CASI UN MES DE TOMAS DE COLEGIOS EN BUENOS AIRES
Por Mariano Pacheco*
(14 de septiembre de 2017)
Dos semanas de tomas de
escuelas en Buenos Aires. 23 colegios ocupados, una negativa del
ministerio de educación a recibir a los estudiantes y el anuncio de
una nueva movilización para este viernes.
Mañana
se cumplen dos semanas desde que el estudiantado de La Manuel
Belgrano diera el primer paso tomando su escuela. Hoy ya son 23 los
establecimientos ocupados por las y los estudiantes que protestan
contra la reforma educativa impulsada por la gestión Cambiemos
(“Secundaria del Futuro”), y que reclaman se declare la
Emergencia en violencia de género en los colegios, además de exigir
que el gobierno nacional tome cartas en el asunto para que el joven
Santiago Maldonado aparezca con vida, un mes y medio después de su
secuestro.
Una reforma educativa
Pro-Mercado
Alguna
vez Ernesto Guevara dijo: “si el presente es de lucha el futuro es
nuestro”. A menos de un mes de que se cumplan los 50 años del
asesinato del Che en Bolivia, cientos de jóvenes que estudian en los
colegios secundarios de Buenos Aires se han organizado para dar
batalla contra lo que entienden es un nuevo intento de los sectores
de poder para avanzar sobre la juventud, en este caso, con reformas
educativas que priorizarían más su incorporación al mercado
laboral como mano de obra precarizada que su formación para el
futuro.
Septiembre
suele ser un mes movido en colegios de la ciudad gobernada
actualmente por Horacio Rodríguez Larreta. A veces con procesos de
organización más silenciosos, con actividades vinculadas al
aniversario de la denominada “Noche de los lápices” (el año
apsado se realizaron actividades bajo el lema “Septiembre es de
lucha, el futuro es nuestro”), y otras –como este año-- donde
ese tipo de desarrollo menos visible se combina con explosiones de
bronca por parte de los pibes y las pibas que hacen que la opinión
pública preste atención a lo que dicen, a lo que hacen, aunque las
más de las veces sea para condenarlos, bajo pretexto de que, por
edad, adolecen del carácter necesario para tomar decisiones de
adultos.
Como
sea, la cuestión es que el viernes 1 de septiembre la ciudad
amaneció con diez colegios tomados. Dos semanas después, los
establecimientos ocupados se han multiplicado. En el medio los
estudiantes vieron como la represión policial a la movilización
realizada a Plaza de Mayo por el mes transcurrido desde que la
Gendarmería Nacional secuestró a Santiago Maldondo intentaba meter
miedo y días después –venciendo el fantasma del terror que
circula aun por nuestra sociedad-- se movilizaron con tres mil
estudiantes por las calles porteñas.
“Lo
que está en juego en esta lucha son dos modelos diferentes,
antagónicos de entender la educación”, explica Ignacio Mattos en
diálogo con Zoom.
Mattos tiene 18 años, es militante de la agrupación La Simón
Bolívar y es una de las caras más visibles de la Coordinadora de
Estudiantes de Base (CEB). Mattos cuenta que la iniciativa
gubernamental “Secundaria del Futuro” no busca más que reducir
contenidos y promover la flexibilización laboral, enlazando la
educación pública con las empresas privadas” (durante el último
año de cursada del secundario, los estudiantes suplantarían el 50%
de su cursada en la escuela a cambio de asistencia a pasantías, que
no serían más que un trabajo gratuito en empresas privadas). Y
aclara que el objetivo del aprendizaje según lo fija el propio texto
de la reforma no está “centrado en el aprendizaje de contenidos,
sino en el enfoque por capacidades necesarias para la sociedad del
futuro”.
Otro aspecto central del
proyecto es el cambio de metodología de enseñanza, lo que puso a
gran parte de los gremios docentes en sintonía con los estudiantes
en contra del gobierno. Lo que está en juego en esta disputa con los
gremios es el rol del docente y el estatuto, que parece querer ser
barrido del mapa laboral como otras conquistas, atacadas por el
macrismo bajo el pretexto de la “modernización”.
Adentro y más allá de las
escuelas
Las
adolescentes que asisten a los colegios secundarios parecen no estar
al margen de una realidad de violencia de género presente en nuestra
sociedad, en los últimos tiempos mucho más visibilizada, sobre todo
a partir del fenómeno de #NiUnaMenos. Si se tiene en cuenta que en
Argentina se comete un femicidio cada 18 horas, no resulta tan
extraño entonces escuchar de boca de muchas adolescentes su reclamo:
que necesitan que el Estado se haga cargo de este tipo de
problemáticas, ya que los casos de abusos sexuales han proliferado
en los establecimientos escolares. “Las escuelas necesitan de
manera urgente crear y aplicar un protocolo contra la violencia de
género, que incluya capacitación docentes y asesoramiento a las
autoridades, que hoy se muestran totalmente incompetentes ante estas
temáticas”, destaca Antonella Giuso, delegada de la CEB.
La
incorporación de temáticas como la violencia de género o el
reclamo por la aparición con vida de Maldonado singularizan el
actual conflicto estudiantil, a diferencia de otros reclamos
anteriores que también se expresaron en ocupaciones de
establecimientos, como fue en 2013 y 2010 (que incluso se extendieron
a otras provincias, como Córdoba). Asimismo, por la ligazón con un
modelo laboral sustentado en la flexibilización y la precarización
de esta nueva reforma educativa, la lucha emprendida por los
estudiantes secundarios suscitó apoyos no solo de algunos gremios
docentes, sino también de otros sectores de trabajadores, como los
despedidos de Pepsico y la Confederación de Trabajadores de la
Economía Popular (CTEP), que a través de sus secretarías de
Derechos Humanos y Mujeres y Diversidad (presididas por Lito Borello
y Belén Rozas, respectivamente), se hicieron presentes en el
conflicto en estos días. “Acompañamos
desde un primer momento la lucha que están llevando a cabo las y los
estudiantes secundarios, porque como trabajadoras de la economía
popular repudiamos la reforma educativa que pone a los pibes y a las
pibas como mano de obra barata para un modelo de país que acumula
riqueza para unos pocos a costa del pueblo entero”, sostuvo Rozas,
en diálogo con este medio. Además, la referente social agregó que
desde la mencionada secretaría vienen exigiendo también la
declaración de la emergencia en violencia de género. “Es
fundamental que la juventud se ponga de pie contra este gobierno y
que todos los sectores combativos apoyemos y concluyamos nuestras
luchas en pos de sumar fuerza”, remató. Borello, por su parte,
destacó la importancia de la unidad de los distintos sectores
populares que se unen para resistir las políticas neoliberales del
actual gobierno y para construir otro mundo posible. “Durante estos
días estuvimos recorriendo las escuelas y seguimos atentamente este
conflicto, preocupados por la soberbia y la sordera del gobierno ante
los reclamos del movimiento estudiantil”.
Por otra parte, desde la CEB
destacaron que hoy en día la escuela
funciona como un lugar de contención y no de formación del
pensamiento crítico. “La situación socio-económica de la
juventud también pone de manifiesto los problemas de fondo: el 20%
de los y las jóvenes que egresa de la escuela esté desempleado, el
60% de los empleados están en negro, más de 750.000 jóvenes
argentinos no trabajan pero tampoco estudian y 80.000 dejan sus
estudios para ir a trabajar”, destacaron a través de un
comunicado.
Pedagogía del miedo
A pocos días de cumplirse un
nuevo aniversario de “La noche de los lápices”, el ralid
represivo de septiembre de 1976 que secuestró, torturó y
desapareció a jóvenes estudiantes secundarios de la ciudad de La
Plata (historia ampliamente conocida por la investigación
periodística realizada por María Seoane y Héctor Ruiz Nuñez,
publicada en formato libro en 1986 y el estreno cinematográfico del
film de Héctor Olivera el mismo año), la gestión Cambiemos en la
ciudad de Buenos Aires puso en circulación un “Instructivo” para
que las autoridades de los colegios denuncien penalmente las medidas
de fuerzas. Y si bien desde el
Ministerio de Educación de la Ciudad negaron la autenticidad de
dicho instructivo, lo cierto es que fue distribuido en los
establecimientos escolares por medio de una cuenta de e-mail oficial
del Ministerio (dem@bue.edu.ar) y fue utilizado por los directivos de
los colegios Mariano Acosta, Julio Cortázar y Manuel Belgrano para
presentar denuncias penales contra los estudiantes que protagonizan
las tomas de escuelas. Incluso dos de ellas citaron el instructivo en
sus denuncias. Y más allá de declaraciones periodísticas, el
Ministerio no hecho circular ninguna versión oficial que desmienta
la circulación de dicho instructivo por canales oficiales de
comunicación del Estado.
Más allá de la valentía de
los jóvenes y el asesoramiento jurídico que puedan tener para el
caso de parte de abogados defensores de los derechos humanos, lo
cierto es que la pedagogía del miedo comienza a circular ante este
tipo de casos. Una pedagogía que surte más efecto en los padres que
en los menores de edad que protagonizan estas protestas.
Al parecer, los funcionarios
de Educación de la ciudad parecen olvidar que aún en sistemas
democráticos restringidos como en los que vivimos, el derecho a la
protesta es madre de otros derechos consagrados en la Constitución
Nacional. Por supuesto, también ameritaría un debate el hecho de si
las protestas no son también formativas de un pensamiento crítico
entre la juventud e incluso, un acto pedagógico tanto para
estudiantes como para docentes. Por algo en su memento desde la
Asociación de Trabajadores de la Educación de Neuquén (ATEN),
junto con el rostro del maestro Carlos Fuentealba (asesinado en una
protesta el 4 de abril de 2007) levantaron la consigna “Maestro
luchando también está enseñando”.
Este cronista tuvo la
oportunidad, hace unos días, de hacerse presente en el colegio
Manuel Belgrano. Y ver allí como un grupo de chicas y muchachos
(cuyas edades oscilaban entre los 14 y los 18 años), se hacían
cargo de la reproducción material (y simbólica) de sus vidas: desde
cocinar, lavar los platos, limpiar los baños y acomodar los espacios
de reunión hasta garantizar el cuidado de sí, registrando quienes
estaban en el establecimiento, impidiendo que se consumieran drogas o
alcohol, o haciendo guardias en la puerta de ingreso para no permitir
que nadie ajeno a la protesta ingresara al lugar. Esto sin mencionar
el profundo ejercicio educativo y democrático que se los veía
realizar, tanto con el desarrollo de talleres temáticos (muchos
coordinados por docentes que se acercaban a la protesta a
solidarizarse) así como también en los modos de resolver los
desafíos presentados, mediante asambleas en donde de manera
horizontal todos los presentes podían opinar y contribuir a una toma
de decisiones colectivas y elegir a sus delegados de escuela para ser
la voz ante los demás colegios reunidos en la Coordinadora de
Estudiantes de Base.
Al cierre de esta edición los
estudiantes se habían congregado frente al ministerio de educación
de la ciudad. La Ministra Soledad Acuña había prometido
recibirlos, pero luego se negó a hacerlo. Si entraron representantes
sindicales, entre ellos Amanda Martín, secretaria adjunta de ADEMYS,
quien en diálogo con ZOOM
destacó que el gobierno parece “muy decido a avanzar con la
reforma”. “Confirmaron el tema de las pasantías y el cambio de
las evaluaciones por los créditos”, comentó. Para la dirigente
gremial, tanto por sus argumentos como por sus propuestas
pedagógicas, la iniciativa gubernamental no puede ser avalada por la
comunidad educativa. Martín contó que la ministra se quedé sólo
un rato en la reunión y que luego los funcionarios presentes no
pudieron dar respuestas a las preguntas que vienen planteando los
estudiantes en este proceso de lucha, que intentaron ser
judicializadas por el ministerio.
“Las tomas de escuelas son una herramienta de lucha totalmente
legítima gestada históricamente por el movimiento estudiantil y
nosotros no sólo las apoyamos sino que estamos ahí junto a los
estudiantes, promocionando la gestación de un gran movimiento en
defensa de la educación pública”, remató la dirigente sindical,
quien confirmó que este viernes los estudiantes otra vez estarán en
las calles y que desde ADEMYS están impulsando una “gran marcha
educativa” para al semana que viene.
*Nota publicada en revista Zoom.