Los
juicios en Tucumán
Foto: InfoJusNoticias
Tal
vez ahora, que los seis militares acusados por su asesinato fueron
condenados a reclusión perpetua, los restos de Osvaldo
Sigfrido De Benedetti por
fin descansen en paz. Así lo entendió Emma, su hermana, que llegó
a Tucumán con su otro hermano, Miguel, desde la provincia de Santa
Fe, donde ambos viven. “Es
una gran alegría que se haga Justicia”, afirmó
Emma, y recordó a Osvaldo como un
tipo “alegre y
carismático”.
En
la primera y segunda fila de la sala se encontraban, además de sus
hermanos, muchos compañeros de Osvaldo, como Cachito y Estela, y
otros que llegaron especialmente desde Santiago del estero, Córdoba,
Buenos Aires y otros sitios del país. También organismos de
Derechos Humanos, como Madres de Plaza de Mayo, H.I.J.O.S y
Familiares de Desaparecido de Tucumán (FADETUC). Entre los presentes
se destacaba Don Días, que con sus
91 años y el dolor de dos de sus hijos muertos, llenó de orgullo el
corazón de
los más jóvenes.
Ariel
Valdiviezo, Camilo Colotti, Jorge Gorleri, Alberto Lucena, Héctor
Chilo y Jorge González Navarro son los nombres de los represores
juzgados por el crimen de Osvaldo que fueron condenados hoy a prisión
perpetua por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Tucumán,
integrado por Gabriel Casas (presidente), Carlos Jiménez Montilla y
Juan Carlos Reynaga.
El
“Tordo” -como le decían sus compañeros a De Benedetti, porque
era el “revés” de doctor, como su padre- fue un militante del
Partido Revolucionario de los Trabajadores/Ejército Revolucionario
del Pueblo (PRT/ERP), asesinado en Tucumán el 28 de junio de 1978,
cuando ya llevaba cuatro años en prisión, al haber sido procesado
en 1974 por el Juzgado Federal de Tucumán, acusado de asociación
Ilícita, y pasado bajo la órbita del Poder Ejecutivo. Los militares
intentaron encubrir el crimen con el argumento típico de la época,
diciendo que el militante había intentado fugarse
de la cárcel de Villa Urquiza, donde
se encontraba detenido.
Bernardo
Lobo Bugeau y Pablo Gargiulo, abogados que representan a los hijos de
De
Benedetti
y a la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, reclamaron
prisión perpetua para los imputados. Ariel Valdiviezo y Camilo
Colotti, ya fueron condenados en la megacausa Arsenales II-Jefatura
II. Al primero lo acusaron de ser el autor material del asesinato y
al segundo, de haber transmitido la orden proveniente de autoridades
militares de Córdoba. Los querellantes también solicitaron el
cumplimiento
efectivo de
la pena,
Valdiviezo
en la Unidad Penitenciaria de Ezeiza y Colotti
en
la Cárcel de Villa Urquiza. Según
la sentencia del
Tribunal, tanto
Jorge
Gorleri y
Alberto Lucena, como
Héctor
Chilo y Jorge González Navarro también participaron del homicidio.
Colotti
fue
el único que escuchó
su condena mirando
a los miembros del tribunal.
El
resto
la recibieron
a través de videoconferencia. Gorleri
y Lucena,
desde la Cámara Federal de Casación Penal. Chilo y Navarro, desde
la Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba. Valdiviezo, desde el
Hospital Penitenciario de Ezeiza. Un televisor reproducía las caras
de los represores.
El
tribunal decidió revocar la prisión domiciliaria
y dispuso
el traslado de Lucena y Gorleri al hospital del Servicio
Penitenciario Federal de Ezeiza. También
que
Navarro y Chilo fueran
trasladados para cumplir su condena en la
prisión cordobesa
de
Bouwer.
Valdiviezo y Colotti cumplirán la preventiva en las unidades del
Hospital Penitenciario de Ezeiza, el
primero,
y en
el de
Villa Urquiza, el
segundo. Luciano
Benjamín Menéndez también
estuvo imputado en
esta causa, pero
fue apartado del proceso, ya
que enfrenta
otros dos juicios orales en La Rioja y Córdoba.
Por
la tarde, familiares, amigos, compañeros de militancia de Osvaldo y
organismos de Derechos Humanos, rindieron un homenaje en el
cementerio donde se encuentran sus restos.
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