lunes, 4 de noviembre de 2024

Un día como hoy partía de este mundo Gilles Deleuze

 


¿Quién puede quedar indemne tras leer a Gilles Deleuze?


La máquina de guerra textual que puso en marcha, y la que luego agenció con su camarada y amigo Félix Guattari, no deja de producir sentidos, aún después de sus muertes. Es que, como tan bien ellos comprendieron, las ideas surgidas de sus conversaciones, las frases vertidas sobre un papel, dejaron de pertenecerles (si alguna vez se puede decir que les “pertenecieron”) para ponerse a funcionar donde sea que encuentren oídos.

 

“El que dice algo diferente marcha voluntariamente al manicomio”, escribió un Nietzsche sin el cual es muy difícil entender a Deleuze (¡vaya si Deleuze dijo cosas diferentes!). Aunque la astucia de saber introducir nuevos puntos de vista para pensar los nuevos problemas puede verse traicionada, en tanto que un movimiento de indagación inaudita, experimentación filosófica y narrativa audaz como la suya, puede verse transformada en una nueva jerga, trampas de una suerte de “deleuzianismo”: captura del ejercicio creativo por un nuevo dogma, punto cero del devenir, estancamiento en “modelo”. Deleuze sin Marx, sin Freud, sin lucha de clases. Deleuze estancado en el siglo XX sin capacidad de operar una reactualización de sus aportes al calor mismo de los debates y las luchas contemporáneas.

 

Así como Deleuze supo decir de Sartre (“Fue mi maestro”), nosotres también lo decimos de él, porque ambos (como también Nietzsche y Spinoza), fueron “pensadores privados”, no en el sentido liberal-capitalista que se opone a eso que tanto defendemos (la educación pública), sino en la perspectiva de una especie de “soledad que les pertenece siempre, cualesquiera sean las circunstancias” y, también, “una cierta agitación, un cierto desorden del mundo en el que surgen y en el que hablan” (por eso sólo hablan en su propio nombre, sin “representar” nada).

 

Ese es nuestro desafío hoy: no dejarnos seducir por la jerga sino poner a funcionar, más bien, sus conceptos, del modo análogo en el que Deleuze mismo concibió el ejercicio filosófico: siempre conectado con un afuera textual, con otras narrativas no-filosóficas, con otros modos de expresión no textual. Para crear conceptos, siempre nuevos, siempre ligados a nuestros devenires, y a nuestra historia.


domingo, 3 de noviembre de 2024

La escritura del proceso de lectura (Taller)

 


CRÓNICAS Y RELATOS

 Taller de Experimentación Narrativa


Miércoles 6 y 20 de noviembre 

(De 19 a 21 horas- Virtual)

 

 

LECTURAS

 

Daniel Link: La lectura, una vida

 

María Moreno: Contramarcha

 

 

 FILOSOFÍA Y LITERATURA COMO INICIATIVAS DE SALUD

La literatura y la filosofía como iniciativa de salud, posibilidad de vida, contra los estados de enfermedad que producen una interrupción del proceso creativo. Desde este enfoque nos proponemos combinar en este espacio el despliegue de la imaginación con un trabajo sobre nuestras propias experiencias de vida y las observaciones que podamos realizar de nuestro entorno, para desde allí producir ensayos, relatos, crónicas, prosas breves en las que asumamos que no se puede escribir sin ser interrumpido por la vida, y lejos de leer allí un obstáculo, hacer de ello una potencia de producción artística.

Siguiendo las pistas de quienes plantearon que la experiencia es inseparable de la memoria, buscamos que las lecturas con las que contamos, las películas que hemos visto, las canciones que hemos escuchado, las conversaciones que hemos presenciado, las calles que hemos caminado, los conflictos que hemos atravesado, puedan ser tomados como astillas de experiencia para armar una determinada imagen (de escritura) a través de la cual encontremos y narremos nuestro mundo, que nunca es un mundo individual sino de encuentros, de concordancias y discordancias, de composiciones y descomposiciones de relaciones.

En este sentido, escrituras sintomáticas se propone partir de la propia experiencia de vida (singular/ colectiva) para ejercitar la narración, tomar la propia biografía y los ejercicios de memoria que podamos realizar como puntos de partida para emprender la escritura, no en términos de un refuerzo del yo, sino como inspiración para una construcción que transforme eso que vimos, escuchamos, imaginamos, vivenciamos, en un material de escritura.

Apostamos a que cada sesión virtual funcione como lugar de encuentro: para leer y reflexionar sobre la escritura, incitar a la elaboración de los propios textos, corregir y reescribir, compartir el placer de la lectura, la escritura y la conversación, en la búsqueda de seguir el rastro de nuestros síntomas y conquistar con la escritura lo desconocido que llevamos dentro.

 

 

Actividad arancelada- Escuela Autogestiva de Literatura A. F. Oliva

 

CONSULTAS: palabrasprofanas@gmail.com