Existen
ciudades de Córdoba que han limitado las fumigaciones con la restricción de una
determinada cantidad de metros del casco urbano (por ejemplo Alta Gracia, con
1.500).Otros
municipios, como Anisacate, directamente se han declarado “territorios libres
de agroquímicos”. Ambas experiencias han servido de base para San Clemente,
localidad enclavada en las sierras que en los próximos días pondrá en vigencia
una resolución que prohibirá el uso de agrotóxicos dentro del ejido comunal.
Subiendo por
el Camino de las Sierras, a unos 80 kilómetros de la ciudad de Córdoba y a unos
40 de Alta Gracia, se encuentra San Clemente, una comuna en la que habitan de
manera permanente alrededor de 270 personas. El sitio cuenta con un
dispensario, una sede de los bomberos voluntarios, un pequeño destacamento
policial y algunos pocos comercios del rubro alimenticio. Los primeros pasos
para transformarse en comuna los dieron algunos vecinos, a principios de la
década del 90, cuando llegó la energía eléctrica. Entre ellos se encontraba
Ramón Antonio López, su jefe comunal desde 2003 y hasta la actualidad, que vive
en la zona desde 1974. El motor laboral del lugar es el turismo: sea con la construcción
o con el mantenimiento de la casas de veraneo o fines de semana. Ese “paraíso”
de montaña se declarará en breve “libre de agroquímicos”.
Agroquímicos, no
En
conversación con El Argentino, Ramón López comenta el proyecto que contempla la
“prohibición absoluta de cualquier tipo de producto químico o biológico de uso
agropecuario destinado a la fumigación o a la fertilización agrícola o
forestal”. La excepción son los productos vinculados a la práctica de
agricultura orgánica, agroecológica o biodinámica. También queda prohibida la
limpieza de todo tipo de maquinarias y equipos utilizados para la aplicación de
productos químicos o biológicos de uso agropecuario destinados a la fumigación
o a la fertilización agrícola o forestal. El proyecto aclara que se considera
producto químico o biológico de uso agropecuario a “todo producto químico inorgánico
u orgánico o biológico, que se emplea para combatir o prevenir la acción de
insectos, ácaros, malezas, hongos, bacterias y roedores, perjudiciales al
hombre o a los animales y de todo agente de origen animal o vegetal, que ataque
o perjudique a las plantas útiles y sus productos, por ejemplo acaricidas,
alguicidas, bactericidas, fungicidas, herbicidas, insecticidas, molusquicidas,
nematicidas y rodenticidas. Esta definición incluye también a los productos
químicos utilizados como fertilizantes e inoculantes, exceptuando los productos
de uso veterinario”.
Efecto contagio
A instancias
de los vecinos e invitado por López, el concejal de Alta Gracia por la Unión
Cívica Radical Roberto Brunengo asistió días atrás a una reunión, en la cual
contó la experiencia de su ciudad y de Anisacate, que sirvió de base para el
proyecto en San Clemente.
En diálogo
con este diario, el edil sostuvo que la zona tiene las mejores condiciones para
transformarse en un polo “eco-turístico” de la región. Brunengo, que conoce bien
la región -ha pasado gran parte de su infancia por esas tierras- afirma que es
probable que se produzca un “efecto contagio”, y otras comunas y municipios
contiguos puedan seguir el mismo camino. “La idea es tomar acciones preventivas
ante la inminente extensión de la frontera agrícola”, aseguró a este diario.
“Hecha la
ley, hecha la trampa”, sostiene un dicho popular. Por eso, entre otras cosas,
el proyecto contempla cobrar altas multas para quienes incumplan la resolución.
San Clemente es un caso que, lejos de intentar “tapar el sol con las manos”, se
propone tomar las medidas necesarias para que esas tierras sigan siendo un
lugar digno de ser habitado.
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