El Jockey Manfredini… Remo (como Erdosain) y su caballo Mishima (como Yukio)
Tremendo film el de Luis Ortega (con colaboración de Fabian Casas y Rodolfo
Palacios en el guión), magistralmente musicalizado.
Una peli argentina que viene a mostrar que el sétimo arte no está agotado, que
es posible salirse de lo esperado, de los lugares comunes.
Una sencilla historia protagonizada por un destacadísimo papel interpretado
por Nahuel Pérez Biscayart (Remo/ Dolores) junto a Úsula Corbero (la española conocida
por su papel de “Tokio” en “La casa de papel”), como Abril, conforman una
seductora dupla de jockeys que compiten para el mafioso del juego a quien
apodan La Sirena (Daniel Giménez).
Las actuaciones se complementan con un destacadísimo elenco en el que vemos
al querido Daniel Fanego en el papel del “Fanego” (quien lamentablemente murió
cinco días antes del estreno) junto a otros grandes actores como Luis
Siembrowski, Roly Serrano, Roberto Carnaghi.
Confieso que fui al cine más con la vocación de salir de casa e ingresar a
una sala de cine que con alguna expectativa de un film así titulado, en apariencia,
centrado en ese mundo que no me llama para nada la atención: el de quienes
protagonizan las carreras de caballo.
Sin embargo, rápidamente la peli me atrapó: el trabajo con la música y, a
parir de ella, con el juego de los cuerpos a través del baile (Virus juega allí
un papel destacado, pero más contemporáneamente podríamos escuchar y situar a
Babasónicos en la misma función); los bajosfondos de “humillades y ofendides”
de los bares tan típicos de la antigua Buenos Aires; la historia de amor que se
sustrae de la típica escena romántica; las disidencias sexuales en primer plano
sin necesidad de hacer de esa aparición ni un slogan o cartel ni una cuestión
identitaria… el desarme de las identidades (de género… sexual y
cinematográfico).
Podemos pensar a El Jockey como una gran apuesta cinematográfica que indaga
en las posibilidades del ser humano para transmutar su existencia, una película
que tiene todo esto, y más, porque también sabe cultivar un refinado humor, mientras
deja picando la pregunta en torno a la posibilidad de devenir otrxs con otrxs.
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