miércoles, 29 de octubre de 2014

Córdoba: homenaje del Jockey Club al genocida Julio Argentino Roca

La entidad realizará esta tarde (jueves 30 de octubre) un homenaje al General Julio Argentino Roca, dos veces Presidente de los Argentinos y Comandante de la “Campaña del Desierto”, para muchos, una de las acciones más sangrientas de la historia nacional.

Por Mariano Pacheco, El Argentino, edición Córdoba
 


Esta tarde, el Jockey Club de Córdoba, conjuntamente “con un grupo de ciudadanos cordobeses presididos por el Ing. Eduardo Ibañez Padilla y el Dr. Prudencio Bustos Argañaraz”, según difundió la institución, convocó a todos sus socios y al público en general a participar de “encuentro cultural” para rendir homenaje al General Julio Argentino Roca. La cita es las 19 en la sede ubicada en el cruce de avenida General Paz y Colón. En el centenario de su fallecimiento, el Jockey Club rescató la figura de Roca, “quien fuera dos veces Presidente de los Argentinos” (entre 1880 y 1886 y entre 1898 y 1904) y “Comandante de la Campaña del Desierto” (durante el último cuarto del siglo XIX), sostuvieron en la convocatoria, en la que aclararon que la reunión se abriría con una “conferencia sobre el Gral. Roca y su contribución a la formación de la Patria”.  “Importante reunión cultural” que culminaría con “un vino de honor”.
La figura de Roca es una de las más controvertidas de la historia argentina, puesto que protagonizó la denominada “Conquista del desierto” (que el Jockey Club de Córdoba reivindica), un eufemismo con el que, durante décadas, las elites nacionales intentaron justificar retrospectivamente la masacre de pueblos originarios que habitaban los suelos del sur de la provincia de Buenos Aires y la Patagonia.

A contramano
“El 54% de los argentinos tenemos vínculo genético con los Pueblos Originarios, lo cual tira abajo ese mito con el que crecimos de que descendemos de los barcos y le quita sustento (si es que alguna vez lo tuvieron) a los discursos peyorativos contra personas de otras nacionalidades (sobre todo limítrofes a nuestro país). Es hora de que intentemos de una vez reconocernos mestizos y latinoamericanos”, sostienen quienes vienen organizando la campaña “Derrocando a Roca”, que mantiene una página web con el mismo nombre.
Allí, entre otros, ha publicado algunos de sus textos Marcelo Valko, psicólogo dedicado a la investigación antropológica en relación con el genocidio indígena, autor de los libros “Los indios invisibles del Malón de la Paz”, “Pedagogía de la Desmemoria” y “Desmonumentar a Roca”, quien ha destacado la importancia de que, en cada vez en más lugares, se cambien nombres de calles y de lugares.
Sin ir más lejos, a mediados de 2012 la presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció que el billete de cien pesos argentino, que lleva la cara de Roca en su frente, se iría reemplazando con la figura de Eva Perón. Según declaró a principios del año pasado Katia Daura -presidenta de la Casa de la Moneda-, se espera que para 2015 ya no circulen billetes con su imagen.
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miércoles, 22 de octubre de 2014

Caso Suárez-Leguizamón

El jefe de la Policía de la provincia fue imputado
 por “coacción” por amenazar a periodista

Julio César Suárez, jefe de la Policía de la provincia, fue imputado noche por el delito de “coacción”. La resolución la tomó el fiscal Alfredo Villegas, tras la denuncia presentada por el periodista de Canal 10, Dante Leguizamón, luego de ser amenazado por el máximo funcionario de la fuerza.



“Me voy a encargar de vos”. La frase, pronunciada por el jefe de la Policía de la provincia Julio César Suárez el viernes 15 de agosto, y dirigida al periodista de los SRT Dante Leguizamón, recorrió los medios locales y nacionales por la gravedad que implica que el máximo funcionario de la fuerza intimide a un trabajador de la prensa por realizar sus tareas.
Ese viernes, previo al fin de semana largo, el periodista se encontraba en el barrio Los Cortaderos, donde la Policía realizaba un “operativo saturación”, que algunos vecinos denunciaron como “brutal”. Días atrás, en el mismo barrio, un joven había sido asesinado en un presunto caso de “gatillo fácil”. La cobertura de los hechos desató el escándalo. Por la noche, a través de la cuenta oficial de Twitter de la Policía, Suárez trató de "mentiroso" a Leguizamón. Luego se dirigió “visiblemente molesto” hacia las instalaciones de Canal 10, pidiendo dialogar con el periodista, que ya no estaba en el lugar. Y allí comenzaron los insistentes llamados por teléfono celular: exigía reunirse inmediatamente con él. Y hasta llegó a decirle: “Vení a verme ya, o yo mismo me voy a encargar de vos”.
Al día siguiente, representado por el abogado Claudio Orosz, Leguizamón denunció penalmente al jefe de Policía. Suárez pidió disculpas, y Leguizamón aclaró que, si bien las aceptaba, el tema debería seguir los pasos de la justicia, ya que no se trataba de un entredicho entre dos ciudadanos, porque “Suárez es el representante de una institución pública con 25 mil hombres armados que tienen el deber de protegernos”.

Ataque a la libertad de expresión
Si bien tras el escándalo el jefe de la fuerza sostuvo públicamente que no quiso "ofender ni condicionar la actividad”, el fiscal provincial Alfredo Villegas resolvió imputarle el delito de “coacción”, la más grave de las tres opciones que tenía a disposición.
El delito de coacción es considerado grave: se interpreta como un ataque a la libertad de expresión, ya que con su acción, el jefe de policía habría intentado impedir que el periodista se expresara. Se considera que coacción implica la ejecución de un acto de  violencia física, psíquica o moral para obligar a una persona a decir o hacer algo contra su voluntad. La diferencia técnica radica en que, mientras que la coacción es todo ataque violento a la fase de ejecución de la voluntad, la amenaza, en cambio, es todo ataque a la fase de formación de la voluntad; en las coacciones el mal aparece como inminente, en tanto que en las amenazas el mal es futuro. La pena aplicable es la de prisión de 6 meses a 3 años, o multa de 6 a 24 meses, dependiendo de la gravedad de la coacción o de los medios que se empleen en la comisión del delito.
Por ello, es casi seguro que Suárez irá a juicio. En su momento el gobernador José Manuel De la Sota minimizó el episodio, y afirmó que entre Leguizamón y el periodista hubo “un malentendido”. Queda por verse ahora si el poder político provincial mantendrá al cuestionado Suárez en su cargo.

viernes, 10 de octubre de 2014

El desafío de consolidar un nuevo horizonte emancipatorio

Elecciones en Bolivia 

Por Mariano Pacheco*

Las elecciones del 12 de octubre en Bolivia. Evo Morales y los movimientos sociales. El desafío de pensar lo conquistado como transición. Latinoamérica: el laboratorio político más importante del último cuarto de siglo. Hacia una nueva política emancipatoria.
  


Entre todos y en el mejor de los casos, los candidatos Samuel Doria Medina (Unidad Demócrata), Jorge Tuto Quiroga (Partido Demócrata Cristiano), Juan Del Granado (Movimiento Sin Miedo) y Fernando Vargas (Partido Verde), no llegan a reunir el 39% de intención de voto. En el mejor de los casos, ya que la última encuesta difundida en el país hermano, el pasado viernes, otorgó a medina cinco puntos más de los que venía midiendo en encuestas anteriores. Por el contrario, la fórmula Evo Morales-Álvaro García Linera, tras casi una década al frente del gobierno de Bolivia, asciende al 59%.
Entre todos y en el mejor de los casos, los candidatos Samuel Doria Medina (Unidad Demócrata), Jorge Tuto Quiroga (Partido Demócrata Cristiano), Juan Del Granado (Movimiento Sin Miedo) y Fernando Vargas (Partido Verde), no llegan a reunir el 39% de intención de voto. En el mejor de los casos, ya que la última encuesta difundida en el país hermano, el pasado viernes, otorgó a medina cinco puntos más de los que venía midiendo en encuestas anteriores. Por el contrario, la fórmula Evo Morales-Álvaro García Linera, tras casi una década al frente del gobierno de Bolivia, asciende al 59%.
Todo indica que el triunfo electoral del Movimiento al Socialismo-Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP), el próximo domingo 12 de octubre, será arrollador. Los bolivianos elegirán diputados y senadores, además de presidente y vicepresidente. También “parlamentarios supranacionales”. Si bien no formarán parte de la Asamblea Plurinacional, los 18 parlamentarios supranacionales (nueve titulares y nueve suplentes), serán elegidos a través del voto directo para representar a Bolivia, por un período de cinco años, ante organismos parlamentarios supraestatales como la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), el Parlamento Andino, el Parlamento Latinoamericano, Amazónico, Indígena, Unión Interparlamentaria (UI) y el Mercado Común del Sur (Mercosur).
Así como puede ser una tarea central y de primer orden para el movimiento popular boliviano, en la coyuntura actual, garantizar el triunfo de Evo Morales para este tercer período presidencial, no menos central y prioritaria parece ser la tarea de los movimientos sociales de cara a tensionar su vínculo creativo con un gobierno que vino a intentar expresar en el Estado las convulsionadas confrontaciones sociales que lo precedieron.
Alguna vez, el fotógrafo francés Henry Cartier Bressón afirmó que todo el secreto de la fotografía consistía en capturar “el instante decisivo” (o algo así). Sin lugar a dudas este cronista piensa que en 2005 los movimientos sociales bolivianos, aquellos que libraron importantes batallas contra el modelo neoliberal, se encontraron ante un “instante decisivo” de la política nacional, y por qué no decir también, de la política popular Latinoamericana. Luego de un período de significativas luchas (2000-2005), entre las que se destacaron las ya legendarias “Guerra del Agua” (2000) y “Guerra del Gas” (2003), y tras la renuncia de dos presidentes (Jorge Quiroga Ramírez en 2002 y González Sánchez de Losada en 2003), Evo Morales se transformó en el primer presidente indígena del mundo.
Desde entonces,  Bolivia se transformó en Estado Plurinacional -proceso constituyente mediante- y logró el reconocimiento constitucional de los derechos de la Pachamama. También a través de la nacionalización de los hidrocarburos, implementó una serie de políticas redistributivas. En clara sintonía con el ideario de la Revolución Cubana, conquistó ser declarado país libre de analfabetismo. Para el próximo período, el desafío del gobierno está planteado: avanzar con la Agenda Patriótica para terminar con la pobreza extrema y avanzar en aspectos centrales de soberanía financiera.
El denominado “Buen Vivir”, de todos modos, corre el riesgo de circunscribirse a una “política de Estado”. La posibilidad de recuperar protagonismo, y esbozar elementos que ayuden a pensar-desarrollar una nueva política, por parte de los movimientos sociales, es un desafío presente tanto dentro de la “Revolución Democrático-Cultural” como en el resto del continente, al fin y al cabo, el territorio más interesante para repensar las coordenadas de una nueva política emancipatoria para el siglo XXI.
Si el primer ciclo de luchas desarrollado por los pueblos latinoamericanos durante los últimos años del siglo pasado y los primeros del actual –centralmente las resistencias antineoliberales–, introdujo una serie de novedades políticas respecto de las perspectivas transformadoras que las antecedieron (en medio de la “revancha conservadora” mundial que se vanagloriaba de un supuesto “fin de la historia”), y el segundo ciclo permitió ensayar en algunos países –casi exclusivamente en Bolivia y en Venezuela, con la Revolución Bolivariana encabezada por Hugo Chávez Frías– un vínculo tenso y conflictivo entre auto-organización popular y gestión estatal, en la actualidad nos encontramos a las puertas de un nuevo ciclo. Los anteriores ya mostraron sus límites. Queda por verse, para los pueblos, cuánto podrán o no avanzar en desplegar sus potencias creativas. Y reinstalar un nuevo horizonte emancipatorio.


*Nota elaborada especialmente para el periódico mensual “Me contó el Viejo Antonio”, del Centro Cultural Somos Viento, San Francisco-Córdoba y para el Portal de Noticias Marcha.

Córdoba y las elecciones en Bolivia

Por primera vez en Córdoba, este domingo
2.800 bolivianos podrán votar a su presidente

Por Mariano Pacheco
Entrevista al Cónsul de Bolivia, reseña de “Diez años en el país de las mamitas” y relato de Tomás Astellarra


El cónsul de Bolivia en Córdoba, Oscar Sanguinés, recibió a este medio en el Consulado, situado en la capital provincial. Quienes y donde podrán votar este domingo para presidente y vice del país hermano. Evo Morales, según las encuestas, sería elegido para un tercer mandato. 


La comunidad boliviana en Córdoba supera en la actualidad las 30.000 personas. Cerca de 19.000 ya tramitaron su Documento Nacional de Identidad (DNI), mientras que otros 8.000 están con el trámite iniciado. Unos 5.000, los denominados “golondrinas”, van y vienen, de Córdoba a Bolivia, según las temporadas de trabajo. Los bolivianos, junto con los peruanos, conforman el contingente más números de migrantes que llegan a la provincia desde distintos países, sobre todo los limítrofes, que en los últimos diez años ha rondado la cifra récord de 22.000.
En diálogo con El Argentino, el cónsul de Bolivia en Córdoba, Oscar Sanguinés, nos cuenta del trabajo institucional que han realizado los distintos organismos para garantizar la votación transparente de este domingo 12 de octubre, un día emblemático para la población Latinoamericana.

--¿Cuál es el trabajo que realizaron previo a los comicios?
--Fundamentalmente hemos intentado cumplir con la Carta Magna del Estado Plurinacional de Bolivia, que desde 2009 permite que los ciudadanos bolivianos voten desde el exterior del país. En Argentina, en 2009 se votó sólo en Jujuy, Mendoza y Buenos Aires, los lugares en donde había consulados. Ahora Bolivia tiene diez consulados. En Córdoba se votará por primera vez este año. Para garantizarlo, fue fundamental desarrollar un trabajo interinstitucional, entre el Ministerio de relaciones exteriores de Bolivia y el Tribunal Supremo Electoral. Y el Consulado brindó solo apoyo logístico, para garantizar el proceso de empadronamiento. El 9 de junio de este año cerramos la segunda fase de empadronamiento. La primera había sido desde diciembre de 2013 hasta marzo de 2014. En total, han quedado 2.800 habilitadas para votar.

Oscar Sanguinés destaca el gran entusiasmo cívico que pudo ver entre sus hermanos bolivianos. Y remarca que existe en la comunidad una responsabilidad, un compromiso y una fuerte cultura democrática. “Tenemos una buena expectativa para el domingo” dice el cónsul, ya cerrando la charla. “Esperamos que los hermanos y hermanas asistan a participar al acto eleccionario. “Está en sus manos la elección de quien será su presidente y vicepresidente para los próximos años”.


 Los lugares de votación
Entre las 8 y las 17 horas, los ciudadanos bolivianos que posean pasaporte o documento de Bolivia vigente, podrán votar en alguna de las 13 mesas  preparadas para estar presentes en los tres recintos electorales que se montarán en la provincia.
Zona Sur de la Ciudad
CPC de Villa Libertador (Avenida Armada Argentina N°1650).
Allí habrá 4 mesas, donde podrán votar los ciudadanos bolivianos que viven en Villa El Libertador, Congreso, Comercial, Nuestro hogar III, Bosh y otros barrios de la zona sur de la ciudad de Córdoba.

Zona Centro de la Ciudad
IPEM N°86 (Humberto I° N°145)
Serán 8 las mesas dispuestas para la votación de los ciudadanos bolivianos que habitan la zona norte, noroeste y noreste de la capital provincial.

Localidad de Villa María
IPEM N°147 “Anselmo Ocampo” (Catamarca N°650)
Una sola mesa reunirá los votos de los hermanos bolivianos que viven en la ciudad del sureste provincial.


Evo Morales y las encuestas
Entre todos y en el mejor de los casos, los candidatos Samuel Doria Medina (Unidad Demócrata), Jorge Tuto Quiroga (Partido Demócrata Cristiano), Juan Del Granado (Movimiento Sin Miedo) y Fernando Vargas (Partido Verde), no llegan a reunir el 39% de intención de voto. La última encuesta difundida el pasado viernes, otorgó a Medina cinco puntos más de los que venía midiendo en encuestas anteriores. Por el contrario, la fórmula Evo Morales-Álvaro García Linera, tras casi una década al frente del gobierno, asciende al 59%. Los bolivianos elegirán diputados y senadores, además de presidente y vicepresidente. También “parlamentarios supranacionales”. Si bien no formarán parte de la Asamblea Plurinacional, los 18 parlamentarios supranacionales (nueve titulares y nueve suplentes), serán elegidos a través del voto directo para representar a Bolivia, por un período de cinco años, ante organismos parlamentarios supraestatales.


Evo Morales: mejor que decir es hacer

Por Tomás Astellarra


Evo Morales no cree en las encuestas. Dicen que mejor trabajo de campo estadístico que sus constantes viajes por los lugares más perdidos del país, entregando obras y planes productivos, no hay. Su eterna relación con las bases, la puede mantener gracias a un delirante ritmo de trabajo (como el de cualquier albañil de la construcción en Buenos Aires), ya que amanece a las 4 y se duerme a las 24, aprovechando apenas algunos minutitos de descanso en sus viajes en aviones privados y cuatro por cuatro. Dicen que cuando vuelve de sus largos periplos desenrolla en su escritorio papeles arrugados con pedidos. Algunas veces llama por teléfono al necesitado, otras a algún ministro pidiendo que se solucione el problema. En el Chapare conocí a un niño de la calle que esperaba la llegada del presidente porque si podía colarse en los actos, el Evo le tiraba un billete de cincuenta pesos. O a Don Darío Mendoza, viejo dirigente cocalero que me confesaba: “muchos de los jóvenes que hoy lideran las federaciones no se acuerdan de nosotros. Pero el Evo, cuando puede nos visita, no se olvida”. 


“Diez años en el país de las mamitas”
El nuevo libro de Tomás Astellarra


En “La Bolivia de Evo Morales. Diez años en el país de las mamitas”, el nuevo libro de Tomás Astelarra publicado esta semana por la editorial Sudestada, el autor radicado actualmente en Córdoba realiza un recorrido por este proceso de cambio profundo que vive Bolivia desde hace una década. Lejos de la mirada turística de los enviados especiales y más cerca del pulso humano del cronista de calle, Astellarra recorrió varias veces Bolivia para entrevistarse con ochenta referentes intelectuales, activistas, funcionarios y militantes de movimientos sociales, incluyendo al propio Evo Morales en un par de ocasiones. El resultado es este libro, una ventana abierta al debate sobre uno de los proyectos políticos más importantes de la región.





Entrevista con los organizadores del Festival “El Urondo”

“El Urondo se propone el encuentro 
y es sumamente horizontal”

Por Mariano Pacheco


En diálogo con El Argentino, los directores Jorge Villegas, Giungi y Toto López, cuentan la trama que los llevó a organizar esta primera edición de “El Urondo”, un Festival de Teatro, política y Sociedad que pretende conformar una nueva organización de artistas con mirada crítica.


Jorge Villegas (JV), Enrique Giungi (EG) y Toto López (TL), directores de los grupos “Zéppelin Teatro”, “Elencos Concertados” y “Los de La vuelta”, conversaron con este medio sobre “El Urondo”, Festival de Teatro, política y Sociedad que comienza esta semana.

--¿Cómo surgió, cual es la idea del festival?
Villegas: la identidad del festival se irá construyendo, con el tiempo y las actividades. La idea es visibilizar los colectivos y teatristas, los poetas y escritores que están, además de haciendo sus obras, trabajando con los movimientos sociales, con actividades anticarcelarias y otros temas. Es decir, con todos aquellos que tienen muy unida la producción artística específica y la construcción de ciudadanía. Por otra parte, no pretende ser un espacio de consagración. El Urondo se propone el encuentro y es sumamente horizontal.
Enrique Giungi: El Toto venía organizando el Festival Clandestino, y por su generosidad, se amplió a la actual propuesta, mucho más amplia, para poder reivindicar ideas que muchos tenemos hace años, y tal vez no teníamos donde expresarla.
Toto López: Creo que esa generosidad de la que habla Giungi, en realidad, tiene que ver con que hubo una propuesta superadora. Así como el Festival Clandestino se organizó en una época, para intentar visibilizar aquello que se pretendía invisibilizar desde el establishment cultural local, que definía por donde tenía que pasar la estética y el que no la acataba se quedaba afuera, creemos que después de once años hay cosas que han cambiado, somos más visibilizados. Eso, por supuesto, tiene que ver con la pelea de todo un pueblo. Y esta idea de visibilizar a compañeras y compañeros militantes, tiene que ver con organizar todo ese espacio que existe, pero que está como en la diáspora. El festival es un primer paso para conocernos, compartir una experiencia y lanzar esta organización –Urondo– en la que pretendemos que no estén solo teatristas, sino también músicos…
Jorge Villegas: Por eso el nombre. Poéticas varias. Esa es la idea. Porque ni bien empezamos a difundir la propuesta se acercó gente que no viene del teatro. Y no estamos desesperados porque se vea como algo perfecto. Se irá construyendo. Lo único claro fue que nos reunimos para organizarlo. Nosotros tres que somos artistas peronistas y reivindicamos el peronismo revolucionario. Pero este no pretende ser solo un espacio para peronistas. Por eso rápidamente se sumaron compañeras y compañeros que vienen de otras tradiciones de la izquierda.

Arte y política
Todavía no empezó, pero sus organizadores ya muestran un entusiasmo que los lleva afirmar que la idea es que el espacio no solo organice un festival anual, sino que participe de otras actividades que ya vienen funcionando y otras por organizar. Y desde allí proyectar una discusión sobre la política cultural a nivel municipal, provincial y nacional.
--¿Qué desafíos se les presentan?
EG: Creo que es una época para sostener y cuidar lo que tenemos. Me parece que, sobre todo ellos, que son de una generación más grande que la mía, saben lo que cuesta vivir como estamos viviendo ahora, y como estamos trabajando en democracia, y hay que apropiarse de las libertades que hemos conquistado. Ese es uno de los puntos que tiene el festival: apostar a construir la fuerza capaz de defenderlas. Y prepararnos para lo que puede venir.
JV: No somos un grupo de amigos que sale a hacer un festival con su gusto, sino que somos artistas que tenemos diferencias pero nos juntamos para ir armando esta propuesta. Y la identidad es clave. El hecho de llamarlo con el nombre de un poeta y guerrillero, muerto en combate, es toda una señal. Y El Urondo pretende generar una discusión con estos temas.
TL: Por mi parte, para terminar, dos frases. Una: que lo colectivo es infinitamente superior a lo individual. Y segundo, lo que decía Paco Urondo, que “todos los extremos son malos”. Y por eso tenemos que ir más allá de los extremos.
  

El Urondo: un Festival que pretende
organizar a los artistas con mirada política

Doce días, 14 grupos, 17 obras de teatro con entradas a 30 pesos. “La Chacarita” (Jacinto Ríos 1449. B° Pueyrredón) y “Casa Grote” (Padre Grote 1080. B° General Bustos) serán las salas independientes de la ciudad donde se desarrollará, del 2 al 12 de octubre, esta primera edición de “El Urondo”, Festival de Teatro, política y Sociedad, que también contará con actividades gratuitas, como charlas con periodistas, proyección de películas de la historia argentina reciente y mesas-debate con algunas de las principales preocupaciones políticas de la actualidad provincial. Zéppelin Teatro, Elencos Concertados, Los de La vuelta, 5M16, Des Armadero Teatro, Las Perez Correa, Teatro de ilusiones Animadas, La Vueltaalperro, Jorege Cuello, Teti Cavo, Miguel Oyarzún, Rimando Entreversos, BiNeural-MonoKultur y Colectivo de Poetas Pan Comido son los grupos locales que participan de este evento que, en palabras de los organizadores, apuesta a ser “un encuentro de artistas independientes y activistas sociales que utilizan los diferentes recursos artísticos y poéticos para manifestarse ideológica y políticamente”.


miércoles, 8 de octubre de 2014

Notas sobre Ernesto Guevara (Argentina, Siglo XXI)

 (“Reflexiones X”, capítulo del libro De Cutral Có a Puente Pueyrredón, una genealogía de los Movimientos de Trabajadores Desocupados, El Colectivo editorial, Buenos Aires, 2010).

Por Mariano Pacheco

La figura de Guevara ha funcionado como una suerte de aguja enhebradora de distintos  hilos generacionales. El Che articuló las experiencias de quienes comenzamos a militar en los 90 con quienes venían desde antes: de los 80, pero también de los 70, de los 60…



"Hoy su cara está en todas las remeras, es un muerto que no para de nacer".
Bersuit Vergarabat, Murguita del sur


"Si queremos expresar cómo queremos que sean los hombres de las futuras generaciones, debemos decir: ¡Que sean como el Che!"
Fidel Castro,  “Un modelo de revolucionario”



I
La movilización por los 20 años del golpe; los recitales de Daniel Viglietti y los actos por los 30 años de la caída del Comandante en Bolivia; los escraches de los HIJOS; las nuevas batallas que lentamente comenzaron a librarse en Argentina, y en otras latitudes, encontraron en  Guevara una cara a través de la cual poder dialogar. Marxistas en todas sus vertientes, peronistas revolucionarios, cristianos de la Teología de la Liberación y “piqueteros” a secas, sin experiencias de luchas previas, nos vimos interpelados, seguramente por distintas razones, por el ejemplo del Che.
En cuanto a “la izquierda por venir”, como la ha llamado Miguel Mazzeo, o “la Nueva Izquierda Autónoma”, como se la suele denominar, si hay algo aquí por destacar, es su carácter plural, su vocación múltiple y abierta. Porque como nos recuerdan los zapatistas, "muchos son los colores y los pensamientos”. Por tanto, “el mundo será alegre si todos los colores y todos los pensamientos tienen su lugar”.
La militancia autónoma, generacionalmente ubicada en el mundo pos-caída del Muro de Berlín, tuvo la capacidad de relacionar elementos antaño difíciles de conjugar. Puede combinar al Roby Santucho con John W. Cooke. La estrella federal y la de cinco puntas. Evita y el Che. Montoneros y el PRT. La resistencia peronista y Trotsky. José Carlos Mariátegui y Michel Foucault. Antonio Gramsci y Guilles Deleuze. Federico Nietzsche y Karl Marx. Los zapatistas y Lenin. El MST y Walter Benjamin…
Se permite leer a Leopoldo Lugones y a Roberto Arlt; a Rodolfo Walsh, Francisco Paco Urondo, Haroldo Conti, Juan Gelman, Leopoldo Marechal, pero también a Manuel Puig, Oliverio Girondo y Jorge Luis Borges. Raúl Scalabrini Ortiz y Yukio Mishima. Jauretche y Simone de Beauvoir. Hemingway y Osvaldo Soriano. La lista podría tornarse inabarcable de acuerdo a los gustos de cada quien. Interminable, si sumamos teatro, plástica y preferencias en cuanto a disciplinas sociales.
Una generación, decía, que se identifica con las historias breves del Nuevo Cine Argentino, pero que se deslumbra con el descubrimiento del Nuevo Cine Asiático. Lo propio y lo lejano. Lo pretérito y lo actual. Raúl Perrone y Kim-ki-duc. Leonardo Favio y Michelangelo Antonioni. Fernando Pino Solanas y Wong-Kar-Wai...
Por supuesto, escucha a Silvio Rodríguez, Víctor Jara y Violeta Parra, pero también se permite a Intoxicados. Viglietti y Babasónicos. Hermética y Larralde. Pugliese y Calamaro. Que transforma las canciones cantadas en recitales de La Renga en consignas políticas; y viceversa.
A propósito de la proliferación de la figura del Che por fuera de los ámbitos estrictamente políticos, queda claro que, en la última década, estuvo presente en recitales y canchas de fútbol cada vez con mayor frecuencia. Aunque también en la publicidad consumista que caracteriza nuestros días: remeras, buzos, parches, mochilas… ¡hasta calzoncillos del Che llegaron a fabricar! En ese sentido es que no estamos planteando gestar un nuevo ídolo. Más bien todo lo contrario. Aunque no está mal que algún adolescente se enfurezca con sus padres o profesores y se compre una remera del Che. O que los muchachos y las chicas rockers lo estampen en sus banderas para llevar a los recitales. O que alguno se deje la barba para seducir a una compañera de estudios. O que una chica se pegue un parche en la mochila para llamar la atención del “zurdito” simpático más cercano. Pero de ahí a transformarlo en un fetiche de la militancia, hay una distancia grande. Porque para la cultura rock, rebelde y contestaria en muchos casos, supone un rechazo, una impugnación del capitalismo por otros medios. Es decir, no los de la lucha política, la organización popular. Pero sí desde la reivindicación de la solidaridad, del trato entre pares. De la batalla contra el aislamiento y el individualismo promovida por la ideología sistémica. Y en esos casos, si promueve la rebeldía, ¡bienvenido el parche de Guevara!
Además, por qué negarlo, hay algo de todo eso también en el Che. Pensemos en sus borceguíes abiertos, con los cordones desatados, cuando era ministro. O en sus pantalones con un broche de colgar la ropa. Dos imágenes de quien se resiste a aceptar las normas. De un revolucionario en quien, también, persiste esa frescura de la insubordinación ante ciertas reglas, ciertas formalidades.

II
Veamos ahora las posibles aristas guevaristas a recuperar por parte de las organizaciones inscriptas en la nueva izquierda autónoma. Decimos aristas, porque hoy, evidentemente, sólo podemos rescatar para nosotros una parcialidad del comportamiento y las ideas del Che.
“La izquierda por venir concibe al campo popular como un bloque histórico... cuya fuerza y capacidad para la transformación social proviene de la autonomía”,[1] escribe Mazzeo. Y afirma: “la reivindicación de la autonomía, por su parte, obliga a pensar la construcción política en términos de articulación... concebida como estrategia. Se parte así de una certeza: ningún sector puede reivindicar hoy la capacidad de funcionar como centro o ‘foco’ (real o potencial) exclusivo”. Como vemos, no es precisamente la idea del foco irradiador de conciencia lo que más nos seduce de Guevara.
Sí, en cambio, su permanente atención por los problemas subjetivos y los valores. En este sentido, quisiera rescatar unas palabras que el teólogo brasileño Frei Betto escribió en octubre de 2007, unos cuantos años más adelante de la historia que estamos narrando.
 “Nos ha faltado destacar con mas énfasis los valores morales, las emulaciones subjetivas, los anhelos espirituales”, dice en su Carta abierta al Che. Quizás allí radique el legado que más nos interesa de Guevara. La preocupación por las emulaciones subjetivas, la pasión y los anhelos espirituales. Tal vez podamos retomar, entonces, la apuesta literaria de  Marechal y trasladarla a estas líneas de reflexión sobre la práctica política. Aspirando a reunir con nosotros “un equipo bélico entrenado en la costumbre poética del coraje” como nos insta Megafón.
Porque, tal como escribió Esteban Rodríguez alguna vez, hablando de este tema: “Sin estímulos semejantes que intensifiquen la experiencia, el socialismo será una cuestión de iniciados, quiero decir, una práctica que atañe a especialistas que rozan el fundamentalismo. Se necesitan entonces distintas motivaciones emocionales que sustenten el cotidiano que comienza a levantarse entre acantilados. No se llega al socialismo de un plumazo, con sesiones de materialismo dialéctico puro. No se trata de convencer, sino de predicar con el ejemplo. Ésta es la cuestión. Contagiar con el ejemplo”.[2]
Algo que Guevara nunca dejó de tener en cuenta: “Siempre quedan rezagados, y nuestra función no es la de liquidar a los rezagados, no es la de aplastarlos y obligarlos a que acaten a una vanguardia armada, sino la de educarlos, la de llevarlos adelante, la de hacer que nos sigan por nuestro ejemplo… el ejemplo de sus mejores compañeros, que lo están haciendo con entusiasmo, con fervor, con alegría día a día. El ejemplo, el buen ejemplo, como el mal ejemplo, es muy contagioso, y nosotros tenemos que contagiar con buenos ejemplos… demostrar de lo que somos capaces; demostrar de lo que es capaz una revolución cuando está en el poder, y cuando tiene fe”.[3]
De algo muy parecido hablamos en el capítulo anterior, cuando vimos  la cotidianidad puesta en el centro de la cuestión por la izquierda autónoma. Tal vez debamos agregar que al hablar de “contagiar con el ejemplo” no nos estamos refiriendo a bajar línea, a decir lo que hay que hacer. Sino más bien a construir dinámicas colectivas. Hacerlo y punto. Compartir experiencias y saberes. No hablamos de “adoctrinar”. Mucho menos de imponer. Porque el militante, tal cual se lo entiende desde la izquierda autónoma, no es el portador de ninguna verdad. No tiene que inyectarle ninguna conciencia a nadie. Si tiene alguna idea (siempre tenemos alguna) le sirve más como parámetro que como modelo. Ideas que suelen funcionar más como hipótesis que como certeza cerrada. En ese sentido, la construcción política es más una apuesta incierta que una certeza teórica a verificar en la realidad.
Claro que para ciertas izquierdas la apertura a un campo de incertidumbres puede resultarles por demás peligroso. Sea porque puede conducirlos rápidamente a la desesperanza y la angustia, sea porque los lleva a un relativismo que termina en la inacción. De ahí la necesidad, ya sea de tener una línea clara, que suele ser estática. O bien de justificar el quietismo en la espera de una realidad que sorprenda, que desbarate “los planes trazados de antemano”. Para la izquierda por venir, digamos, hay una línea, pero que es lo más parecido a un sendero que se bifurca. Por eso nos hacemos eco de las palabras de Zaratustra, cuando dice: “‘Éste es mi camino, ¿dónde está el vuestro?’, así respondía yo a quienes me preguntaban por ‘el camino’. ¡El camino, en efecto, no existe!”.[4]

III
Establezcamos, de una buena vez, una línea de diálogo con Guevara. Con algunas de sus preocupaciones, que son también las nuestras. Decíamos que una de las preguntas que se hizo el comandante fue la de los estímulos morales. Cómo contraponer un tipo diferente de subjetividad a la regla capitalista fundada en la materialidad y el interés. Tomemos algunos de sus textos. Qué debe ser un joven comunista, Sobre la construcción del partido y El socialismo y el hombre en Cuba. Tres textos clave del pensamiento guevariano.
Guevara es un marxista, se sabe. Pero también que su praxis excluye el dogmatismo. Huye de él como quien escapa de la peste. No anda, precisamente, con un manual soviético bajo el brazo. De ahí que tomemos sus palabras. Porque somos jóvenes, pero además, porque nos convocan a ser parte; a tomar partido. “Una juventud que no crea es una anomalía”, dice. “Actuar permanentemente preocupados de nuestros propios actos”. Hace hincapié en la capacidad de estar abierto, siempre, a las nuevas experiencias. Actuar, señala, con una “gran sensibilidad frente a la injusticia. Espíritu inconforme cada vez que surge algo que está mal, lo haya dicho quien lo haya dicho”. Queda claro, ¿no? No hay “intocables”. Mucho menos “incuestionables”. Por tanto, no usar sus palabras como cita de autoridad, es clave para pensar los problemas contemporáneos. Tomar sus palabras como “disparadores” (así suele decirse desde la Educación Popular).
Podemos encontrar en sus palabras a los jóvenes comunistas las mismas preocupaciones. “Se plantea a todo joven comunista ser esencialmente humano, ser tan humano que se acerque a lo mejor de lo humano, purificar lo mejor del hombre por medio del trabajo, del estudio, del ejercicio de la solidaridad continuada con el pueblo y con todos los pueblos del mundo, desarrollar al máximo la sensibilidad hasta sentirse angustiado cuando se asesina a un hombre en cualquier rincón del mundo y para sentirse entusiasmado cuando en algún rincón del mundo se alza una nueva bandera de libertad”. Construirnos a nosotros mismos como obras de arte, entendido desde esta perspectiva, no parece una idea tan alejada.
Crear las herramientas necesarias de acuerdo a las circunstancias. He ahí el quid de la cuestión. Porque, como señala el Che cuando se refiere a la construcción de un partido nuevo: “… ninguna construcción será igual; todas tendrán características peculiares…”. Algo similar a lo que dice en El socialismo y el hombre en Cuba: “La revolución se hace a través del hombre, pero el hombre tiene que forjar día a día ese espíritu revolucionario… Nos forjaremos en la acción cotidiana, creando un hombre nuevo…”.
Claro que Guevara habla y actúa en otro contexto. De todas maneras podemos tomar su llamado a los jóvenes por el papel significativo que juegan en la sociedad. Y hacernos eco, desde las nuevas generaciones que apostamos por un cambio social. Ya aclaramos, en otro capítulo, que la nueva generación no puede ser definida por su fecha de nacimiento, sino por una vocación colectiva de enfrentar determinadas problemáticas).

IV
Pasemos entonces a ver ahora la noción del hombre nuevo. A “problematizarla” un poco. Porque otra vez, la cuestión sacrificial estará de por medio. Por algo se asocia tanto la figura de Guevara a la de Jesús de Nazaret. “Ustedes, compañeros –dice a los jóvenes– deben ser la vanguardia. Los primeros en los sacrificios que la revolución demande, cualquiera sea la índole de esos sacrificios”.[5] En el mismo sentido, el Che reflexiona sobre un chiste que ha escuchado en la Isla.[6] Trabajar horas extras, los domingos trabajo voluntario, sacrificarse por su formación, por predicar con el ejemplo y, por último, estar dispuesto a dar, en cualquier momento, su vida por la revolución. Todo eso para ingresar al partido. Claro, el tipo al que le proponen eso responde que si ésa va a ser su vida en la revolución, encantado, dice, ¡entrega su vida! “¿Para qué la quiero?”.
Es raro, porque el Che toma ese comentario que escuchó. No se enoja, no mira para otro lado. No es un incondicional que sólo escucha lo que le conviene, lo que lo deja tranquilo. No. Tal vez también él se ríe. Sin embargo, saca sus conclusiones. Que son políticas, pero también morales. Había mucha moralina en la izquierda revolucionaria de entonces. Tal vez esa moralina persista aún hoy en muchas construcciones que apuestan por un cambio.
“Hay un contenido contrarevolucionario”, remarca Guevara. Porque el chiste no tiene en cuenta que el “revolucionario cabal” está dispuesto al sacrificio. Una nueva modalidad de sacrificio, insiste. Fresca, renovada, no impuesta. Pero…, no sé… Tal vez sea una cuestión generacional. De todas formas, ya en los 70 hubo tipos que insistieron en salirse de esas visiones. Un poco como veíamos en las Reflexiones IV. Deleuze y Guattari rescatando a Nietzsche. El propio Cortázar desconfiando de los “revolucionarias de caras largas”. Habría que hurgar un poco más en la figura de Camilo Cienfuegos. Aun en el propio Guevara están estas tensiones. Él trabaja de sol a sol, toda la semana y ríe, como vimos en sus fotografías. ¿Pero el resto? ¿También lleva una sonrisa en el rostro? ¿Cuánto tiempo pueden sostenerse esas posiciones sacrificiales? Insisto: la idea de prácticas pre-figurativas conspira contra toda esa perorata de padecer hoy para recolectar los frutos mañana. Tal vez debamos promocionar todo el tiempo las pasiones alegres, como forma de conjurar las pasiones tristes.
Veamos ahora unos pasajes de un relato de Omar Cabezas, que van en la misma línea de lo que venimos diciendo, y que muestran un poco cómo esa concepción sacrificial marcó la perspectiva de la militancia latinoamericana.
Tello, uno de los jefes del Frente Sandinista de Liberación Nacional, se enfrenta a la tropa de insurgentes amotinada. Dicen que no pueden cargar una cantidad de alimentos. Están en alguna montaña perdida de Nicaragua. Tienen hambre, frío, cansancio. No desgano, porque están firmes en la lucha los muchachos. Sin embargo, él se enfurece, los insulta: “Son unas mujercitas… son unos maricas…”, les dice. Luego trata de persuadirlos, adoctrinarlos, y les da un discurso. Así lo narra el autor, uno de los comandantes del FSLN: “Compañeros”, dice, “ustedes han oído hablar del hombre nuevo… ¿Y ustedes saben dónde está el hombre nuevo…? El hombre nuevo está en el futuro, pues es el hombre que queremos formar con la nueva sociedad, cuando triunfe la revolución… ´no hermanos´, dice: ¿Saben donde está? Está allá en el borde, en la punta del cerro que estamos subiendo… está allá, agárrenlo, encuéntrelo, búsquenlo, consíganlo. El hombre nuevo está más allá de donde está el hombre normal… más allá del cansancio de las piernas… del cansancio de los pulmones… más allá de la lluvia… de los zancudos… de la soledad. El hombre nuevo está ahí, en el plus-esfuerzo. Está ahí en donde el hombre normal empieza a dar más que el hombre normal. Donde el hombre empieza a dar más que el común de los hombres. Cuando el hombre comienza a olvidarse de su cansancio, a olvidarse de él, cuando se empieza a negar a él mismo… Ahí está el hombre nuevo. Entonces, si están cansados, si están rendidos, olvídense de eso, suban el cerro y cuando lleguen allí ustedes van a tener un pedacito del hombre nuevo. El hombre nuevo lo vamos a comenzar a forjar aquí. Aquí se empieza a formar el hombre nuevo, porque el Frente tiene que ser una organización de hombres nuevos que cuando triunfen puedan generar una sociedad de hombres nuevos… Así que si no son teorías y en realidad quieren ser hombres nuevos, alcáncelo…”.[7]
Estamos de acuerdo, continúa Cabezas. Y cuenta que luego de eso, todos quisieron ser como el Che. Que se dieron cuenta de que el hombre nuevo se construye a costa de sacrificios y penalidades y que, mientras el hombre no se muera o caiga desmayado, siempre puede dar más. Ergo: cargaron las bolsas y subieron el cerro.
Está bien. Puede que a veces haya que revitalizar el ánimo de la tropa. Después de perder una batalla. En tiempos grises, cuando no pasa nada. No lo niego, y por eso la mística será un rasgo distintivo de la nueva izquierda latinoamericana. Pero de ahí a tomar al plus-esfuerzo como normativa moral…
Quedémonos, de todas formas, con esta idea de que el hombre nuevo no está en el futuro. Forjarlo en la actualidad, de algo muy parecido se hablará en las barriadas, cuando los MTD se planteen ir gestando prácticas prefigurativas. “Crear mujeres y hombres nuevos”, insistirá la Nueva Izquierda Y la cuestión de géneros no es un detalle semántico. Hay toda una “política menor” que en el nuevo milenio cobrará cada vez más fuerza dentro de los movimientos populares. Políticas que durante los 60 y los 70 no se tenían muy en cuenta. Aunque en esa época comienzan a tomar mayor impulso. En ese sentido, me parece, la incorporación del “femenino” es todo un avance en la perspectiva emancipatoria de la humanidad. Aunque a veces, así y todo, no alcance.
Pero continuemos con esto del hombre nuevo. Creo no equivocarme al sostener que  la Izquierda Autónoma ya no concibe que la producción de ideas y prácticas de nuevo tipo deban darse al interior de la vanguardia, sino más bien en las propias instancias que los hombres y mujeres que bregan por otra vida van construyendo. Así sean movimientos sociales, antaño subestimados por no ser capaces de generar una conciencia que exceda los límites de lo sindical, según señaló el Pelado Lenin.[8] En ese sentido, podríamos decir, la nueva izquierda ve lo nuevo forjándose en medio de la vida cotidiana, con su multiplicidad de contradicciones, dificultades y problemas que ello implica. En medio de la mierda, como decíamos capítulos atrás. En nuevas herramientas, que desde el vamos cuestionarán esa división tan tajante entre lo sindical y lo político; lo espontáneo y lo organizado; lo azaroso y lo planificado. Y que se plantearán, como cuestión insoslayable de un proyecto revolucionario, politizar la cotidianidad. Allí, en la realidad que nos toca. En una sociedad regida por el auge de la sociedad del espectáculo que todo lo cosifica. Conviviendo con Marcelo Tinelli y Gran Hermano. Con la invasión de mensajes de SMS y la proliferación de propaganda por Internet; allí, abrir una grieta. Plantear algo nuevo. Otra cosa. Y que el futuro diga.





[1] Mazzeo,  Miguel, El sueño de una cosa (introducción al Poder Popular), Editorial El Colectivo, Buenos Aires, 2008.
[2] Texto que circuló por correo electrónico, s/d.
[3] Guevara, Ernesto, “Sobre la construcción del partido”, en  Obras completas,  Macla, Buenos Aires, 1997, p.122.
[4] Nietzsche, Así habló Zaratustra, Alianza Editorial, Madrid, 2007, p. 272.

[5] Guevara, “Qué debe ser un joven comunista”, op. cit., p. 100.
[6] Guevara, “Sobre la construcción del partido”, op. cit., p. 118.
[7] Cabezas, Omar, La montaña es algo más que esa inmensa estepa verde, Editorial Nueva América, Buenos Aires, 1987, pp.120-121.
[8] “Hemos dicho que los obreros no podían tener conciencia socialdemócrata. ésta sólo podía ser introducida desde afuera”, en: Lenin, Vladimir Ilich, ¿Qué hacer? Problemas candentes de nuestro movimiento,  Ediciones Luxemburg, Buenos Aires, 2004,  p. 127.