LA CRUZ DEL SUR
Por Mariano Pacheco*
La crisis en Chubut resume el
desafío indeleble de la Argentina: riquezas naturales concentradas,
inequidad distributiva y desinterés por el futuro. Rasgos de un
conflicto espejo.
El conflicto de docentes y
estatales está por entrar en la décima semana. Hoy, mientras los
gremios docentes llevan adelante un paro nacional, en Chubut los
camioneros se suman al conflicto. Desde anoche los grupos de whatsapp
de las trabajadoras y trabajadores de la educación no dejaban de
sonar advirtiendo que era necesario abastecerse de alimentos. A 30
años del “Chubutazo”, los cruces entre el gobierno provincial y
nacional mantienen a la provincia patagónica en el centro de una
inestabilidad “que pone en riesgo la paz social” del país, según
declararon dirigentes sindicales.
Los reclamos van dirigidos
tanto a Mauricio Macri y la gestión nacional de Cambiemos (“que
parece no enterarse que hay una provincia paralizada desde hace dos
meses”), hasta la gestión provincial del gobernador Mariano
Arcioni, quien fue reelegido en las recientes elecciones del 9 de
junio, realizadas mientras se encontraba en el cargo luego de haber
asumido tras la muerte de Mario Das Neves, de quien era
vicegobernador. Una provincia endeudada, un ejecutivo que envía
proyectos a la Legislatura para aumentarse el sueldo un 100% y una
crisis financiera y administrativa descomunal. Entre el “Macri ya
fue”, reclamos de renuncia del gobernador, ciertas expectativas
populares por las elecciones de octubre y lo que parece ser un
inevitable triunfo de la fórmula Fernández/Fernández, la discusión
sobre el peronismo en las provincias más alejadas de los grandes
conglomerados urbanos del centro del país otra vez a estar en
debate.
Una sola chispa puede
encender toda una pradera
El trayecto Rawson/Comodoro
Rivadavia de la Ruta Nº 3 está a punto de convertirse en la pradera
que, ante una sola chispa, puede encenderse y hacer arder no sólo al
gobierno de la provincia de Chubut, sino incluso a la gestión
Cambiemos a nivel nacional. Es que tras el fallecimiento de Cristina
Aguilar y Jorgelina Ruíz Díaz, este martes, cuando retornaban de un
plenario de la Asociación Trabajadores de la Educación de Chubut
(ATECH) y una movilización de carácter provincial, la CTERA decretó
un paro nacional para hoy jueves; cese de actividades que se llevará
adelante en el contexto de un conflicto provincial que está por
entrar en la décima semana. Los dirigentes sindicales nacionales ya
advirtieron que la situación pone en riesgo la “paz social de la
Argentina” y hoy los camioneros se solidarizarán con las maestras,
como ya ha sucedido en otros momentos.
“El gobierno de Chubut es
responsable de las muertes de las dos maestras por la desidia en la
que nos ha dejado el Estado”, dice Florencia Franco (docente de
nivel secundario en escuelas de Puerto Madryn y de Puerto Pirámide),
en diálogo con Zoom. Tanto las dos mujeres fallecidas, como
sus tres compañeras que viajaban en el mismo auto y aún permanecen
internadas con lesiones, trabajan (trabajaban) en la escuela Nº 7 de
Comodoro Rivadavia. Como tantas otras docentes se trasladaron el
martes para participar de un momento de deliberación y decisión
sindical respecto de cómo seguir sosteniendo este conflicto que,
desde el primero de julio, mantiene tanto a los docentes y auxiliares
como al conjunto de trabajadoras y trabajadores del Estado en huelga,
que ha sido decretada por tiempo indeterminado ante la gravedad de la
situación: salarios adeudados, reformas edilicias nunca ejecutadas y
deudas con la obra social es el trasfondo reivindicativo de este
conflicto que ya tuvo sus picos de violencia, hace unos días, cuando
los docentes padecieron un ataque por parte de una patota
paraestatal, mientras cortaban el cruce de las rutas 3 y 26, y que
este martes a la noche se expresó por parte de quienes –indignados--
fueron a protestar frente a los edificios gubernamentales por la
muerte de sus compañeras, al ser reprimidos, terminaron incendiando
partes de la Legislatura provincial.
Diego
Ávalos, profesor de historia, cuenta que el martes tuvieron
que viajar unos 800 km, desde la Comarca Andina, para poder asistir a
la movilización y al plenario sindical que se realizó en Rawson, y
que a su regreso se enteraron del accidente fatal. “El clima
político en Chubut está cada vez más tenso y el gobierno no parece
tener oídos”, comenta ante este medio, no sin dejar de
responsabilizar al gobierno por lo sucedido. Ávalos insiste en que
una posible solución al conflicto podría ser que establezca un
diálogo sostenido entre la gestión de Arcioni y Macri (“que el
año pasado tuvieron muy buena relación”), y pensar en un plan de
emergencia, “porque las cosas van de mal en peor, y no estamos en
condiciones de esperar hasta diciembre cuando asuma un nuevo gobierno
y baje fondos para esta provincia”.
Para Florencia Franco, la
situación en este momento es muy grave y considera que el conflicto
atraviesa su punto más agudo. En diálogo con este medio, denuncia
que el Estado vienen realizando el pago de los salarios de manera
escalonada, y fuera de tiempo y forma (“hay gente cobrando a fin de
mes”); también que las autoridades están incumpliendo los
acuerdos de la última paritaria (a partir del mes de julio, de
acuerdo a la paritaria firmada y homologada en marzo de este año,
los salarios incluyen una cláusula gatillo con el promedio de los
índices de inflación de la Patagonia y Nacional que el gobierno se
niega a abonar), y que al hecho de no poder usar la obra social (por
una deuda que el Estado mantiene con la misma), tampoco pueden
acceder al boleto estudiantil y docente gratuito. Florencia destaca,
de todos modos, lo que la protesta está generando al interior de la
comunidad: actividades culturales, como cafés literarios y
cine-debate; talleres de percusión y arreglo de bicicletas; charlas
informativas sobre temáticas varias como el derecho al aborto y los
problemas de la megaminería. Denuncia, en ese sentido, que detrás
de todo este conflicto está la discusión sobre la implementación
de la megaminería en la provincia y el intento por esconder las
malas decisiones que tomó el gobierno, como la firma del Pacto
fiscal en 2018, que dejó a Chubur con el presupuesto diezmado.
Con varias escuelas ocupadas
en distintos puntos de la provincia, así como la sede de la obra
social, el conflicto mantiene en vilo a toda a población chubutense,
que participa activamente reclamando el derecho a la educación
pública. Como históricamente sucedió en provincias vecinas, como
Río Negro y Neuquén, también en Chubut ahora la modalidad de
protesta no se reduce a la movilización docente sino que incluye en
corte de ruta.
Martín Álvarez, docente de
Comodoro Rivadavia, subraya ante este cronista la importancia de que
los sindicatos de municipales y camioneros adhieran a esta protesta,
como lo hicieron el 4 de septiembre, luego de que los docentes fueran
atacados por una patota del sindicato de petroleros, mientras
realizaban
12 cortes
en las
llamadas “rutas
del petróleo”. “Los
fondos nacionales apenas cubrieron los gastos para el pago de
jubilados y una pequeña porción de trabajadores. Chubut es la
tercera provincia exportadora del país, no hay más explicación que
el robo para que no haya dinero; robo de las petroleras y robo del
dinero que fue a parar al pago de deudas con el FMI. La situación es
crítica. No podemos esperar a meter un papel en un sobre y en una
urna para solucionar nuestros problemas de ahora. Está claro que
antes de asumir este gobierno ya emprendió una guerra despiadada
contra los trabajadores”, remató Álvarez.
Daños (¿colaterales?) y
guerrilla comunicacional
Los medios locales y
nacionales hegemónicos oscilan entre el silencio y la selección
tendenciosa de datos, como suelen hacer a menudo en la Argentina
contemporánea. Así, mientras el diario El Chubut afirma que
la crisis provincial es consecuencia de los altos salarios que paga
la provincia a sus trabajadores, baja línea respecto de las
advertencias que en el futuro el gobierno deberá tener en
negociaciones paritarias y deja entrever que la necesidad de
desarrollar la megaminería (actualmente prohibida por ley) para
obtener financiamiento. Por otra parte, el diario Clarín
publica declaraciones del jefe de Pediatría del Hospital Zonal
Esquel, quien advierte que la situación de crisis ha incrementado
las consultas de pediatría, con niñas y niños que muestran
diversos síntomas como depresión, ansiedad, angustia. Así y todo,
el diario no puede sino dar cuenta de la categórica conclusión a la
que arriba el profesional de la salud: “Responsabilizamos
plenamente al Estado por no cumplir su rol de empleador, y la
solución es abonar los salarios del personal docente y no docente, y
que los chicos puedan ir a clase. Debería ser una cuestión de
Estado”, expresó Pérez Maldonado.
*Nota publicada en revista Zoom.
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