Hermosa peli. La vi el lunes en el Festival de Cine Alemán de Buenos Aires, en una sala con butacas muy cómodas en el barrio porteño de La Recoleta.
Ya
había visto, hace como 15 años, su film documental/experimental sobre “El
capital”, esa larga saga de varias horas basada en las notas de Eisenstein para
filmar la obra monumental de Karl Marx. Pero luego no indagué en su filmografía.
Al
comienzo de la película vemos a Anita G (la protagonista principal interpretada
por Alexandra Kluge, hija del director), siendo juzgada en un tribunal. Allí
declara que nació en la República Democrática Alemana y que su familia judía
fue perseguida en años anteriores, durante el nazismo.
El
deambular por bares, en distintos trabajos y habitaciones de hotel, con o sin
amantes, llevan a esta muchacha de 22 años a mostrar la ilusión de “mejor vida”
que puede ofrecer la Alemania Occidental. Los pequeños delitos y el retirarse
de varias pensiones sin pagar le complican la vida, por más que ella haga
intentos de “progresar”, la vida se le presenta sin muchos horizontes.
Una
cuestión que Deleuze y Guattari dijeron tiempo después a propósito de Kafka me anduvo
dando vueltas por la cabeza mientras veía la película. A saber: que no se trata
tanto de “la libertad”, sino de encontrar una salida. Hay algo de eso que
expresa el personaje de Anita G. No sólo “temáticamente”, sino también en su
mirada, en sus gestos.
Como
decía, vi el film en una sala con butacas muy cómodas, pero con la desventaja
de “sonidos-ambiente” de personajes, no de la peli sino de esta ciudad con
ruidos tan molestos. Sospecho que estos ciclos son “anti-económicos” desde el
punto de vista comercial-empresarial, así que bien se podría colocar en la
puerta del cine: “prohibido ingresar con pochoclos”.
Por
lo demás, ¡me quedo con ganas de segur indagando en la obra de este director alemán!
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