miércoles, 16 de julio de 2025

“Ni una palabra” de Harlan Coben

Es una serie atrapante, adictiva diría.



Un adolescente muerto, otro desaparecido, dos mujeres que se suman a la lista de fallecidos, nuevas desapariciones, pero también, las problemáticas existenciales durante la adolescencia, el vínculo padres-madres/ hijes, los consumos problemáticos, los secretos, la violencia generalizada, la explotación de mujeres, la investigación policial, la justicia, el narcotráfico, el bullying escolar, la infidelidad matrimonial… Ufff son demasiadas cosas para 6 episodios de menos de una hora cada uno.

 

Lo que más me gustó la serie fue que una de sus protagonistas (Magdalena Boczarska en el papel de Anna, la madre del joven desaparecido), practicara kendo.

 

Ambientada en Varsovia, “Hold Tight” es una de las tantas adaptaciones que Netflix realizó (entre 2018 y 2023), de alguna de los libros de Harlan Coben, autor estadounidense que ya ha vendido más de 75 millones de sus 33 novelas de misterio y suspenso.


Confieso no haber leído ninguno de los libros, así que no sé si es una cuestión que también aparece en las novelas o no, pero al menos en las series (ya vi también “Quedate en casa” y “No hables con extraños”), diría como enfaticé al inicio de estas líneas– que son atrapantes, prácticamente adictivas, porque mantienen la tensión de manera permanente. Pero a su vez son rizomáticas, en un mal sentido: las historias no paran de proliferar y a veces confunden, marean un poco.


Por otro lado, siguiendo cierta tradición de la literatura policial (incluso esa suerte de efecto más específica de los cuentos), toda la historia (todas las múltiples historias, paralelas pero que se van entretejiendo), terminan con un final un poco zonzo, o que no llega a estar a la altura de la tensión que (al ser además miniseries) logran sostener a lo largo de los capítulos anteriores, dejando esa sensación que podría expresarse en una sensilla frase: “¿ah, eso era lo que pasó?”

 

 

lunes, 14 de julio de 2025

Hiroshima Mon amour


Finalmente volví a ver la pelí

La vi junto a Marie, un día después de haber encontrado un ejemplar de “El dolor” en una de las librerías de “Usados y saldos” de la calle Corrientes por la que siempre paso; la misma en la que, semanas atrás, “apareció” entre los estantes (y ella me regaló) “El amante”, que leí con voracidad en estos días. Ambos libros de Doña Marguerite Duras, quien escribe también el guión de este film estrenado en 1959, con dirección de Alain Renais, en su debut cinematográfico.


La pasión de los cuerpos de una mujer francesa (actriz) y hombre japonés (arquitecto) en el cuarto de un hotel. Los recorridos en auto por Hiroshima, sus calles, y también las marcas del horror, la memoria de la bomba atómica a través de los restos y desechos que en un museo se pueden conservar. El fantasma de las desdichas durante una noche de copas en un bar y la historia que irrumpe en el film a través de la filmación de un film. El amor, la historia y el arte. La guerra y sus secuelas. Las apuestas por la paz, y por combatir el horror del olvido.


Excelentes actuaciones de Emmanuelle Riva y Eiji Okada, en una película relativamente corta (una hora y media) de la que me quedo con la cuidada erótica que la atraviesa de principio a fin, con el bello francés pronunciado sin atolondramientos por lxs protagonistas, siguiendo diálogos, pensamientos interiores y monólogos de un guión en el que ya se podía detectar con claridad la apuesta por un estilo.


Comparto este breve extracto de un diálogo del inicio:


--Escúchame. Como tú, conozco el olvido.

--No. No conoces el olvido.

--Como tú, estoy dotada de memoria. Conozco el olvido.

--No, no estás dotada de memoria.

--Como tú, he olvidado.

--Como tú, he deseado tener una memoria inconsolable, una memoria de sombras y piedras. He luchado por mi cuenta con todas mis fuerzas contra el horror de ya no entender, la necesidad de acordarse. Como tú he olvidado. 

jueves, 10 de julio de 2025

Fuera de temporada, film de Stéphane Brizé


“Fuera de temporada” me sorprendió para bien. Me pareció un gran film: sobre la soledad, el fantasma del fracaso, la fama, la frustración, la ambición desmedida, la vocación artística, el desgano… también sobre el amor.

 

Digo me sorprendió porque fui (de yapa: ¡volver al Cine Arte, ahora “Cacodelphia”!) sin demasiadas expectativas, por algún comentario que había leído, de esas frases efectistas que daban la idea de un típico film romántico de historia del pasado que aparece en el presente. Y si bien hay algo de eso, Stéphane Brizé, su director (y guionista junto a Marie Drucker), logran llevar esas casi dos horas que dura esta película francesa hacia zonas que se salen del lugar común.

 

Lxs protagonistas son Guillaume Canet y la actriz italiana Alba Rohrwacher (sí, la Lenú de la madurez de “Mi amiga brillante”, de Elena Ferrante).

 

Él, en el papel de Mathieu, un reconocido actor de cine que abandona el proyecto de protagonizar por primera vez una obra de teatro, a semanas de su estreno, e intenta refugiarse en el spa de un pueblo costero (intenta, puesto que las selfiels que le pide le impiden –valga la redundancia– conquistar la tranquilidad anhelada), donde lee guiones de proyectos para posibles nuevos films, mientras cruza llamados con su exitosa y siempre ocupada mujer, dedicada a la televisión. Hay una buena correspondencia entre paisaje desolado y cierta tristeza de los personajes.

 

Ella interpreta el papel de Alice, una mujer casada y con una hija adolescente, dedicada a dar clases de piano en aquel pueblo en el que vive junto a su familia, quien lo contacta tras casi dos décadas sin verlo.

 

Ambos vivieron en el pasado una fuerte relación de amor y el encuentro tiene una mezcla de nostalgia (por lo que no fue) y alegría (por el reencuentro).

 

Uno de los momentos más logrados del film, sin embargo, pasa por una lateralidad a la historia central, y es cuando se la muestra a Alice (y ella abre ese mundo a Mathieu), vinculada a una señora mayor, que en el tramo final de su vida puede mostrar (mostrarse), realmente quien es, y buscar, en compañía, cierta felicidad (o como la quieran llamar) para transitar los días que le quedan, y no privarse de festejar.

 

 

martes, 8 de julio de 2025

El amante de Duras

¡Ufff, que tremendo libro es “El amante”!



Una muchachita vietnamita de 15 años y su amante, un hombre chino, adinerado, de 26. ¿Suena siniestro? Y eso que ese es el “lado amable de la historia”. El otro que cuenta es el de una neurus familiar sin límites: un padre ausente, un hermano menor que muere muy joven, un hermano mayor tirano, una madre cruel, muy cruel.

¡Duras es Lo-más! (de Zamora)… El primer acercamiento que tuve a su obra fue hace años (décadas ya), cuando a través de mi gran amigo Cacho, vi “Hiroshima mon amour”, el film con el que debutó el gran Alain Resnais en 1959, con guión de Marguerite (¡que ganas de verlo otra vez!). Años después, en la Sala Lugones del Teatro San Martín vi, en uno de esos maravillosos ciclos de cine que suele haber allí, otra peli con guión suyo: “India Song” (de esa no recuerdo mucho).

El año pasado, buscando nuevos materiales para el Taller Escrituras sintomáticas”, me topé con “Escribir”, y quedé fascinado con ese breve ensayo narrativo. Al poco tiempo Marie Guzzo me regaló el breve y bello “Nada más” y el otro día, caminando y recorriendo librerías por la calle Corrientes, encontré esta hermosa edición y me leí este libro como quien devora algo que no puede dejar de ingerir. Vi que también hay una versión cinematográfica, pero me da miedo verla, no quiero decepcionarme con esta historia que en versión literaria llega a su punto de perfección.

La semana que viene intentaré comentarlo en “La Biblioteca”, la columna quincenal que hago los miércoles en AM 830 en uno de los programas del amigo Mario Hernández. Mientras comparto estas líneas:

Nunca buenos días, buenas tardes, buen año. Nunca gracias. Nunca una palabra. Nunca la necesidad de pronunciar una palabra. Todo permanece mudo, lejano, es una familia pétrea, petrificada, en una espesura sin acceso alguno. Cada día intentamos matarnos, matar. No solo no se habla, sino que tampoco se mira... La palabra conversación está proscripta… Toda comunidad, sea familiar o de otra índole, nos resulta odiosa, degradante. Estamos unidos en una vergüenza de principio por tener que vivir la vida”.

 

PH: bar Nica, a la vuelta de Plaza de Mayo 

lunes, 7 de julio de 2025

La subjetividad en riesgo

“EXTREMAS DERECHAS, FILOSOFÍA Y EMANCIPACIÓN”

 


¿Qué puede un cuerpo precarizado por el pluriempleo y los bajos salarios? ¿Qué puede un pueblo socialmente avasallado y políticamente desorientado? ¿Es posible sostener un combate abierto, ya no sólo contra las injusticias que producen sufrimiento en nuestras vidas, sino también contra la resignación que conduce al ensimismamiento de nuestras experiencias singulares y colectivas?

En este ciclo de encuentros nos proponemos recuperar, para la disputa anímica y la politización del malestar, un conjunto de lecturas contemporáneas y de experiencias de nuestro pasado reciente: de Alain Badiou al Movimiento piquetero, de las Madres de Plaza de Mayo a Mark Fisher, de Franco Bifo Berardi al movimiento feminista, de Silvia Federici a las economías populares, de los alzamientos y rebeliones populares latinoamericanas a Suely Rolnik, de Ignacio Lewkowicz al ascenso de las extremas derechas.

Trazar una genealogía y cartografiar la actualidad de la producción teórica contestaria y los procesos de lucha que buscan reintroducir la dimensión de la resistencia y la dignidad en nuestras maltratadas existencias contemporáneas es parte del desafío.

 

Actividad virtual arancelada- Frecuencia quincenal.

Miércoles de 19 a 21 (hora argentina)

 

Duración: dos meses

Inicio: 16 de julio

Coordinación: Mariano Pacheco*

Consultas: institutoplebeyo@gmail.com


LECTURAS:

 

1.IMPOTENCIA/ DESORIENTACIÓN

 BIFO: “La era de la impotencia” (en Futurabilidad)

BADIOU: “Dos ejemplos llamativos de desorientación” y “La obsesión negativa: de la diferencia radical”

 LEWKOWICZ: “Desgarro, fragmentación, desligadura”

 

2-FEMINISMOS Y POLÍTICAS DEL COMÚN

FEDERICI: “La lucha de las mujeres y la producción de los comunes urbanos” (en Reencantar mundo) y “La política de los cuerpos en la revuelta feminista”; “El cuerpo en la crisis reproductiva actual” y “Rehacer nuestros cuerpos, ¿rehacer el mundo?” (en Ir más allá de la piel)

 BADIOU: “Una desorientación singular: el feminismo contemporáneo”

 

3- DISPUTA ANÍMICA Y POLITIZACIÓN DEL MALESTAR

FISHER: “La privatización del estrés” (en Realismo capitalista) y “La lenta cancelación del futuro” (en Los fantasmas de mi vida)

ROLNIK: “Diez sugerencias para una incesante descolonización del inconsciente” (en Esferas de la insurrección)

LEWKOWICZ: “Habitar, desacelerar, suspender”

 

4. UN COMUNISMO DEL SIGLO XXI

BADIOU: “La idea de comunismo”

FEDERICI: “Del comunismo a los comunes. Una perspectiva feminista”

LEWKOWICZ: “La política, un placer olvidado”

 

domingo, 6 de julio de 2025

No hables con extraños (The Stranger)



La miniserie británica de 8 capítulos que, tardíamente, descubrí en Netflix, tiene un final medio pedorro, pero en contraparte posee la gran virtud de atraparte con casa episodio (y eso que duran entre 45 y 50 min cada uno).

 

Una pareja de chicas jóvenes que se dedican a indagar en la web y deschavar secretos. Al principio por dinero, pero luego –al menos una de ellas— por una cuestión moral.

 

La serie es de 2020, y no tiene nada que ver con el film danés de 1995 (el año pasado se hizo una reversión norteamericana, que no vi, a diferencia de la primera), sino que está basada en la novela de Harlan Coben.

 

 Esta historia llena de secretos, pero también de sorpresas, de giros inesperados, cuenta con al menos dos destacadas actuaciones, que conforman además el pilar de las dos parejas protagonistas: Siobhan Finneran interpreta a la experimentada detective Johanna Grif, quien llevará el caso de investigaciones múltiples que presenta la historia al ramificarse (una alpaca que aparece decapitada, un joven que es internado luego de que lo encuentren desnudo e inconsciente en el bosque, donde se realizó una “fiesta muda” entre los adolescentes del pueblo; una mujer que desaparece y otra que es asesinada…) y Richard Armitage, en el papel de Adam Price, abogado que lleva el caso de una historia secundaria (un ex policía que está por ser desalojado de su histórica casa porque está por avanzar allí un proyecto inmobiliario) y, a la vez, esposo de la mujer desaparecida.

 

Lo más interesante para mí es el trasfondo de exposición de nuestras vidas contemporáneas, producto de lo esclavos que permanecemos al uso de tecnologías (teléfonos celulares, redes sociales, navegación por internet), pero también, de los crecientes simulacros con que el capitalismo puede encantarnos para virtualizar nuestras vidas, incluso cuando estamos de cuerpo presentes (en este caso, los test de embarazo, las ecografías y las “panzas” que permiten simular un embarazo). 

viernes, 4 de julio de 2025

Habitación Macbeth, de Pompeyo Audivert

Lo que puede un cuerpo sobre un escenario

 


El juego de luces y sombras, de voces y movimientos corporales, de silencios, voces y sonidos hacen de esta versión argenta del clásico de Shakespeare dirigida y actuada por Pompeyo Audivert una obra maestra.

 

En tiempos de hiperconexión y redes sociales, ni bien se ingresa al Teatro (en este caso, el Metropolitan situado en la emblemática calle Corrientes al 1300), se solicita al público presente no sólo que silencien o apaguen sus teléfonos celulares (como se acostumbra a hacer en cualquier sala, de cine o de teatro), sino que también se aclara que no puede filmarse ni sacarse fotos.

 

En la época de la tiranía del yo, vemos a este artista disolver esa ilusión de una unidad en una multiplicidad de personajes, que se alternan unos a otros en cuestión de segundos, con sus voces y posiciones físicas específicas y bien diferenciadas: las brujas Fatídicas, Macbeth, Lady Macbeth y Banquo, entre otros (siete en total). Fundamental, asimismo, el cruce con Becket.

 

El escritor italiano Ítalo Calvino, supo decir que un clásico literario era toda aquella producción que nunca termina de decir lo que tiene para decir. Y vaya si con Shakespeare pasa esto.

 

En este caso, además, con una tremenda y escueta puesta en escena: un espejo, el marco de un cuadro y un vestuario que se reduce a una bata, unas medias y un par de zapatos para el actor, un banco y un micrófono para el cellista, Claudio Peña, pieza fundamental del rompecabezas teatral que logra romper cabezas.

 

Juego de máscaras, relaciones de fuerzas, entramados de poder, potencias ficticias que actúan sobre lo real, la locura y la muerte, las resurrecciones.

Una obra que surge en pandemia y que, como comentó el propio actor y director, busca trabajar, lo que habita un cuerpo en una habitación.

 

Los espectadores entramos en esa dimensión poética, teatral, imaginaria. “El tema es tener confianza en que esas fuerzas teatrales puras siguen existiendo, que no han sido disipadas por toda la maquinaria más capitalista que ha podido desembarcar en el teatro sus propias formas de producción más autorreproductivas”, dice Audivert en una entrevista para la revista Crisis.

 

Impresionante. Demoré en verla... Si no lo hicieron aún: ¡no se la pierdan!