Mariano Pacheco
(Perfil cultura)
¿Es la crítica literaria una suerte de “especie en
extinción” del campo cultural, al menos en nuestro país? Si bien Lucía Tennina
comienza su libro diciendo que ese lugar es hoy “bastante incierto”,
rápidamente la resitúa en una doble operación, que resulta por demás seductora:
por un lado, en el legado que pone en serie crítica literaria con crítica
social; por el otro, en la senda de invención de nuevas prácticas, en su caso,
ligando a la crítica con la etnografía y las experiencias poéticas en donde la literatura
se manifiesta más allá de la escritura.
No es casual que Crítica anfibia. Métodos y espacios
de acción de los estudios de la literatura en la contemporaneidad comience
presentándonos, en su portada, un entrecruzamiento entre escritura y artes plásticas,
ya que la ilustración de Uberé Guelé no es un simple adorno del contenido, sino
que junto con las cuatro palabras que le dan título a la obra (revivo, respiro,
repito, resignifico) funcionan como una puerta de entrada que culmina con un
breve texto titulado “Crítica manifiesto” y un conjunto de planteos que de
algún modo son hilvanados (¿inspirados, quizás?) por una pregunta: “¿pero
entonces?”, que la autora toma de la introducción de Una modernidad periférica.
Buenos Aires 1920-1930, de Beatriz Sarlo, quizás la crítica literaria que
más se atrevió en Argentina a correr los límites, a traspasar las fronteras
disciplinarias.
La pregunta por el compromiso intelectual, de hecho, reaparece
aquí de la mano a un cuestionamiento a la profesionalización superespecializada
que, desde los años ochenta, colonizó el campo de la crítica literaria, para abrir
paso a una indagación de los lugares posibles en donde un nuevo modo de
ejercitar la crítica podría transitar y cual es el vínculo posible a entablar
con el campo social y las luchas que lo atraviesan.
La experiencia de Tennina, desarrollada en contacto con
la denominada “literatura marginal” de Brasil (sobre la que realizó buena parte
de sus investigaciones en el marco de su trabajo en CONICET) y los estudios de
Antropología social que cursó en la Universidad Nacional de San Martín una vez
que se recibió como Licenciada en Letras por la Universidad de Buenos Aires, marcan
este camino de búsqueda. En el libro, puntualmente, pueden rastrearse a partir
del modo en que se estructuran los capítulos, donde se indagan perspectivas de
la crítica literaria “performática”, “situada”, “transdisciplinaria”, “de
gestión cultural”, “situada”, “no extractiva” y hasta del mundo de “influencers”
actuales.
“La crítica literaria puede ser pensada desde su
articulación con las políticas raciales, de género, de seguridad ciudadana, de
educación y, también, de mercado”, plantea la autora. Para ello, resulta
fundamental que se vea retroalimentada por el contacto con otras disciplinas,
que la saquen a su vez de su lugar de confort, y le permitan desempeñar
asimismo un “papel movilizador de imaginaciones de lo posible”.
Autora: Lucía Tennina
Género: ensayo
Editorial: Tren en movimiento ($17.000)
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