jueves, 21 de agosto de 2014

Por Los Barrios (III)

 El “Domo” de Campo de La Rivera:
Unidad, solidaridad y acción colectiva

Por Mariano Pacheco

Contiguo al Espacio para la Memoria “Campo de La Ribera”, se erige una barriada popular profundamente estigmatizada. Allí, junto con distintas agrupaciones, los vecinos se esfuerzan por dar respuestas colectivas a sus necesidades.


Verónica, Mónica, Claudia, Silvia y Graciela cuentan los esfuerzos que hacen cada semana para sostener la “Copa de Leche”, que todos martes y jueves recibe a unos 70 niños y los sábados, más de cien. Mientras unas sirven la chocolatada, otras amasan y sacan las tortas fritas del fuego. En las paredes del local de madera se lucen los distintos diplomas de reconocimiento que una ONG fue entregando a quienes participaron de los talleres de oficio (peluquería, porcelana, cotillón, repostería), junto con las “reglas de convivencia” escritas con un fibrón sobre un cartel improvisado con papel de envolver facturas. “Miri”, la perra, busca refugio antes de que la saquen para afuera, mientras entra “Pori”, uno de los jóvenes que suele asistir a la Copa de Leche para dar una mano a las mujeres y que integra “Los Guachos de Campo de La Ribera”, la banda de cuarteto del barrio. “El gobierno sabe que existimos, que acá está este espacio comunitario”, sostiene una de las vecinas, con orgullo. Otra aclara que esa era antes zona militar. Una tercera cuenta que  en un momento quisieron sacarlos de allí, para construir un hotel, pero que se organizaron, cortaron la ruta y al final se quedaron.

Democracia participativa
                      


En el Boletín Informativo N°1 (fechado en agosto de 2014), los vecinos del barrio puntualizan que la asamblea “es un espacio en donde se busca generar acciones que mejoren las condiciones de vida, tanto materiales como culturales de los habitantes de Campo de La Ribera”. Y aclaran que el lugar “no pertenece a ningún partido político ni grupo religioso”, y que está abierto “a la participación de cualquier vecino y vecina”.
En el predio donde realizan las asambleas, se ha montado un galpón (La Casa de la Cultura), y próximamente inaugurarán el “Domo”, un espacio comunitario con techo ovalado. Para los vecinos, el domo es la expresión, en techos y paredes, de la dinámica que ellos intentan sostener como colectivo humano: sin puntas, sin centro.

Unidad, solidaridad
Los sábados, cuando se reúnen, además de los habitantes del barrio suelen asistir quienes, llegando desde otros puntos de la ciudad, forman igualmente parte del espacio, como “Un techo para mi país”, una organización que, según ellos mismos se definen, “busca superar la situación de pobreza en que viven miles de personas en asentamientos precarios, a través de la acción conjunta de sus pobladores y jóvenes voluntarios”. En La Ribera, han creado la denominada “Mesa de Trabajo”, a través de la cual canalizan las demandas locales por cloacas, basura, salud y vivienda
“Mazamorra” es otras de las agrupaciones que participan en el barrio. Ellos impulsan en el barrio los talleres de “Alfabetización para Adultos”, para aprender a leer y escribir, y el de “Cine”, para que los jóvenes del territorio filmen sus propias películas, además del “Espacio de Mujeres Adolescentes”, donde trabajan la promoción de la salud desde una perspectiva de género y la autodenominada “Redezón Autogestiva”, una red de trabajadores autogestivos.
También, promovida –entre otros– por el Encuentro de Organizaciones, se ha erigido en el barrio la “Escuela Deportiva, Recreativa y Artística” que, como su nombre lo indica, trabaja en el territorio desde esas actividades. También asisten a La Ribera, cada semana, los estudiantes y docentes de la “Cátedra Estrategias de intervención Comunitaria”, perteneciente a la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba, quienes han impulsado el espacio de Mujeres “Las Ribereñas”, que hace pocas semanas pintaron un mural en un paredón del predio.
Son distintas iniciativas que, impulsadas de manera solidaria por quienes no habitan el lugar, ayudan  a los vecinos a romper parte del estigma que recae sobre ellos, y afrontar de manera colectiva los problemas comunes.


El siempre presente problema de la basura

Como en tantos barrios, también en Campo de La Ribera tienen problemas con la recolección de la basura. Los vecinos cuentan que los funcionarios del gobierno provincial “patean la pelota” a los de la Municipalidad de Córdoba, y viceversa. Por eso en abril realizaron una movilización hacia el Palacio 6 de Julio, donde dejaron gran parte de las bolsas que nadie retiraba del barrio. Entonces lograron que “La Muni” les mandara el camión, pero según la expresión de una vecina, “pasa tan rápido como un avión”, y por eso terminaron arreglando con un carrero que, por unos pesos a la semana, pasa cada tanto a buscar la basura. Con una de las organizaciones que participa de la asamblea ya organizaron unas encuestas en salud, para tratar de detectar si algunas enfermedades que están presentes en el lugar tienen que ver con la problemática.


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