EL EJECUTIVO MUNICIPAL NO AUTORIZÓ QUE LA PROTESTA
FINALICE EN PLAZA SAN MARTÍN
La Municipalidad de
Córdoba negó la autorización para que la 9° Marcha de la Gorra termine en la
Plaza san Martín. También los baños públicos y el servicio de ambulancia
solicitado hace dos meses por el Colectivo de Jóvenes, quienes anunciaron que terminarán
allí la protesta.
Por Mariano Pacheco (@PachecoenMarcha)
Con la consiga “En
tu Estado Policial te marchamos de frente mar”, se realizará este miércoles la
9° Marcha de la Gorra. La movilización partirá a las 17 desde Colón y Cañada, y
concluirá en la Plaza San Martín, con la lectura de un documento y un festival
de bandas de música, tal como estaba previsto, informaron desde el espacio organizador
de la protesta. La aclaración viene a cuento a propósito de la negativa del
gobierno de la ciudad a emitir la autorización para que la movilización
finalice allí, y también, de la negativa de la gestión de Ramón Mestre para
facilitar los baños públicos ni el servicio de ambulancia que desde el
Colectivo de Jóvenes por Nuestros Derechos solicitaron hace ya dos meses, según
hicieron saber ayer a través de un comunicado de prensa.
Que la Plaza San
Martín es el lugar que históricamente hemos ocupado y simboliza el centro de la
Ciudad, de la que se ven impedidos de ingresar, durante todo el año, jóvenes de
todos los barrios populares, desde el Colectivo de Jóvenes denunciaron “censura”
por parte del ejecutivo municipal, y resolvieron sostener dicho lugar como
punto de finalización de la marcha y llamaron a la gestión que encabeza Ramón
Mestre a que recapacite y termine por ceder al reclamo.
Finalmente, por la
reprogramación de la movilización (que estaba prevista para el viernes 20 de
noviembre), algunas de las actividades culturales previas se realizarán los
días jueves y viernes, es decir, luego de la protesta.
Ganar las calles
Desde el Colectivo
de Jóvenes sostuvieron que quieren que este miércoles “todas y todos estén en
la calle”, y que los convocan “los linchamientos, las razzias, la muerte de los
pibes, las desapariciones, el accionar corrupto de la policía y la Justicia”.
También que son “pibes, trabajadoras sexuales, carreros, artesanos,
estudiantes, laburantes, músicos, madres, padres”, en fin, que son muchos de
los que sienten e imaginan un futuro lejos del “Estado Policial que rige la
provincia”. Por último, remarcaron el “cansancio” que sienten de que se les prohíba
“llegar al centro”, de que “los discriminen” y que el gobernador de José Manuel
de la Sota criminalice su reclamo de derogar el Código de Faltas.
EL COLECTIVO JUGUETES PERDIDOS VISITA LA CIUDAD: SE PRESENTA EN CÓRDOBA EL LIBRO
“¿QUIÉN LLEVA LA GORRA?”
En el marco del
evento cultural “La Gorra Literaria”, se presenta este jueves el libro “¿Quién
lleva la gorra? Violencia. Nuevos barrios. Pibes silvestres”, publicado por Tinta
limón en 2014, y recientemente reeditado por la misma editorial. La actividad,
organizada por la Secretaría del Cultura del Círculo Sindical de la Prensa y la
Comunicación (Cispren) de Córdoba, se realizará desde las 18.30 horas en Obispo
Trejo 365. Junto a los autores de la publicación (Leandro Barttolota, Ignacio
Gago y Gonzalo Sarrais Alier), participarán de la charla-debate el abogado y
ensayista Esteban Rodríguez Alzueta y el periodista Mariano Pacheco.
Pibes silvestres
En “¿Quién lleva la
gorra? Violencia. Nuevos barrios. Pibes silvestres”, los integrantes del
Colectivo Juguetes Perdidos se propusieron salirse de las imágenes ya
instituidas de los barrios para tratar de hacer legible aquello que pasa con
los “pibes silvestres” (las pibas y los pibes que son la “vegetación salvaje”
de la “década ganada”, aquellos que crecieron solos, en los márgenes del
discurso de la “juventud militante” y el “retorno de la política”, los que
conviven con los narcos, con los policías bravos, con los vecinos “engorrados”
y la moral del los agentes del Estado, las Universidades y el periodismo que
construyen muchas veces discursos estereotipados ante su realidad. El Colectivo
Juguetes Perdidos parten de lo que denominan una “desorientación voluntaria”,
que tome a los pibes como aliados para pensar junto a ellos las nuevas
dinámicas urbanas que, muchas veces, los construye como “personal disponible”,
sea para los negocios ilegales donde están involucradas las “fuerzas de
seguridad”, los negocios “mafiosos” de los narcos y los negocios que tienen sus
imágenes como mercancía (sea la de la “piba-linda-que-puede-ser-modelo” como la
del “pibe-malo-que-inspira-miedo”). Una innovadora perspectiva de reflexión,
escritura e intervención en los convulsionados tiempos violentos que la época
propone.
“Juguetes Perdidos”
El colectivo se define
como “un grupo de pibes”, del Conurbano y Capital, que se “chocaron en los
pasillos de la carrera de sociología” de la Universidad de Buenos Aires y tras
ese encuentro se produjo entre ellos “amistad y rejunte”, que implicó compartir
charlas políticas y textos, pero también cervezas, plazas, pizzas y asados,
fútbol, angustias, risas y catarsis, mucho rocanrol y quilombos de todo tipo.
De allí, dicen, emergió “la creatividad” que desde hace siete años intentan
sostener con sus actividades.
En su presentación
publicada en 2008, cerca de una narrativa “sucia”, típica de Roberto Arlt o del
mejor Jorge Asís, los integrantes de “Juguetes Perdidos”
se sitúan lejos de las posiciones “vanguardistas”, de “adelantados”, y otras “giladas” por el estilo. Prefieren identificarse más con los recitales de rock de las bandas que levantan el plan barrial, las plazas y canchas de fútbol, los trabajos precarizados/explotados, los mencionados pasillos de alguna facultad o las barriadas de la ciudad y el conurbano.
se sitúan lejos de las posiciones “vanguardistas”, de “adelantados”, y otras “giladas” por el estilo. Prefieren identificarse más con los recitales de rock de las bandas que levantan el plan barrial, las plazas y canchas de fútbol, los trabajos precarizados/explotados, los mencionados pasillos de alguna facultad o las barriadas de la ciudad y el conurbano.
TRAMO FINAL DE “LA GORRA LITERARIA”
EL JOVEN CÉSAR GONZÁLEZ VISITA CÓRDOBA PARA HABLAR DE SU EXPERIENCIA
Este viernes, 20 de noviembre, llega a esta ciudad, desde la localidad
bonaerense de Morón, Cesar González (alias “Camilo Blajakis”), para participar
del cierre de “La Gorra Literaria”, un
ciclo de talleres, charlas y eventos protagonizado por escritores, periodistas,
poetas y comunicadores, que se vienen realizando desde octubre, en el marco del
“Alto Embrollo” que desde 2007 acompaña con actividades previas a la Marcha de
la Gorra.
El viernes, desde las 18.30 horas, González presentará el trabajo artístico que viene desarrollando desde hace varios años, sea en el formato revista cultural, poesías, programas televisivos o, más recientemente, dirigiendo film. La cita es en la Casa de la Historia del Movimiento Obrero, el viejo edificio de la Central General de los Trabajadores (CGT), situado en Vélez Sarsfield 137. Este viernes la Casa estará cubierta por una muestra fotográfica colectiva organizada por el Colectivo Manifiesto, NINJA, MAFIA y el equipo de Cobertura Colaborativa de la Marcha de la Gorra. Cesar González decidió convertirse en poeta luego de pasar varios años encerrado en un penal. Eligió su seudónimo en honor a Camilo Cienfuegos, uno de los artífices de la revolución cubana, y a Domingo Blajaquis, el militante de la resistencia peronista muerto en el tiroteo en Avellaneda que leyó en la investigación de Rodolfo Walsh, “¿Quién mató a Rosendo?”. Militantes como Luis Mattini fueron centrales en su mutación existencial.
El viernes, desde las 18.30 horas, González presentará el trabajo artístico que viene desarrollando desde hace varios años, sea en el formato revista cultural, poesías, programas televisivos o, más recientemente, dirigiendo film. La cita es en la Casa de la Historia del Movimiento Obrero, el viejo edificio de la Central General de los Trabajadores (CGT), situado en Vélez Sarsfield 137. Este viernes la Casa estará cubierta por una muestra fotográfica colectiva organizada por el Colectivo Manifiesto, NINJA, MAFIA y el equipo de Cobertura Colaborativa de la Marcha de la Gorra. Cesar González decidió convertirse en poeta luego de pasar varios años encerrado en un penal. Eligió su seudónimo en honor a Camilo Cienfuegos, uno de los artífices de la revolución cubana, y a Domingo Blajaquis, el militante de la resistencia peronista muerto en el tiroteo en Avellaneda que leyó en la investigación de Rodolfo Walsh, “¿Quién mató a Rosendo?”. Militantes como Luis Mattini fueron centrales en su mutación existencial.
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