martes, 1 de agosto de 2023

Comentario de Marina Chena sobre el libro "Roberto Arlt. Por la senda de Nietzsche y Freud", de Mariano Pacheco

 La literatura como modo específico del conocer


Por Marina Chena para Lobo suelto!

 

 Un libro-dispositivo de una lectura apasionada, no académica. Un libro-recorrido de una intersección entre literatura, psicoanálisis y filosofía. Una manera de pensar problemas actuales de la cultura y de la política desde el síntoma sustraído de las fronteras de una teoría y una técnica específicas que se constituyen en un organizador del análisis político.

 

Pregunta Pacheco -interrogándose a sí: ¿Qué hace Arlt, un escritor periférico, que trabaja la narrativa y el periodismo –sí, es cierto, también fue dramaturgo… ¡pero para el Teatro del Pueblo!– en medio de pensadores centrales de la talla de Nietzsche y Freud? Responde con la siguiente hipótesis: es una reivindicación de la literatura en tanto modo específico del conocer.

Y sigue: ya en este nuevo siglo no queda lugar a dudas, ninguna cultura nacional puede pensarse sin una interrelación estrecha con el resto del mundo (de aquí que el legado internacionalista, tanto freudiano como marxista, sea un componente central a reivindicar). Y ningún pensamiento crítico actual puede obviar dirigir críticamente su mirada al pasado. Así como tampoco ninguna disciplina o rama del conocimiento puede aspirar a ser autosuficiente, ni tampoco ningún escritor o escritora, pensar que puede, solo, realizar una tarea que es colectiva

 

El libro dispone la lectura y se dispone a ser leído: libro-dispositivo de hacer ver, propone localizar en esa intersección entre literatura, psicoanálisis y filosofía, una manera de pensar problemas actuales de la cultura y de la política. El síntoma sustraído de las fronteras de una teoría y una técnica específicas se constituye en organizador del análisis político que,  sin enunciarse como tal, trabaja sobre los resortes colectivos de los modos de vivir, de sufrir, de luchar.  Pacheco recorre las ideas de pensadoras, escritores, psicoanalistas sin programa de tipo académico, pero con la agudeza de un lector apasionado.

 

El libro-recorrido, elabora con método de hilván una composición de imágenes, que muestra la capacidad expresiva de un pensamiento disidente –cada una de las voces que hace dialogar– que Pacheco invita a trasvasar a nuestros problemas actuales. Trasvasar y no aplicar, porque en el movimiento de fluidos se pierde la forma fija que lo contiene. El método importa en tanto es en sí una estrategia de intervención sostenida como un vaivén, un ritmo, una cadencia del pensamiento. El libro muestra una conversación inexistente, posible a partir de la voz de Mariano que, en tanto lector, torsiona categorías y las devuelve convertidas en nuevos artefactos, vivos, que nos hace preguntar por los humillados, los ladrones, las olvidadas, las heridas. En ese universo que reconstruye a partir de las obras de Arlt, Freud y Nietszche, pero también Piglia, Massotta, Bleichmar, Guattari, Deleuze; en esa runfla de personajes de los márgenes encontramos preguntas por problemas que nos rozan y conmueven hoy con la actualidad que tienen las injusticias irresueltas.  Robar, así, aparece como una acción “meritoria y bella”, como el lugar desde el cual poder hacer las primeras herramientas para desenvolverse en el “oficio”, desde el cual poder ganar dinero. La poética del robo no como estetización del acto, sino como capacidad de situarse en otra relación con el dinero y las relaciones sociales que organiza y lo organizan. Si se rechaza el trabajo como modelo de la expropiación de las mayores potencias vitales, poetxs, ladronxs e inventorxs emergen como la contracara de una subjetividad que se afirma en la propiedad de las cosas y las personas. A través del trabajo, la sociedad de clases, revela su carácter inherentemente desposeedor y por lo tanto humillante.

¿Cómo se fuga hoy? ¿Cómo se fabrica un modo de vivir no reducido en su totalidad a la obediencia -a veces soportada, otras veces buscada– al ideal neoliberal? ¿Cuáles síntomas son los nuestros? ¿Cómo hacer lo que Arlt hizo hacer a sus personajes y a él mismo como escritor no incluido en el canon académico?

Mariano introduce el análisis de Piglia, sobre la perversión de la escritura que provoca Arlt. Sobre el  modo en que opera una marca de origen plebeyo, que funciona como crítica a la elitización del acceso a la lectura y por lo tanto a la escritura. Nadie escribe fuera de su tiempo. Y sin embargo, podemos apelar a escrituras que aun con la enorme distancia temporal que nos separa de ellas, son herramientas de elaboración de nuestro presente.

Quizás porque escribir es otra forma de leer.

El libro de Pacheco, es también una pregunta sobre los modos de leer.

¿A qué llamamos hoy leer? En épocas de urgentes necesidades de comprensión de la coyuntura, las lecturas, a veces también urgentes y aceleradas, envejecen pronto y pierden rápidamente su capacidad crítica, entendiendo como tal una manera de pensar la transformación social. Leer es otra manera de estar en común, porque en la lectura detenida, en la interrupción fabricada de un tiempo que se aquieta, surgen las voces de quienes leen con nosotrxs y contra nosotrxs.

El índice del libro muestra un programa de lectura, que da cuenta de lo que Rozitchner dijo sobre la lectura como la posibilidad de realizar una transfusión de sangre a lo escrito. Hacer pasar el máximo de vitalidad que un cuerpo puede en el acto de leer.  La composición de los autores elegidos para esta conversación imaginaria, nos deja frente a la lectura de una constelación afectiva que recorre las páginas, las reflexiones, las dudas, las tensiones que propone el autor. La lectura que nos roza como el aire cuando caminamos. Que hace posible desmontar la estética dominante y convoca una creación nueva a la altura de la época. Hacer trabajar el psicoanálisis como máquina de producción afectiva, de resensibilización -como tarea que propone Rita Segato para los feminismos– la invocación de los mitos como estrategia de lectura no modulada.

Animar el presente, en el sentido de ese trasvasamiento al que aludía antes, propuesto por Mariano, y que no se reduce solo a las ideas sino que fundamentalmente atañe a los cuerpos hoy humillados, heridos, afectados. La lectura como acceso a una subjetividad en disputa.

Sztulwark se pregunta dónde están los amigxs y lxs encuentra allí donde es posible reunir fuerzas para huir de la época. 

Esas amistades que abren a partir de Arlt, Freud y Nietzsche, fuerzan una lectura no institucionalizada del psicoanálisis, no ordenadora, no pacificadora. Sino como disposición a que algo pase. A que algo nos pase. Arlt, Freud y Nietszche como forma de estar en común, sin ser la comunidad de iguales. Sostener como un gesto la comunidad de lxs que no, lxs incontadxs. De ese prototipo del humillado que fue Erdosain.

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