#GenealogiasInsurgentes en #ProfanasPalabras, a 42 años de la
muerte de Rodolfo
Por Mariano Pacheco*
La frase la supo pronunciar el intelectual irreverente David
Viñas. Y si bien es cierto que, tal como remarcó Ricardo Piglia en más de una
oportunidad, tiene poco sentido pensar la literatura argentina en términos “futbolísticos”
(es decir, de rivalidades entre equipos irreconciliables), también es cierto
que la frase –provocadora, como bien le gustaba frecuentar al escritor y
crítico argentino– ayuda a re-situar a Rodolfo Walsh entre los íconos
emblemáticos de la cultura nacional, tanto como a Borges, Manuel Puig, Juan
José Saer o Roberto Arlt. Walsh el cuentista, el traductor, el hombre de letras al que no se
puede obviar. Pero también Walsh escritor dedicado al periodismo.
No es lugar ni momento para entrar en algunas discusiones que ya
hemos planteado en otra oportunidad (en el libro Cabecita negra. Ensayos sobre
literatura y periodismo, de hecho, le hemos dedicado a Rodolfo un
extenso capítulo), pero sí plantear –al menos al pasar– que lejos de entender a
Walsh como un autor argentino inscripto en lo que desde el Truman Capote
de A
sangre fría se denomina como Non Fiction, pensamos que el gran
aporte de Rodolfo a repensar los vínculos entre literatura, periodismo y
militancia, fue haber inaugurado a mediados de los años 50 ese nuevo género que
podemos denominar como “Investigación-denuncia-testimonio”. De “Operación masacre” a “¿Quién mató a Rosendo?”,
pasando por el “Caso Satanowsky”, nos encontramos con un modo de
hacer periodismo que, a su vez, es un modo de entender la literatura (y
practicarla) y una forma de posicionarse políticamente en la sociedad. He allí
un legado fundamental de Walsh para lo que hoy denominamos comunicación popular.
Por otra parte, la forma en que Walsh se abocó a fundar y
participar de experiencias como el periódico CGT (de la
combativa CGT de los Argentinos), el Semanario Villero y
el diario
Noticias, primero, y de la Agencia Clandestina de
Noticias (ANCLA) y la Cadena Informativa (CI),
después, dan cuenta de una lucidez respecto a la necesidad de abordar desde
múltiples herramientas y lenguajes los desafíos de intervenir y disputar el
sentido (o los sentidos) que circulan en la sociedad.
Finalmente, aunque no menos importante, resultan sus escritos como
cuadro de la organización Montoneros, en los cuales presenta una serie de
observaciones respecto a cómo entender la comunicación en el marco de una
estrategia política más general (en aquel momento: una estrategia
revolucionaria de cambio social).
Por todo esto decimos que no sólo hay
que leer a Walsh, sino también estudiarlo.
Por todo esto decimos que el 25 de
marzo debe ser el Día de la Comunicación Popular.
#ProfanasPalabras- Pasado y presente de la Argentina y El Mundo
El programa se emite en vivo, todos los martes de 16 a 17 horas
por Radio Eterogenia (www.eterogenia.com.ar)
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