martes, 7 de abril de 2020

Diez hipótesis para un Manifiesto Desde Abajo y a la Izquierda


EPÍLOGO AL LIBRO DESDE ABAJO Y A LA IZQUIERDA. MOVIMIENTOS SOCIALES, AUTONOMÍA Y MILITANCIAS POPULARES (CUARENTA RÍOS, 2019)

POR: Mariano Pacheco


1) La Nueva Izquierda Autónoma (NIA) entiende que hace falta desarrollar una profunda renovación teórica, político-identitaria y organizacional para poder enfrentar con eficacia el Nuevo Orden Mundial regido por la lógica depredadora del capital y ensayar construcciones de los pueblos capaces de edificar sociedades pos-capitalistas.

2) La NIA asume que se necesita un nuevo lenguaje y nuevos conceptos que caminen junto a las nuevas prácticas que pujan por la emancipación.

3) Asumiendo que “nada de lo humano le resulta ajeno”, la NIA pretende realizar una crítica radical de todo lo existente (lógicas capitalistas, coloniales, patriarcales, micro-fascismos que se están llevando puesta no solo a la especie sino al planeta mismo).

4) La NIA plantea que, entre la herencia de las corrientes teórico-políticas y las experiencias de lucha y organización de los siglos XIX y XX y la invención de nuevas perspectivas en lo que va del siglo XXI, hay todo un campo de indagación por explorar, en el cual será necesario algunas liberarse un poco del pasado, y otras, estudiar para aprender de él, así como se necesitará operar un fuerte proceso de selección para realizar una mezcla entre saberes contemporáneos y pretéritos, y enlazar colores, símbolos y tradiciones que puedan pivotear sobre el marxismo libertario, el nacionalismo popular revolucionario (peronismo en Argentina; Latinoamericanismo en el continente; decolonialidad en el tercer mundo) y autonomismo de los nuevos movimientos sociales.

5) La NIA postula al movimiento de trabajadores (hoy por hoy conformado tanto por el sector asalariado como por el precariado) como aquel sujeto capaz de conformar y acaudillar a distintos sectores populares capaces de erigirse en un sujeto de cambio social (entendiendo que el sujeto no está ni predeterminado estructuralmente ni se construye en una mera articulación discursiva, sino en un arduo y lento proceso de organización autónoma y lucha antagonista).

6) La NIA asume que el modo en que se vaya organizando ese proceso de liberación nacional y emancipación social será una invención de cada proceso particular (en función de cómo se desenvuelva la lucha de clases en cada momento y lugar determinado).

7) La NIA cultiva una lógica de complementaridad de dinámicas a la hora de pensar el proceso revolucionario. Es decir, asume que la complejidad del proceso de cambio social implica motorizar una serie de herramientas y dispositivos que incluso por momentos se tornan contradictorios entre sí, pero de los cuales no se puede prescindir (movimientos populares de base y organizaciones político-revolucionarias; luchas sociales-reivindicativas de masas y construcción de zonas autónomas políticamente controladas; doble poder, intervención en el Estado y nueva institucionalidad-no estatal; procesos locales y nacionales; nacionales e internacionales; etc).

8) La NIA asume que no así como no hay proceso revolucionario sin teoría revolucionaria, tampoco hay proceso de cambios si no se construye una épica capaz de estar a al altura de los desafíos histíricos, y una mística que vincule las ideas y acciones con los sentimientos.

9) La NIA entiende que no hay proceso de cambio social sin proceso de participación popular activa, directa, pero que tampoco alcanza con los momentos de espontaneidad, sino que hace falta gestar vanguardias sociales y retaguardias militantes que no serán factibles de construir sin la imprescindible formación de cuadros políticos integrales con vocación de protagonizar cambios revolucionarios.

10) Los principios que guían a la NIA son:

A- La igualdad: como punto de partida y no como meta.

B- La fraternidad: asumiendo la diversidad del ser humano.

C- La libertad: como tendencia a la des-alienación y búsqueda por darse las propias opciones existenciales, sin ataduras sobrenaturales ni supersticiones de ningún tipo.

D- La autonomía: tanto en el plano singular (sujetos que no sean ni sumisos ni obedientes) como colectivo, entendiendo que autonomía implica autogobierno (que sea el pueblo quien mande a través de su presencia y no a través de sus representantes); autogestión (libre asociación de productores de bienes de uso, sin patrones) y autocuidado (aspiraciones por resolver de un modo no violento los conflictos interpersonales internos y autodefensa para resolver los posibles ataques externos).

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