EPÍLOGO AL LIBRO DESDE ABAJO Y A LA IZQUIERDA. MOVIMIENTOS SOCIALES, AUTONOMÍA Y MILITANCIAS POPULARES (CUARENTA RÍOS, 2019)
POR: Mariano Pacheco
1)
La Nueva Izquierda Autónoma (NIA) entiende que hace falta
desarrollar una profunda renovación teórica, político-identitaria
y organizacional para poder enfrentar con eficacia el Nuevo Orden
Mundial regido por la lógica depredadora del capital y ensayar
construcciones de los pueblos capaces de edificar sociedades
pos-capitalistas.
2)
La NIA asume que se necesita un nuevo lenguaje y nuevos conceptos que
caminen junto a las nuevas prácticas que pujan por la emancipación.
3)
Asumiendo que “nada de lo humano le resulta ajeno”, la NIA
pretende realizar una crítica radical de todo lo existente (lógicas
capitalistas, coloniales, patriarcales, micro-fascismos que se están
llevando puesta no solo a la especie sino al planeta mismo).
4)
La NIA plantea que, entre la herencia de las corrientes
teórico-políticas y las experiencias de lucha y organización de
los siglos XIX y XX y la invención de nuevas perspectivas en lo que
va del siglo XXI, hay todo un campo de indagación por explorar, en
el cual será necesario algunas liberarse un poco del pasado, y
otras, estudiar para aprender de él, así como se necesitará operar
un fuerte proceso de selección para realizar una mezcla entre
saberes contemporáneos y pretéritos, y enlazar colores, símbolos y
tradiciones que puedan pivotear sobre el marxismo libertario, el
nacionalismo popular revolucionario (peronismo en Argentina;
Latinoamericanismo en el continente; decolonialidad en el tercer
mundo) y autonomismo de los nuevos movimientos sociales.
5)
La NIA postula al movimiento de trabajadores (hoy por hoy conformado
tanto por el sector asalariado como por el precariado) como aquel
sujeto capaz de conformar y acaudillar a distintos sectores populares
capaces de erigirse en un sujeto de cambio social (entendiendo que el
sujeto no está ni predeterminado estructuralmente ni se construye en
una mera articulación discursiva, sino en un arduo y lento proceso
de organización autónoma y lucha antagonista).
6)
La NIA asume que el modo en que se vaya organizando ese proceso de
liberación nacional y emancipación social será una invención de
cada proceso particular (en función de cómo se desenvuelva la lucha
de clases en cada momento y lugar determinado).
7)
La NIA cultiva una lógica de complementaridad de dinámicas a la
hora de pensar el proceso revolucionario. Es decir, asume que la
complejidad del proceso de cambio social implica motorizar una serie
de herramientas y dispositivos que incluso por momentos se tornan
contradictorios entre sí, pero de los cuales no se puede prescindir
(movimientos populares de base y organizaciones
político-revolucionarias; luchas sociales-reivindicativas de masas y
construcción de zonas autónomas políticamente controladas; doble
poder, intervención en el Estado y nueva institucionalidad-no
estatal; procesos locales y nacionales; nacionales e internacionales;
etc).
8)
La NIA asume que no así como no hay proceso revolucionario sin
teoría revolucionaria, tampoco hay proceso de cambios si no se
construye una épica capaz de estar a al altura de los desafíos
histíricos, y una mística que vincule las ideas y acciones con los
sentimientos.
9)
La NIA entiende que no hay proceso de cambio social sin proceso de
participación popular activa, directa, pero que tampoco alcanza con
los momentos de espontaneidad, sino que hace falta gestar vanguardias
sociales y retaguardias militantes que no serán factibles de
construir sin la imprescindible formación de cuadros políticos
integrales con vocación de protagonizar cambios revolucionarios.
10)
Los principios que guían a la NIA son:
A-
La igualdad: como punto de partida y no como meta.
B-
La fraternidad: asumiendo la diversidad del ser humano.
C-
La libertad: como tendencia a la des-alienación y búsqueda por
darse las propias opciones existenciales, sin ataduras sobrenaturales
ni supersticiones de ningún tipo.
D-
La autonomía: tanto en el plano singular (sujetos que no sean ni
sumisos ni obedientes) como colectivo, entendiendo que autonomía
implica autogobierno (que sea el pueblo quien mande a través
de su presencia y no a través de sus representantes); autogestión
(libre asociación de productores de bienes de uso, sin patrones) y
autocuidado (aspiraciones por resolver de un modo no violento
los conflictos interpersonales internos y autodefensa para resolver
los posibles ataques externos).
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