Un
día como hoy, 11 de junio, pero en 1900, nacía el escritor peronista, el poeta depuesto
Por
Mariano Pacheco*
En
un texto publicado en agosto de 1970 en el número inaugural de la
revista Nuevos Aires, Leopoldo Marechal escribe “El poeta
depuesto”. Había fallecido dos meses antes, luego de entregar esa
nota, en la que se refiere a los nuevos “bárbaros muy bien
vestidos” que “podían excluir de su comunidad a un poeta que
hasta entonces llamaban hermano”. No sólo Juan Domingo Perón
(tirano depuesto, según palabras de la Revolución Libertadora, o
más bien “Fusiladora”, como la tituló Rodolfo Walsh) había
sido desalojado violentamente del gobierno al cual había llegado
electo democráticamente, sino que además se prohibía su nombre, el
de Evita, y del mismo movimiento. En ese contexto de casi dos décadas
de persecuciones, proscripciones y ataques (encarcelamientos,
torturas, exilios, fusilamientos, primeras detenciones-desapariciones
forzadas de militantes, como el caso Felipe Vallese), también los
escritores padecían la sanción de las clases dominantes. De allí
lo de “poeta depuesto”.
Nieto
de un obrero que había sido combatiente en la Comuna de París
(1871) y que tras la masacre emprendida por el “humanismo europeo”
se exilió en Uruguay; hijo
de Alberto y Lorenza (un
uruguayo
de ascendencia francesa y una
argentina
de familia vasco-española),
Leopoldo
se
cría en
el barrio porteño de Villa Crespo. En la ciudad-puerto Leopoldo se
dedicará de joven a las humanidades y las letras, cursando sus
estudios en la Escuela Normal de Profesores Mariano Acosta, y
tempranamente adscribirá a las ideas libertarias, siendo adherente
del Partido Socialista, aunque una juvenil crisis espiritual lo
vinculó al evangelio, vertiente que toma de su linaje materno. El 17
de octubre de 1945 lo encontró en las calles de Buenos Aires, siendo
parte de esa oleada de cabecitas negras que invadieron desde los
suburbios la capital. Tenía entonces 45 años y una vasta obra
poética. También
se dedicó al teatro y al ensayo. De
la “década infame” queda su “Historia de la calle Corrientes”;
de la “década peronista”, Adán Buenos Aires (1948). Murió,
como Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, un 26 de junio, pero en
1970, cuando su libro “Megafón, o la guerra”, se
encontraba en
imprenta, pronto a salir a las calles. En su novela, escribe Marechal
estas palabras con las que Jorge Falcone inicia su último film
documental, “Patrivívora
mutando piel” (2019);
palabras
que compartimos a modo de homenaje a quien supo combatir y resistir
el ninguneo que le propinó la República de las Letras Argentinas:
—Si
los llamé “compatriotas” —adujo Megafón— es porque la idea
de Patria será el fundamento de mi tesis. Les enseñaron que la
patria era sólo una geografía en abstracción, o algo así como un
escenario de la nada. ¿Y qué otra cosa podría ser un escenario
teatral si no tiene comedia ni actores que la representen? La verdad
pura es que nos movemos en un escenario, que ustedes y yo somos los
actores y que la comedia representada es el destino de nuestra
nación. ¡Compatriotas, yo les hablaré de un animal viviente, de
una patria en forma de víbora!
Si
acudí a la víbora fue por tres razones convincentes. Primera: la
víbora es un animal del “suceder”, como lo demuestra la del
Paraíso; y la patria o es una serpiente del suceder o es una mula
siestera.
Mi
segunda razón —prosiguió el Autodidacto—se basa en el hecho de
que la víbora tiene un hábitat
muy extendido en nuestro territorio, desde la yarará de Corrientes
hasta la cascabel de Santiago y la anaconda de Misiones.
Sin
embargo —añadió el Oscuro—, mi tercera razón es la que
importa. La víbora cambia de peladura: ¡se lo exige la ley
biológica de su crecimiento!
Oigan
—aclaró Megafón—, al ofrecerse la imagen de una Patriavíbora,
sostengo que tiene ahora dos peladuras: un cascarón viejo,
tremendamente fósil, que se resiste a soltarse del animal; y la
peladura nueva que se formó debajo y que batalla por salir a la luz.
Compañeros, lo que nos aflige a todos es la tiranía del cascarón.
¿Y saben por qué dura la vieja costra? Porque hay interesados en
que la víbora no abandone su cascarón inútil y lo apuntalan con
lociones vivificantes y cremas de tortuga.
*Homenaje
realizado en el marco de la 12° emisión de PROFANAS
PALABRAS. Pasado y Presente de la Argentina y El Mundo,
programa
que se emite todos los martes,
de 16 a 17 horas, por Radio
Eterogenia.
CONDUCCIÓN:
Mariano
Pacheco.
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