Hace años no sabía nada de él, hasta
que anoche, por wsp, un compañero me dio la noticia. Recién vi el msj, ya tarde
para asistir a despedirlo y pero ciertos recuerdos gratos de aquellos años
(2002, 2003, 2004…) no dejaron de asaltarme.
Hace un rato me recordaron que hoy me
realizan una entrevista a propósito de mi libro “2001. Odisea en el Conurbano”,
y reparo que allí Carlos no aparece mencionado. “¡Que injusticia!”, me dije, y
al instante, rememorando, me sorprendí al descubrir que a Carlos lo conocí
inmediatamente después de aquel diciembre. No fue tanto el tiempo que
compartimos, pero como en todo período intenso en la vida política y cultural
de un pueblo, pocos momentos quedan grabados en la memoria como si fuesen un montón.
Carlitos había sido periodista de
Clarín (diario en el que siguió trabajando hasta jubilarse en 2009) durante la
dictadura, en la sección internacionales. Recuerdo que cuando me lo mencionó le
conté que durante mis primeros pasos en la militancia, los montoneros
silvestres de la zona sur me habían contado que la sección internacionales de
Clarín era fuente de información para ellos, que buscaban enterarse qué pasaba
en otros sitios (entonces, foco puesto en Nicaragua e Irán).
Muchos conocían la importante
historia cultural de su familia, con un abuelo y padre escritores, éste último
amigo de Gardel. Incluso creo que por algunos años vivieron en Francia. Menos
conocido era su paso por el Peronismo de Base.
Carlitos se acercó después de la
insurrección de diciembre, y acompañó la conformación de un área de Prensa de
uno de los MTD de la Coordinadora Aníbal Verón, el de Almirante Brown, donde yo
vivía y militaba. Recuerdo algunas reuniones en mi departamento del barrio Don
Orione, papelógrafos pegados en la pared, hablando del concepto de alienación
en Marx, tomando mate y compartiendo reflexiones sobre el manual de prensa
popular de la época del Chile de Allende que nos había acercado a “los
piqueteros” de la zona sur del conurbano en aquellos primeros años dos mil.
Después compartimos la experiencia
del lanzamiento del Portal Prensa de Frente, nombre elegido por su amigo Lucho
Soria, que nos traía el nombre de Cooke desde el subsuelo de la historia.
Me quedo con esa imagen, sería el año
2004, cuando vi a Carlitos preparar en un breve rato una nota para Clarín. Le
dije que admiraba ver como armaba un texto en tan poco tiempo, porque a mí me
llevaba a veces días escribir dos carillas. “Es cuestión de oficio –me
respondió. Al principio parece difícil pero después lo haces como si nada”.
Entonces me pareció una utopía, y ahora me sorprendo tipeando estas líneas en
un breve rato.
¡Gracias Carlitos por sostener la
antorcha encendida! Y por inspirar a las nuevas generaciones.
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