pablo Cervigni (asistente multimedia)

miércoles, 5 de junio de 2019

Prólogo de Diego Sztulwark a Desde abajo y a la izquierda, de Mariano Pacheco


Notas para una genealogía de la insurrección*


Si el libro que inicia la colección de ensayos en la que se inscribe el presente volumen acuña la ingeniosa expresión “vidas de derecha” (Silvia Schawarzböck: Los espantos. Estética y postdictadura) para designar el tipo de existencia que llevamos los habitantes del mundo posthistórico en el que enseñorean quienes destrozaron el proyecto de las organizaciones revolucionarias de los años setenta, el de Mariano Pacheco se ocupa de lo que podría llamarse “vidas de izquierda” y trata de la contra-historia que nace durante el nuevo siglo abierto por la irrupción del zapatismo el 1ro de enero de 1994, desplegado en nuestro país a partir del 26 de junio de 1996 (la pueblada acontecida en localidades neuquinas de Plaza Huincul y Cutral-Có). Las vidas de derecha transcurren en un universo de postdictadura en el que toda política ha quedado neutralizada mediante el empleo de un dispositivo cultural específico que consiste en eximir a los victoriosos de reflexionar públicamente sobre su victoria en la lucha de clases mientras vencidos quedan a cargo de la narración de lo sucedido. De modo que la de los derrotados se torna testimonio sin política. La cultura de la democracia no tiene afuera: la izquierda se reduce a salón y literatura, sin guerra. Las vidas de izquierda en cambio irrumpen en con el “ciclo de resistencia popular y anti-neoliberal” 1996-2002, creando una contra-cultura antagonista y reintroduciendo el desafío político que el terrorismo de estado había aniquilado.

Pacheco investiga el nexo entre ese enorme potencial de ruptura de la crisis (y por lo tanto de apertura de horizontes) y la emergencia de lo que llama una nueva izquierda autónoma. Ese nexo consiste en adoptar el punto de vista de la crisis, que no se ha agotado ni resuelto. Sino que subsiste como reservorio de percepciones y prácticas subversivas. Las corrientes militantes de la izquierda autónoma sostienen y comunican lo que en la crisis hay de crítica inmanente de la doble relación de representación en la que coinciden los grandes actores de la democracia: la representación política de matriz liberal en la que se juega la legitimidad del estado; la representación propiamente capitalista del valor que sostiene los dispositivos de explotación de lo producido por la cooperación social. La nueva izquierda autónoma expresa de manera militante los rasgos de autoorganización propios de un ciclo de luchas que en su radicalidad apuntan a destituir las técnicas comunicacionales, jurídicas y policiales de la dominación autoritaria por vías democráticas tan características de la geopolítica actual.

Esta es la premisa del presente ensayo de Mariano Pacheco, y es importante que este punto de vista se desarrolle en confrontación con los títulos previos de esta colección (que de por sí constituye una contribución decisiva para la elaboración política de una perspectiva generacional) en la que ya se abordaron las cuestiones de la dialéctica entre mito y creación (Yo ya no, de María Pía López); la relación entre peronismo y revuelta (Sublunar. Entre el kirchnerismo y la revolución; de Javier Trímboli) y el vínculo entre militancia y filosofía del acontecimiento (Teoría de la militancia; de Damián Selci). Pacheco retoma todos estos problemas desde el ángulo del antagonismo: discutiendo desde abajo la precariedad conservadora de la mediación simbólica y material kirchnerista; proponiendo retomar los elementos de las luchas autónomas como experiencias capaces de estructurar proyectos fuertemente alternativos al neoliberalismo; cuestionando la política de la memoria histórica que llevaba a anclar la coyuntura del 2003 en 1973, salteándose –precisamente– toda la experiencia que va del 94 zapatista al 2001 argentino; reponiendo el carácter biopolítico de las luchas autónomas como fondo sobre el cual leer la noción badiouana de acontecimiento tal como la estudió de su maestro Raúl Cerdeiras, es decir, arraigada en la capacidad de destitución del marco de representaciones sostenidas por la gubernamentalidad llamada democrática y no en la emergencia de un liderazgo proveniente del sur.

***

La precisión de la investigación de Pacheco (las secuencias fechadas, los escenarios localizados) no surge del puntillismo académico sino de una necesidad profunda: la magnitud de la ruptura, el potencial del acontecimiento 1994-2001 no se verifica sin cierta capacidad de iluminar de otro modo el pasado. Si con Schwarzböck la postdictadura son años de pura vida de derecha (sin “afuera”), el estudio realizado por Pacheco a la luz del acontecimiento los convierte en genealogía de la insurrección.

En ningún caso conviene ignorar lo que se juega en redistribución de nombre y fechas. Sobre todo no conviene desestimar un detalle para nada irrelevante: situar como punto de inflexión el 1ro de enero de 1994, es decir, el alzamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, conlleva una consecuencia inmediata y profunda: inscribe el nuevo tiempo como parte de un tiempo histórico caracterizado como la “cuarta guerra mundial”. Vale la pena insistir, no es un detalle menor (el 11 de septiembre estallan las Torres Gemelas en NY). Como no lo es colocar al 2001 argentino en ese escenario de guerra. En ambos casos se afirma algo que va más allá del ciclo de luchas y permite caracterizar un ciclo largo, en el que el fundamento del poder político resulta inseparable de la aplicación de una violencia global en nombre de la paz. Es dentro de este cuadro que Pacheco lee la Masacre de Avellaneda, ocurrida otro 26 de junio (esta vez de 2002), episodio clave para entender cierta fisonomía que posteriormente adoptó el kirchnerismo:
No por los asesinatos en sí, por más brutal que haya sido la represión e impactantes las imágenes de los trágicos sucesos, sino porque el 26 de junio de 2002 es el punto de quiebre de ese proceso abierto en 1996. La “Masacre de Avellaneda” se torna central, entonces, para comprender lo que ha pasado durante los últimos quince años en el país, entre otras cosas, porque impuso un doble límite. Por un lado, la masiva respuesta en repudio a la represión que se cobró la vida de dos jóvenes militantes no solo generó el adelantamiento de las elecciones (cuyo ganador, como todos sabemos, fue Néstor Kirchner), y el repliegue político de Eduardo Duhalde, sino también el fin o al menos el aplazamiento, de una respuesta abiertamente represiva a la crisis de 2001. El kirchnerismo fue la salida garantista, redistributiva, en otras palabras, la respuesta progresista que este sistema encontró ante el fuego de los piquetes y el ruido de las cacerolas.


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Triple importancia del zapatismo, entonces: como fundación,inicia el ciclo de luchas popular y antineoliberal que da nacimiento a la nueva izquierda autónoma; como geopolítica: diagnostica la guerra e imagina alianzas globales; como estrategia, tal y como pudo haber ocurrido con la Comuna de París, el zapatismo inspira procesos de fuerte productividad política en una época histórica caracterizada por el hecho de que la revuelta extrae su potencia de la carencia de esquemas teóricos y modelos de éxito.
Con la simple indicación de “abajo y a la izquierda” basta entonces para repasar los años noventa argentinos como el momento de articulación de una contra-cultura eficaz para enfrentar los dispositivos democrático-neoliberales de la postdictadura. Una nueva articulación entre cuerpos y toma de la palabra, una nueva aproximación entre lucha y narración, tal y como se observa hoy en los feminismos populares. Es en este sentido que 2001 y la consigna “otra política” le permiten a Pacheco comprender el ciclo de los gobiernos progresistas como exaltación de una conservadora “autonomía de lo político” (lo que en este contexto merece una aclaración, puesto que la autonomía de lo político discontinúa la relación entre lucha y política por medio de un dispositivo mediador específico que es la representación, mientras que la autonomía de la que habla Pacheco consiste, por el contrario, en  la reinvención incesante de continuidades y prolongaciones entre cuerpos rebeldes y organización colectiva, entre insurrección e institución).

Y bien, contra esta autonomía de lo político, Pacheco se plantea un plan diferente: la recomposición de un sujeto popular y antineoliberal cuya dialéctica constitutiva debe ser investigada en sus movimientos específicos que van desde las luchas sindicales (huelga) a las las que emergen de los movimiento territorializantes (comunidades, piquetes, por recursos naturales), pasando por las que se dan en la esfera de la reproducción (como la lucha de las mujeres). Siguiendo la hibridación de estos procesos, Pacheco logra dar cuenta de la formación de nuevas experiencias de sindicalismo popular, como lo es la experiencia de la CTEP. Esa investigación presta atención, además, a la dimensión subjetiva de estos procesos constituyentes (el papel intelectual de la teología de la liberación o del punk como foco de agitación o “proceso de radicalización sin estructuras”), y a la capacidad de combinar trabajo político concebido como alternancia entre tejido de modo de vida en ruptura con la hegemonía capitalista y capacidad de intervenciones tácticas en las diversas coyunturas.

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Como ya sucedía en su libro De Cutral-Có a Puente Pueyrredón, hay en la escritura de Pacheco una enorme riqueza descriptiva. Una interioridad de la escritura con las luchas que lo aproximan quizás más a la actividad extractiva que a la descriptiva. En el tratamiento de los hechos desciende al subsuelo de las memorias militantes y rescata señalamientos que poseen un valor sorprendente, no solo para la situación en la que nacieron sino quizás para toda actualidad imaginable. Como cuando recuerda los objetivos planteados por el núcleo militante del que participaba en los años noventa. Estos era: “generar la imprescindible organización de base”; “promover instancias de coordinación y organización que excedan lo propio”; “formar cuadros y militantes que desarrollen la capacidad de construir y reproducir esta política”; “marcar cursos de acción, desde construcciones de masas y participación en los conflictos, que aporten claridad al conjunto de la lucha popular”. Estos ejes debían plasmarse allá por los fines de los años 90 en la construcción de un Movimiento de Trabajadores Desocupados de alcance nacional: la Aníbal Verón. El objetivo último de este libro quizás sea el de repetir –en el sentido de recordar y actualizar– estos señalamientos metodológicos, es decir: contribuir a desarrollar las funciones estratégicas de organización política autónoma de las multitudes que no llegaron a plasmarse de modo suficiente en torno a la crisis de 2001. Es ahí donde la relectura crítica de 2001 sirve como relanzamiento de la imaginación autonomista:

en el autonomismo subestimamos mucho lo que el peronismo es a la cultura política popular de la Argentina; pensamos que como ya los nombres de Perón y Evita no aparecían, como el PJ y la CGT eran socios de la gobernabilidad neoliberal etc., el peronismo no estaba presente más en las vidas populares, en sus imaginarios. No nos dimos cuenta, creo, que mucho de lo que nosotros llamábamos bajo el rótulo de “nuevas formas de hacer política” estaban muy teñidas, en algunos casos, de lo mejor que el peronismo supo dar en la historia de este país. Por otro lado, también creo que en nuestras experiencias se pecó de cierto ultra-izquierdismo discursivo, que no tenía una correlación con una práctica ultraizquierdista, porque fue el momento en donde más se habló de poder popular y donde menos se construyó poder popular. Entonces, digo, ahí hubo un problema. Y me parece que ahí es donde pagas caro el hecho de no haber formado cuadros, cuando tus militancias se muestran incapaces de ver cuál es la etapa política que se abre, y encontrar respuestas más creativas, más audaces y acordes a ese cambio por el que atraviesa la Argentina.

Nueva Izquierda Autónoma, para Pacheco, es organización capaz de introducir el punto de vista de las luchas plebeyas en el gran debate de la organización del trabajo, del estado y de la cultura. No se trata para él de un programa futuro, sino de dar cuenta de un fenómeno dinámico que ya ostenta raíces materiales e históricas consistentes (rastreables en cada pico de radicalización de las luchas populares del siglo XX, incluso dentro del peronismo), pero que carece de una adecuada teoría de la organización capaz de desplegar y maximizar su potencial táctico, en el contexto de la actual desestructuración neoliberal de lo social (y también un momento de articulación de las luchas contra el neoliberalismo en momentos en que las políticas populistas se muestran por completo insuficientes para detener su avance y donde, en cambio, se destacan nuevos sujetos en lucha como los feminismos populares o los trabajadores de la economía popular). Si algo resulta innovador, fresco y necesario en este trabajo es precisamente la decisión de intervenir sin prejuicios en los impasses de la constitución de la autonomía, tradición aún para muchos ilegible de las luchas populares. Con este libro Pachecho rompe cierto hermetismo, cierta autoculpabilización que ha acompañado las discusiones dentro de lo que estamos llamando la autonomía. Asume abiertamente su deseo de iniciativa, plantear y resolver las tensiones e irresoluciones que han bloqueado su desarrollo (alguna de ellas clásicas, como es la relación entre espontaneidad y organización, rasgos del siglo de luchas e indicaciones tácticas, ruptura acontecimental y sentido de la historia). Sobre el final Pacheco se vacila sobre un punto esencial: ¿Dio 2001 un tipo específico de intelectual, en el sentido gramsciano del término, es decir, como articulador de las praxis plebeyas? En esa vacilación habría que recomenzar a leer de nuevo este libro, para darse una idea de la riqueza de la experiencia vivida y los problemas que enfrenta toda rebelión verdadera.

* Prólogo de Diego Sztulwark a Desde abajo y a la izquierda. Movimientos sociales, autonomía y militancias populares (Cuarenta ríos), de Mariano Pacheco


lunes, 3 de junio de 2019

Desde abajo y a la izquierda: primera entrevista radial

DESDE ABAJO Y A LA IZQUIERDA EN CIUDAD SIN MAR CON OMAR HEFLING


¡Primera entrevista sobre el libro que publiqué por Cuarenta ríos

El otro día pasé por Radio Eterogenia a dejarle un libro a Omar Hefling y me sentó ahí e improvisamos una conversación radial que salió mejor que si la hubiese preparado. Este jueves (6 de junio, 20.30 horas en 9 de Julio 482) El Viejo (le digo así con cariño, porque si lo ven se dan cuenta que es más pibe que muchos que en edad somos más jóvenes que él) será de la partida en la primera presentación que realizaremos del libro, acá en Córdoba, en el Café del Alba
Acá les dejo el link con la charla, por si quieren escuchar:


https://www.ivoox.com/entrevista-a-mariano-pacheco-30-5-19-audios-mp3_rf_36603164_1.html?fbclid=IwAR3ebwXgo0yonNb9cdvh85wJidYCBusvD_YazAxJiBlticsnB8HVCKaoC8M 


 Omar es el periodista/escritor/poeta que más respeto de Córdoba. Lo conocí mientras trabajaba en el diario El Argentino (la foto es de ese día) y me propuse entrevistarlo, tras leer uno de sus libros. Allí me enteré que, además, era amigo de Jorge Villegas (otra de las mentes más lúcidas de esta provincia) y desde entonces trabamos esta amistad en la que El viejo se envuelto a veces a presentarme libros (ya lo hizo con Cabecita negra. Ensayos sobre literatura y peronismo y la biografía de Darío Santillán --El militante que puso el cuerpo--).

sábado, 1 de junio de 2019

Taller de historia y coyuntura argentina (desde junio en Córdoba)


LA FORMACIÓN DE LA CONCIENCIA NACIONAL”- Taller
Martes 4, 11 y18 de junio, 18.30 horas en el Café del Alba (9 de Julio 482)


PRIMER ENCUENTRO (4 de junio)

Córdoba 2019: cordobesismo, historia provincial y coyuntura naciona"


SARMIENTO Y DIEGO TATIÁN: El Facundo (capítulo 3) y Contra Córdoba, dos momentos para pensar el cordobesismo; los aniversarios de apertura y cierre de ciclo setentista (50 años del Cordobazo; 45 del Navarrazo); la reelección de Juan Schiaretti, la muerte de José Manuel De la Sota y el kirchnerismo provincial; la Fómula Fernádez/Fernández y el Peronismo Federal.


SEGUNDO ENCUENTRO (11 de junio)
Algunas claves teóricas para pensar la historia y la coyuntura nacional”

EDUARDO RINESI: conflicto, ambivalencia y ruptura, tres conceptos a rastrear en La introducción a Política y tragedia. Hamlet, entre Hobbes y Maquiavelo


TERCER ENCUENTRO (18 de junio)
Nuevas violencias sociales y de Estado”

MARIO SANTUCHO Y ESTEBAN RODRÍGUEZ ALZUETA: el Epílogo a Bombo, el reaparecido y la Introducción a Vecinocracia. Olfato social y linchamientos para pensar qué pasa con la violencia política y social los años de “democracia”.


COSTO: $600
INSCRIPCIÓN: 351 8140576
Cupos limitados (por espacio)