El cierre de listas
de ayer no hace más que expresar algo que, en lo estructural, no ha cambiado
desde 1983 hasta acá: la insuficiencia de expresión de la política popular en
la política institucional. Y no es para sorprenderse, si pensamos en que el horizonte
de nuestra época (con sus más y sus menos en las variaciones de los ochenta a
hoy), es el de la democracia de la derrota: una democracia castrada, de la
desigualdad (no sólo económica y social sino también cultural), que no es más
que expresión de las correlaciones de fuerzas en la sociedad, nuestra sociedad,
la que nos quedó tras el aplastamiento a sangre y fuego del último gran intento
de transformación social, pero también del nuevo orden mundial neoliberal que
se instauró en el mundo tras la caída del muro de Berlín (“la era del realismo
capitalista”). Pero la posdictadura, ese largo ciclo en el que estamos
inmersos, no fue siempre igual, y así lo demuestra el acumulado popular que hoy
puede verse en el nivel de conciencia, organización y capacidad de movilización
popular que fue el dato fundamental de las luchas de los últimos años (del
precariado, los feminismos y la diversidad, incluso de las y los trabajadores
asalariados), de la derrota electoral del macrismo en 2019 y del protagonismo
de las y los de abajo durante la pandemia, cuando la movilización en marchas y
para asistir a actos se transformó en una gran movilización desplegada por
grupos más reducidos en cada pueblo, en cada asentamiento, en cada villa y barrio
popular en donde hizo falta, para desplegar con más intensidad aquello que ya
se venía desplegando desde hacía años, incluso décadas en algunos sitios: un
entramado de cuidados colectivos, comunitarios, de trabajo autogestivo y
cooperativo, de asociación de iniciativas personales, familiares, vecinas y de
grupos de cercanía para contrarestar la política de muerte del virus (el COVID
19), pero también de las consecuencias de políticas neoliberales, aplicadas por
gobiernos neoliberales pero también sostenidas como políticas de Estado por
gestiones progresistas o posneoliberales.
El nivel de incidencia
del movimiento popular en su conjunto en la actual institucionalidad no se
puede medir sólo por el resultado del cierre de listas de estas PASO previas a
una elección de medio término, sino por el proceso de construcción de poder popular
más general: decenas de compañeros y compañeras hoy son concejales, diputados provinciales
y unxs cuantxs nacionales; otras decenas ocupan espacios en ministerios,
secretarías y otros ámbitos estatales.
Sin embargo, tres
cuestiones resultan fundamentales a la hora de atravesar esta coyuntura:
1)
No debemos olvidar que, en términos
generales, la institucionalidad vigente sigue siendo la del Estado, la
democracia y la “clase política” liberal.
2)
Así y todo, este es el contexto en el
que debemos actuar, frente a los adversarios que tenemos (con sus capacidades)
y con los aliados con los que contamos (con todas sus limitaciones); de allí la
necesidad imperiosa de sostener una campaña que permita al firme de Todos ganas
las próximas elecciones.
3)
El lugar escaso y subordinado que
terminaron teniendo las militancias populares (que fueron quienes más a fondo “bancaron
la parada” de la situación adversa de la pandemia entre la clase trabajadora)
en el cierre de listas, muestran más que nunca la necesidad de contar con una
propia herramienta política de las y los trabajadores y el pueblo humilde que
hoy construye el Peronismo desde Abajo, no para corroer la unidad construida,
estratégica y fundamental, sino más bien para sostenerla y profundizarla pero
desde una perspectiva popular, con una agenda propia dentro de la amplia coalición.
Un sabor semi-amargo,
aunque no una sensación de derrota, nos deja este cierre de listas.
Aún falta pasar
blanco sobre negro cada una de las listas en todos los distritos del país, pero
no deja de ser un motivo de orgullo ver los nombres de tantas compañeras y
compañeros en las distintas listas. Así que una felicitación al esfuerzo
colectivo, que hoy se plasma en algunos de estos nombres singulares, entre los
que se encuentran los que comparto abajo.
* Director del Instituto Generosa Frattasi, miembro de la Usina del Pensamiento Nacional y Popular, Secretario de Formación del Movimiento Evita en la Provincia de Buenos Aires.
FELICTACIONES
COMPAÑERXS:
Chuky Menéndez y Natalia Peluso, Eduardo Toniolli, Martín Sereno, Ayelén Spósito,
candidatos a Diputadxs Nacionales por las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Misiones y Río Negro y Cecilia
Barros por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y Agustín Balladares, Marcelo Pitu
Basualdo, Rosalina Mendoza, Pitu Pres, Érica Pereyra, Claudia Borras, Rocío
Mateo, Laura Gallo en Lanús, Florencio Varela, Quilmes, Vicente López, San Miguel
y Necochea, Roque Pérez… y habrá que seguir completando la lista en la medida
en que se vaya ampliando el registro.
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