Hoy, hace un rato nomás, viejas y nuevas
camadas de militantes hemos pasado por la sede de la Asociación de Empleados de
Farmacia, ubicada en la ciudad de Buenos Aires, para decir adiós a Don Alfredo
Ferraresi, uno de esos partisanos inclaudicables que hacen honor al largo
legado de la clase obrera argentina. Tenía 80 años y desde hace meses, cuando
padeció un infarto, se resistía a dejar este mundo al que tanto le dio.
Falleció ayer sábado por la tarde.
Por Mariano Pacheco
Miembro destacado de la Resistencia
Peronista, activista gremial que promocionó a fines de la década del 60 la
conformación de un sindicalismo
combativo, antiburocrático, de lucha, abierto a la participación popular activa,
que tuvo su esplendor en la ya mítica CGT de los argentinos. Militante
peronista, como tantos de su generación vivió con intensidad la campaña por el
retorno del general Perón al país, al gobierno y al poder. Consecuente con los
postulados de que la clase obrera debía ser columna vertebral de un amplio
movimiento de liberación nacional y social, luego de la “masacre de Ezeiza”, de
la gestación lenta y silenciosa de las bandas armadas de la autodenominada
Alianza Anticomunista Argentina, dirigidas por el entonces ministro de
Bienestar social “El Brujo” José López Rega y la entonces presidenta de la
nación María Martínez de P, enfrentó quienes
en nombre del peronismo comenzaban a desarrollar la contrarevolución más
despiadada de nuestra historia nacional. Partícipe indiscutido de la tan negada
resistencia obrera al Proceso de Reorganización Nacional, fue luego un
consecuente militante por sostener activa la memoria de los resistentes, en un nuevo
contexto caracterizado por la resignación ante una democracia de la derrota que
demonizaba las experiencias de lucha de los de abajo que apostaron a dar vuelta
la tortilla en una sociedad cada vez más injusta.
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