EL
BARRO SE SUBLEVA
Por Ariel Hendler
El quilmeño Mariano Pacheco fue uno de los
referentes de la Coordinadora de Trabajadores Desocupados Aníbal
Verón durante el apogeo de las luchas piqueteras en el sur del
Conurbano, entre 2000 y 2002, cuando tenía apenas 20 años. Hoy, a
los 38, sigue bien ligado al ámbito de la militancia pero se
convirtió también en periodista, ensayista y docente de filosofía
por fuera del ámbito académico.
En "Desde abajo y a la izquierda" (Cuarenta Ríos), su sexto libro, Pacheco viaja en el tiempo: revisa la historia y la genealogía de los movimientos sociales en los que militó toda su vida y plantea también sus perspectivas futuras. Por un lado, recuerda los hitos que marcaron su adolescencia: el alzamiento zapatista en México y los primeros piquetes en Cutral Co y General Mosconi. También acierta al recuperar el antecedente de Agustín Ramírez, referente juvenil del movimiento de toma de tierras en Quilmes en los 80, asesinado muy joven. E incluso le dedica un lúcido análisis al heavy metal de bandas como V8 o Hermética y sus vasos comunicantes con una militancia juvenil que, según sus palabras, supo “recuperar la dimensión de la corporalidad en política”.
Más cerca en el tiempo y hacia adelante, se pregunta -en nombre de muchos otros- si el kirchnerismo fue “una fase superior del empuje disruptivo de diciembre de 2001 o más bien su salida garantista y redistributiva”, y qué postura tomar hoy respecto de él. Por suerte, más que dar una respuesta unívoca, despliega el dilema en todas las direcciones posibles, incluso a través de la transcripción de sus jugosas conversaciones con el sociólogo Diego Sztulwark.
En "Desde abajo y a la izquierda" (Cuarenta Ríos), su sexto libro, Pacheco viaja en el tiempo: revisa la historia y la genealogía de los movimientos sociales en los que militó toda su vida y plantea también sus perspectivas futuras. Por un lado, recuerda los hitos que marcaron su adolescencia: el alzamiento zapatista en México y los primeros piquetes en Cutral Co y General Mosconi. También acierta al recuperar el antecedente de Agustín Ramírez, referente juvenil del movimiento de toma de tierras en Quilmes en los 80, asesinado muy joven. E incluso le dedica un lúcido análisis al heavy metal de bandas como V8 o Hermética y sus vasos comunicantes con una militancia juvenil que, según sus palabras, supo “recuperar la dimensión de la corporalidad en política”.
Más cerca en el tiempo y hacia adelante, se pregunta -en nombre de muchos otros- si el kirchnerismo fue “una fase superior del empuje disruptivo de diciembre de 2001 o más bien su salida garantista y redistributiva”, y qué postura tomar hoy respecto de él. Por suerte, más que dar una respuesta unívoca, despliega el dilema en todas las direcciones posibles, incluso a través de la transcripción de sus jugosas conversaciones con el sociólogo Diego Sztulwark.
Nota publicada en el diario Perfil,
el 08/09/2019
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