domingo, 10 de noviembre de 2024

La habitación de al lado, de Pedro Almodóvar

 



Buenísima la última peli de Almodóvar. La vi el finde en el cine Lorca de Buenos Aires. Gran combinación de colores (su clásico rojo con verde, excelentes actuaciones y una historia que deja abierto un necesario y fundamental debate en la escena pública del mundo entero. No puedo creer que el estado de Israel asesine niñes y mujeres civiles a mansalva, respaldado por el imperialismo norteamericano y sin ningún tipo de escándalo internacional, pero con décadas ya transcurridas de siglo XXI aun sea condenada la “muerte digna”, la opción de terminar con la sobrevivencia biológica de un cuerpo que agoniza por enfermedad terminal, con el cáncer agresivo que contrae Martha (Tilda Swinton, actriz británica con quien el cineasta español ya había trabajado en el mediometraje “La voz humana” en 2020), una ex corresponsal de guerra  que sobrevivió a cientos de conflictos bélicos pero que ahora debe debatirse en cómo resolver la que quizás es la batalla más importante de su vida, aunque esté vinculada a la muerte: elegir no terminar sus días consumiéndose en una clínica.

 

Este primer largometraje con guion y dirección de Pedro Almodóvar hablado en inglés, inspirado en la novela “Cuál es tu tormento”, de la escritora norteamericana Sigrid Nunez, trabaja con muchísimas referencias cinematográficas, literarias, fotográficas y de artes plásticas.

 

La dupla entre Marta e Ingrid (Julianne Moore), una novelista tras años de no ver a su amiga la reencuentra en su paso por la ciudad, es centro e este film en el que ese reencuentro en un hospital de Manhattan deriva en un compartir los últimos días de vida de la ex corresponsal de guerra con todas las angustias, incertidumbres y ansiedades de saber que el final es inminente, pero sin saber en qué momento exacto será. Una historia de lo que puede la amistad frente al carácter trágico de la existencia, y de un mundo que aun sigue atravesado por presiones religiosas y paradigmas médicos frente a los cuales no puede más que oponérseles la dignidad del arte que se atreve a problematizar este tipo de cuestiones.

 

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