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martes, 11 de junio de 2019

Homenaje a Leopoldo Marechal


Un día como hoy, 11 de junio, pero en 1900, nacía el escritor peronista, el poeta depuesto
Por Mariano Pacheco*


En un texto publicado en agosto de 1970 en el número inaugural de la revista Nuevos Aires, Leopoldo Marechal escribe “El poeta depuesto”. Había fallecido dos meses antes, luego de entregar esa nota, en la que se refiere a los nuevos “bárbaros muy bien vestidos” que “podían excluir de su comunidad a un poeta que hasta entonces llamaban hermano”. No sólo Juan Domingo Perón (tirano depuesto, según palabras de la Revolución Libertadora, o más bien “Fusiladora”, como la tituló Rodolfo Walsh) había sido desalojado violentamente del gobierno al cual había llegado electo democráticamente, sino que además se prohibía su nombre, el de Evita, y del mismo movimiento. En ese contexto de casi dos décadas de persecuciones, proscripciones y ataques (encarcelamientos, torturas, exilios, fusilamientos, primeras detenciones-desapariciones forzadas de militantes, como el caso Felipe Vallese), también los escritores padecían la sanción de las clases dominantes. De allí lo de “poeta depuesto”.
Nieto de un obrero que había sido combatiente en la Comuna de París (1871) y que tras la masacre emprendida por el “humanismo europeo” se exilió en Uruguay; hijo de Alberto y Lorenza (un uruguayo de ascendencia francesa y una argentina de familia vasco-española), Leopoldo se cría en el barrio porteño de Villa Crespo. En la ciudad-puerto Leopoldo se dedicará de joven a las humanidades y las letras, cursando sus estudios en la Escuela Normal de Profesores Mariano Acosta, y tempranamente adscribirá a las ideas libertarias, siendo adherente del Partido Socialista, aunque una juvenil crisis espiritual lo vinculó al evangelio, vertiente que toma de su linaje materno. El 17 de octubre de 1945 lo encontró en las calles de Buenos Aires, siendo parte de esa oleada de cabecitas negras que invadieron desde los suburbios la capital. Tenía entonces 45 años y una vasta obra poética. También se dedicó al teatro y al ensayo. De la “década infame” queda su “Historia de la calle Corrientes”; de la “década peronista”, Adán Buenos Aires (1948). Murió, como Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, un 26 de junio, pero en 1970, cuando su libro “Megafón, o la guerra”, se encontraba en imprenta, pronto a salir a las calles. En su novela, escribe Marechal estas palabras con las que Jorge Falcone inicia su último film documental, Patrivívora mutando piel” (2019); palabras que compartimos a modo de homenaje a quien supo combatir y resistir el ninguneo que le propinó la República de las Letras Argentinas:
Si los llamé “compatriotas” —adujo Megafón— es porque la idea de Patria será el fundamento de mi tesis. Les enseñaron que la patria era sólo una geografía en abstracción, o algo así como un escenario de la nada. ¿Y qué otra cosa podría ser un escenario teatral si no tiene comedia ni actores que la representen? La verdad pura es que nos movemos en un escenario, que ustedes y yo somos los actores y que la comedia representada es el destino de nuestra nación. ¡Compatriotas, yo les hablaré de un animal viviente, de una patria en forma de víbora!
Si acudí a la víbora fue por tres razones convincentes. Primera: la víbora es un animal del “suceder”, como lo demuestra la del Paraíso; y la patria o es una serpiente del suceder o es una mula siestera.
Mi segunda razón —prosiguió el Autodidacto—se basa en el hecho de que la víbora tiene un hábitat muy extendido en nuestro territorio, desde la yarará de Corrientes hasta la cascabel de Santiago y la anaconda de Misiones.
Sin embargo —añadió el Oscuro—, mi tercera razón es la que importa. La víbora cambia de peladura: ¡se lo exige la ley biológica de su crecimiento!
Oigan —aclaró Megafón—, al ofrecerse la imagen de una Patriavíbora, sostengo que tiene ahora dos peladuras: un cascarón viejo, tremendamente fósil, que se resiste a soltarse del animal; y la peladura nueva que se formó debajo y que batalla por salir a la luz. Compañeros, lo que nos aflige a todos es la tiranía del cascarón. ¿Y saben por qué dura la vieja costra? Porque hay interesados en que la víbora no abandone su cascarón inútil y lo apuntalan con lociones vivificantes y cremas de tortuga.

*Homenaje realizado en el marco de la 12° emisión de PROFANAS PALABRAS. Pasado y Presente de la Argentina y El Mundo, programa que se emite todos los martes, de 16 a 17 horas, por Radio Eterogenia.
CONDUCCIÓN: Mariano Pacheco.  


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