jueves, 30 de julio de 2015

CÓRDOBA: TALLER DE CRONISTAS POPULARES

Del Gremio de Prensa para organizaciones sociales de base

Desde el martes 4 de agosto, 8 encuentros gratuitos

ORGANIZA: Círculo Sindical de la Prensa y la Comunicación de Córdoba (Cispren)
COORDINACIÓN GENERAL: Mariano Pacheco 
(Pro Secretario de Cultura del Cispren)
HORARIO Y LUGAR: de 16.30 a 19 horas en Obispo Trejo 365
INSCRIPCIONES: cultura@cispren.org.ar o al (351) 4243-517



PROGRAMA
Algunos de los objetivos que nos proponemos:
--Que las organizaciones conformen un área de prensa y comunicación.
--En caso de que ya cuenten con militantes destinados a esa tarea, que cualifiquen su accionar.
--Que las organizaciones obtengan las herramientas web necesarias para intervenir en la disputa comunicacional: página web, facebook, twitter, etcétera.
--La apuesta sería garantizar un doble trabajo: por un lado, acercar compañeras y compañeros militantes de base a las tareas de prensa y comunicación, con un objetivo de mediano plazo de intentar armar una red de cronistas. Para esto podemos empezar armando “La hoja de los barrios”, un instrumento sencillo de comunicación (boletín quincenal de una hoja para pegar en las paredes y entregar de mano en mano). Por otro lado, el taller busca trabajar con personas que ya tengan un manejo en redes sociales y ciertas ideas sobre la comunicación, para que puedan desarrollar mejores herramientas para intervenir en las luchas y comunicar los procesos de organización popular que las empresas periodísticas no suelen dar cuenta. Para esto armaremos una red de contactos con periodistas de los medios masivos de comunicación y de los medios populares, comunitarios y autogestivos de la provincia, priorizando los que podamos relevar en cada una de las zonas en donde las organizaciones que participen del taller tengan presencia.


PRIMER ENCUENTRO
-La comunicación popular en el marco de la “batalla cultural”.
SEGUNDO ENCUENTRO
-Relevamiento compartido de las tareas de prensa y comunicación de cada organización; contactos con medios y periodistas, tareas a ir desarrollando.
TERCER ENCUENTRO
-Cubriendo la noticia. Las formas en que las empresas periodísticas (sobre todo las que tienen una línea editorial claramente de derecha) cubren el conflicto social. Los modos en que las organizaciones comunican sus luchas y procesos de organización. Un análisis de los términos que cada uno utiliza. Reflexión y debate en torno a concepciones de la prensa popular.
CUARTO ENCUENTRO
Herramientas prácticas: cómo hacer una gacetilla de prensa, un volante, un boletín.
-La imagen como forma de comunicación. La importancia de la fotografía y el video
QUINTO ENCUENTRO
Rodolfo Walsh: un repaso sobre las experiencias del diario CGT, de la CGT de los argentinos (1968-1969) y la Agencia Clandestina de Noticias (ANCLA) y Cadena Informativa (1976-1977).
SEXTO ENCUENTRO
- Las radios comunitarias y las radios comerciales: cómo encontrar espacios propios (programas, columnas, etcétera). Coordinación del encuentro: José Fernández (Radio Zumba La Turba/RNMA).
SEPTIMO ENCUENTRO
-El fotoreportaje y otras herramientas- Colectivo Manifiesto
OCTAVO ENCUENTRO
-Balance y perspectivas

miércoles, 29 de julio de 2015

Entrevista con el abogado Sergio Job

“La Córdoba delasotista es el paradigma
de un modelo de policialización social”*


Por Mariano Pacheco

Sergio Job es Abogado, egresado de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), Doctor en Ciencias Políticas y Diplomado en Seguridad Ciudadana. Ha defendido a vecinos que ocuparon tierras para construir viviendas, a trabajadoras sexuales, y detenidos en protestas sociales, entre otros sectores. En diálogo con este medio, conversa sobre  las políticas de seguridad de Córdoba, y las lógicas de “inseguridad” que parecen haberse instalado más allá de las fronteras provinciales, e incluso, de las nacionales.
  


--¿Cómo caracterizas la política de seguridad de la provincia?
--La Córdoba delasotista es el paradigma de la policialización social, mostrando la mayor cantidad de policías por habitantes del país (con 1 cada 141 habitantes), que ha redundado en el fortalecimiento de la mafia policial, el incremento de su ya enorme poder corporativo, el crecimiento exponencial de los casos de gatillo fácil y en tasas de criminalización de la protesta social realmente preocupantes para cualquier concepto de democracia que se tenga. Pero claro, este modelo no es una “invención  del cordobesismo”, sino un problema internacional.

--¿Una lógica Mundial?
--Sí, para hablar de lo cercano, hay que decir que el continente entero se encuentra hoy en día sumergido en una supuesta guerra contra la inseguridad y el narcotráfico, que ha llevado al incremento de las fuerzas de seguridad interior. Políticas que han mostrado un profundo fracaso, porque ha crecido de manera alarmante la comisión de delitos organizados y menores, y la violencia social generalizada parece haber llegado para quedarse en nuestras tierras. Estos resultados dan qué pensar sobre la eficacia y efectividad que la “policialización” y el “control social” general tienen para otorgar mayores seguridades a los ciudadanos. Por el contrario, parecen arrastrar al conjunto social hacia un espiral de violencia con nefastas consecuencias para la vida social, cultural, material, moral y hasta biológica de nuestros pueblos. Inseguridad, entonces, es el nombre del Caballo de Troya que el poder mundial ha utilizado para desplegar y alinear las tropas en esta nueva cruzada de los poderosos para mantener a raya a las experiencias de organización social más avanzadas que muestra nuestro continente, y para contener los enormes contingentes de pobres dentro de marcos territoriales concretos que permiten su administración de manera segura para el poder.

--¿Y qué rol juegan los “medios de comunicación hegemónicos” en todo esto?
--Mucho. Por ejemplo, las empresas transnacionales de comunicación masiva, apuestan por el temor y la paranoia, y reclaman la profundización de sociedades de control y represión. A veces parece alarmista, pero la sincronización de diversas esferas gubernamentales (estatales y para-estatales), parece estar más cercana a una película sobre distopías futuras o el producto de una mente paranoica preocupada por encontrar conspiraciones por doquier, que otra cosa. Pero los medios fortalecen un imaginario beligerante que no tiene nada de improvisado: para nuestra preocupación, se trata de planificaciones teorizadas, diseñadas e implementadas desde los centros de poder para nuestro continente. Es una suerte de nuevo Plan Cóndor para Nuestra América.

La “espectacularización” de la violencia
Doctor en Ciencias Políticas, Job intercala sus actividades profesionales con la docencia (es profesor de Sociología Jurídica en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de  la UNC), y la investigación, que desarrolla en el marco del Colectivo de Investigación “El llano en llamas”. También participa del asesoramiento jurídico de la Cooperativa de Carreros y Recicladores La Esperanza y es militante del Encuentro de Organizaciones.

--¿No hay una lógica que se instala, también, a nivel social?
--Por supuesto. Por eso quienes queremos defender la democracia, más allá de qué entendamos por ésta, debemos estar atentos a las dinámicas que la materia de seguridad va tomando en estas tierras. La ofensiva del poder no se limita a lo conocido, sino que como todo sueño totalitario, busca nuevas formas de avanzar, de ocupar cada resquicio, para lograr así una sociedad controlada y administrada hasta en sus mínimas expresiones y modos de estar. Es así que el nuevo vocabulario que para la materia veremos emerger desde el presente hacia futuro, irá mechando seguramente una prédica cada vez más violenta que busque generar acuerdos y naturalización de las prácticas más arcaicas y repugnantes, junto con un supuesto espíritu de libertad y respeto de la condición humana. Ejemplos de esto: el reclamo de la implementación de la pena de muerte o las torturas de modo legal, la cada vez mayor “espectacularización” de la violencia en todas sus formas; el intento de gestar una participación ciudadana activa en términos de seguridad entendida de ese modo: apostar a la colaboración (complicidad) activa de todos (contra todos), en el control y la represión social, con la consecuente ruptura de los lazos comunitarios que aún quedan entre los gobernados.

--¿Y en perspectiva?
--El camino para avanzar en mayor seguridad para nuestra vida, la de nuestros seres queridos y de la sociedad toda, parece estar lejos de los paradigmas que se imponen desde el norte hacia el sur del continente. Por el contrario, es en la creación de redes comunitarias firmes, que busquen romper las fronteras sociales y territoriales que ese poder diseña, utiliza y profundiza, donde parece estar la punta del ovillo para desatar esta maraña de violencia y control donde nos encontramos, literalmente, encerrados. Romper ese encierro y fortalecer esas redes son parte de la apuesta. El futuro dirá.


*Publicada en la edición Córdoba del diario El Argentino (miércoles 29 de julio de 2015)

lunes, 27 de julio de 2015

Córdoba: una multitud exigió justicia por Laura Moyano

“Que no quede esto en la bronca y el dolor
Que el caso de Laura no quede impune”

Una multitud marchó ayer por el barrio 9 de julio, donde vivía y fue asesinada Laura Moyano, una trabajadora sexual “trans” de 35 años. El viernes habrá una nueva movilización, en el centro. La cita será a las 18 horas en Colón y Cañada. Hoy estará el resultado de la autopsia.

Por Mariano Pacheco*



Pasadas las 17 horas una multitud partió desde el Centro de Salud N° 34 del barrio 9 de Julio, situado en la intersección de las calles Coquena y Huarpes, y se dirigió hacia Donato Álvarez al 9700, esquina Boro (barrio Villa Allende Parque), donde está la obra en construcción donde el pasado sábado fue encontrada sin vida Laura Moyano, la mujer trans de 35 años, trabajadora sexual en la zona, “una mujer muy querida y respetada, de origen muy humilde que tenía a cargo a su familia”, según definieron algunos de sus vecinos. Fue encontrada con el rostro desfigurado. Su cuerpo pasó la noche en la Morgue Judicial de barrio General Paz. Hoy la fiscalía espera los resultados de la autopsia. La fiscal de feria Liliana Copello ya pidió las filmaciones de las cámaras de seguridad de la zona e investiga los rastros de un sospechoso, la última persona que vieron junto a Laura mientras estaba con vida.

POR JUSTICIA Y CONTRA LA IMPUNIDAD
Algunos fueron en moto o en auto, otros en colectivo. Muchos de a pie, porque eran de la zona. Además de los familiares y vecinos de la víctima, había trabajadores de la salud, militantes de organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos. Niñas, niños, jóvenes, adultos. Pobladores que no se sumaron a marchar pero salieron de sus casas a aplaudir mientras la movilización pasaba. Al llegar, algunas mujeres trans tomaron la palabra. Se encendieron algunas velas y se expresó la bronca y el dolor ante la pérdida padecida. En diálogo con este medio, Franco –integrante de Devenir Diverse- destacó la importancia de la movilización para visibilizar el caso. También resaltó que el lugar donde encontraron el cuerpo se encuentra en una zona céntrica, con una parada de colectivos y cuatro boliches a escasos metros. “No queremos que esto quede en la bronca y el dolor”, sostiene Eugenia Avarena, de Ammar. Y agrega: “que el caso de Laura no quede impune”. La referente de las trabajadoras sexuales en la provincia resalta la importancia de que la marcha se haya realizado en ese lugar.
Las organizaciones están brindando asesoramiento jurídico y psicológico a los familiares. Y convocaron para este viernes, a las 18 horas en Colón y Cañada, a una nueva movilización, esta vez en el centro de la ciudad.


BRONCA Y DOLOR, BÚSQUEDA DE JUSTICIA
Distintas organizaciones, como Devenir Diverse y la Asociación Mujeres  Meretrices de Argentina (Ammar) de Córdoba, CHA (Comunidad Homosexual Argentina), denunciaron el crimen como “transfóbico”, ya que fue ejecutado con “saña y odio” y descartaron cualquier otro móvil. Las organizaciones también reclamaron la “urgente sanción” de la reforma de la Ley Antidiscriminatoria, que “supone el reconocimiento de los crímenes de odio por orientación sexual e identidad de género, más allá de la tipificación que establece el código penal, y la puesta en marcha de políticas públicas concretas: prevención de la violencia y la discriminación hacia la diversidad sexual y de género”. La reforma, reclamada durante años por movimientos sociales que trabajan la temática, está siendo actualmente tratada en la Cámara de Diputados. Por su parte, Ammar y la Red por el Reconocimiento del Trabajo Sexual, a través de un comunicado, repudiaron el “tratamiento periodístico amarillista y transfobico” que tuvieron algunos medios de comunicación durante las primeras horas, y destacaron que “no respetan la identidad autopercibida de Laura y violan flagrantemente la Ley de Identidad de Género N° 26.743”.  A través de su titular, Adriana Domínguez, El Inadi manifestó su preocupación por el crimen: “preocupa a  toda la sociedad y a cada uno de los cordobeses este nuevo hecho de violencia de género, y nos obliga una vez más a exigir un rápido esclarecimiento de los hechos y condena a los culpables”.


OPINIÓN-
DIVERSIDAD Y DEMOCRACIA


No pasaron ni dos meses de la masiva marcha de “Ni Una Menos”, que congregó a miles de personas en el país, que se manifestaron en las calles luego de hacerlo por las redes sociales virtuales. En Córdoba, se estipula, unas 50.000. Así y todo, los cambios en los modos de entender el mundo y habitarlo, suelen ser lentos, y no siempre las expresiones en las calles se corresponden con aquello que una sociedad en su conjunto asume como horizonte. Devenir diverso, devenir minoritario son términos que suelen escucharse con frecuencia entre quienes integran organizaciones y espacios que luchan por el reconocimiento de los derechos civiles. Y suele ser, también, mal-interpretado por quienes están ajenos a esas experiencias. Lo minoritario no tiene que ver con una cuestión de cantidades, sino que es una fuga de la norma, una invención de nuevos espacios-tiempos, sin modelos preestablecidos. Es contagio o alianza aberrante con lo diferente, como alguna vez aseguró el escritor argentino Néstor Perlongher, es un modo de salirse del “modo dominante de subjetivación”, es decir, de una “calidad de dominación” que determina un patrón a partir del cual se mide miden las diferencias. Parece que algunos no solo no lo entienden, sino que también lo condenan con violencia. Una violencia que llega al punto del asesinato de un semejante, transformándolo en Otro Absoluto. De allí que las palabras del poeta chileno Pedro Memebel, escritas en su “Manifiesto (Hablo por mi diferencia)”, no dejen de interpelarnos: “Es marica pero escribe bien/ Es marica pero es buen amigo”. De lo que se trata no de “comprender la diferencia”, sino de hacerla propia. 
  
*Notas publicadas en la edición Córdoba del diario El Argentino.


domingo, 26 de julio de 2015

Una multitud recordó a Fernando “Gueré” Pellico

Bajo el lema “Cortaderos resiste con alegría”
A un año del asesinato a manos de la policía


Por Mariano Pacheco
(Nota publicada en
el diario El Argentino)


Había pasado ya poco más de media hora del horario estipulado para el inicio de las actividades. La canchita del barrio Los Cortaderos se iba llenando de vecinos que acudían con sus hijos y otras tantas personas que llegaban en autos particulares, remises o a pie para participar de la jornada de conmemoración por el primer aniversario del presunto asesinato de Fernando “Gueré” Pellico a manos de la Policía provincial. Sol radiante a la hora de un sábado a la siesta, un viento que soplaba con tanta o más fuerza que aquella que expresan los jóvenes reunidos en el lugar.


Primero fue la misa, una apuesta por re-ligar aquello que suele ser separado por las lógicas de la prepotencia, un intento por gestar una común-unión entre los presentes, más allá de creencias religiosas. “Hay que seguir andando nomás”, canta un muchacho parado al lado del sacerdote de la vicaría de la zona, guitarra en mano, cerrando ese momento del encuentro. “Celebrar esta eucaristía en el aniversario de Gueré es una forma de unirnos a esta memoria y exigir el esclarecimiento de lo que pasó y repudiar también esta situación de abuso de autoridad que muchas veces se produce en el barrio”, comenta a este medio el padre Cristian Cevallos. Además de la misa, y del festival de música, también se pintó un mural y sobre unos papeles de colores los presentes dejaron mensajes para el barrio y algunas niñas y niños realizaron algunos dibujos.


UN PROYECTO “RIMBOMBANTE”

Ana María Bustos Córdoba, la mamá de Pellico, conversa con este diario. Detrás, una foto de su hijo. Al lado, la moto que Pellico compró tiempo antes de ser asesinado. Recuerda que Fernando era muy compañero, y que su sueño era trabajar en una panadería. Dice sentir orgullo de ver cómo se lo recuerda, con tanta alegría. Y quiere decirle a la gente que no lo conoció que las versiones que puso a circular la policía (que el joven había muerto en un “enfrentamiento”) son “puras mentiras”, y que por eso pide justicia.
En diálogo con este medio, Agustina Niclis –integrante del Grupo de Jóvenes de Los Cortaderos, becaria de la secretaría de extensión Universitaria de la Universidad Nacional de Córdoba– destaca que el evento se realiza en el marco de un “proceso de organización y de movilización que se viene dando la comunidad para exigir justicia” y remarca la falta de derechos sociales a la que se ven expuestos sus habitantes: “”l abuso policial, la de hace un año, y la que sigue, no es la única situación de vulnerabilidad que se vive en el barrio. Acá no entra el colectivo, no hay escuela ni centro cultural, la única institución estatal que hay es una sala de salud y abre sólo medio día”, remata.


Maximiliano Peralta el primo de Gueré herido aquella noche, recuerda a Fernando como “un hermano” y comenta a este medio que siente “tristeza y emoción”, porque si bien lo que pasó hace un año lo vive como que sucedió ayer, destaca “la presencia de tanta gente que los acompaña”. En simultáneo, su hermano Juan Peralta (de 18 años), era detenido por la Policía, por una supuesta infracción del Código de Faltas, y liberado por la noche, cuando la actividad ya había terminado. Después leyó una carta que escribió para hijo, que todos escucharon con atención. La actividad contó además con la realización de una “Radio abierta” (“La Rimbombante”), un proyecto colectivo que surgió entre los jóvenes del barrio, que Gueré ayudó a organizar, y que no pudo ver desarrollarse porque lo mataron.




LA CAUSA, LOS IMPUTADOS, LA POLÍTICA DE SEGURIDAD
Desde hace 11 meses que el oficial Lucas Chávez y el sargento Rubén Leiva –imputados de Homicidio agravado por utilización de armas de fuego y calificado por su rol de funcionarios públicos- permanecen detenidos, acusados de ejecutar el “caso de gatillo fácil” aquella madrugada del 26 de julio de 2014. Tal como destacó Dante Leguizamón en una nota publicada ayer el Portal InfoJus Noticias, “aunque los dos policías acusados del crimen están presos, las familias de Güeré y Maxi no están conformes con el estado de la causa”. Cabe recordar que el periodista mencionado fue amenazado por el jefe de policía, Julio César Suárez, un mes después del asesinato de Pellico, cuando cubría un despliegue policial realizado en Los Cortaderos. Contra esas prácticas policiales, tan frecuentes en la provincia, se vienen manifestando, y se expresaron el sábado, distintos sectores de la sociedad cordobesa. Además de la nutrida participación de los vecinos de la zona, pudo verse una fuerte presencia de esas organizaciones culturales, sociales, políticas y de derechos humanos, que acompañaron la jornada, sin banderas, pero firmes en su repudio al Código de Faltas y la política de seguridad que sostiene el gobierno encabezado por José Manuel De La Sota.








Los “carreros” de “La Esperanza” iniciaron construcción de Planta de Reciclado

Córdoba: iniciativa comunitaria 
en la zona Sur-Oeste de la ciudad 


Por Mariano Pacheco
(Nota publicada en 
el diario El Argentino)



El viernes por la mañana, la Cooperativa de Recicladores y Carreros La Esperanza –que estuvo hace unos días en Bolivia junto al Papa Francisco-- inició la primera fase de la construcción de un “Punto Verde” (Planta de Reciclado) en un predio situado entre los Barrios, René Favaloro y Parque las Rosas. La iniciativa, en la primera etapa, busca construir una huerta comunitaria y una cancha de futbol, “que será el puente con los colegios de la zona para orientar una educación ambiental mediante prácticas comunitarias que tiendan a fortalecer vínculos sociales y culturales con la escuela, el dispensario, el centro vecinal”, expresaron desde la organización social a través de un comunicado, en el que aclararon que el predio está bajo su posesión de manera “pública, pacífica y de buena fe” desde marzo del año 2013. Los proyectos diseñados, explican desde La esperanza, asumen como fin “reivindicar el derecho de los trabajadores carreros, además de la importantísima tarea de aportar en una necesaria y urgente política ambiental que sea sustentable para nuestra Córdoba”. 


En ese marco, se plantarán en el “Punto Verde” árboles autóctonos, que posibiliten gestar un “pulmón”. Referentes de la Cooperativa remarcan el hecho de que, por tratarse de un trabajo basado en “lógicas comunitarias”, el proyecto busca no solo transformarse en un lugar donde llevar los residuos para ser reciclados (y dejar de aportar así al enterramiento de la basura que tanto perjudica al medio ambiente y la salud), sino también ser un espacio social donde los “jóvenes con problemáticas de drogas” puedan desarrollar un “espíritu comunitario”, una “cultura del trabajo digno”. Por último, los carreros destacan que el proyecto de la Planta de Reciclado se enmarca en un proyecto más amplio, de “Política Pública Ambiental” que han presentado como Cooperativa ante la Municipalidad de la Ciudad de Córdoba.


viernes, 24 de julio de 2015

Caso Fernando “Güere” Pellico

Exigen justicia a un año de su muerte

Por Mariano Pacheco
(Nota publicada en el
diario El Argentino-Córdoba)

Familiares, vecinos y amigos de Fernando Pellico realizarán mañana una actividad en barrio Los cortaderos, para conmemorar el primer aniversario de su muerte. Exigen justicia: que empiece el juicio y se condena a los dos policías imputados, actualmente detenidos en Bower.
  


Mañana, sábado 25 de Julio desde las dos de la tarde, familiares y amigos de Fernando Pellico, junto con el Colectivo de Jóvenes por Nuestros Derechos, convocan a una actividad para conmemorar el primer año de la desaparición física del “Güere”, como todos le decían a este joven de 18 años que vivía en el Barrio Los Cortaderos (ciudad de Córdoba) y –se presume- fue asesinado por la Policía de la Provincia de Córdoba en otro caso de “gatillo fácil”, el séptimo en esos primeros siete meses del año.
En la madrugada del 26 de julio del año pasado, mientras se encontraba reunido con primos y amigos en la casa de su abuelo, salió en moto con su primo Maximiliano Peralta a comprar bebida. Eran, más o menos, las dos de la mañana. En el camino se cruzaron con un móvil policial, conducido por el sargento Rubén Leyva y el oficial Lucas Chávez, quienes -sin dar voz de alto, ni trasmitir ninguna señal- le dispararon por la espalda. Pellico fue herido de gravedad, y murió en los brazos de su abuelo, mientras que su primo recibió un tiro que lo hirió en una pierna. Actualmente, los dos policías se encuentran imputados en la cárcel de Bower, con prisión preventiva, acusados por “lesiones calificadas” y “homicidio calificado agravado”.


Hoy, desde las 10 de la mañana en radio Nacional Córdoba (Santa Rosa y General Paz), se realizá una conferencia de prensa, que contará con la presencia de la mamá y la tía del joven asesinado (Ana María Bustos Córdoba y Sonia Bustos, la mamá de Maxi), integrantes del Colectivo de Jóvenes y el abogado de la familia Pellico, en la que se informará sobre el caso y se reclamará el inicio del juicio. Actualmente, tras la feria judicial, la justicia debería confirmar o rechazar la prisión preventiva de Leyva.

POR JUSTICIA Y CONTRA LA IMPUNIDAD


En diálogo con este medio, Belén Ardiles cuenta que, cuando comenzó a ir al barrio, hace unos cinco años, era estudiante de psicología en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). “Todo empezó con una práctica de la facultad. Nos encontramos con que en el barrio no había espacio de reunión: ni escuela, ni centro deportivo o cultural, nada. Y había un montón de pibes con ganas de organizarse, que empezaron a hacer cosas, incluso varios fueron a la Marcha de la Gorra. En 2013 salió un proyecto de extensión universitaria, que sostuvo al año siguiente. En ese marco, el mismo fin de semana que lo mataron, el Güere iba a participar de la inauguración de la radio Abierta, un proyecto colectivo que surgió entre los jóvenes del barrio”, cuenta Ardiles, que ahora ya se recibió, y como psicóloga, continúa participando, junto con otros profesionales, integrantes del Colectivo de Jóvenes, de la Iglesia, miembros de la Secretaría de Derechos Humanos de la Municipalidad y familiares de pellico (la mamá y la tía), en ese colectivo que conformaron y al que han bautizado como “Merequetengue”.
Güere era el tercero de cinco hermanos, trabajaba, como la mayoría de sus amigos, en los cortaderos de ladrillos. Era hincha del club Talleres, le gustaba ir a los bailes de “Damián”, tenía muchísimos amigos. Así lo recuerdan sus amigos, familiares, vecinos, quienes realizarán este sábado -junto con organizaciones sociales y de derechos humanos-, en Los cortaderos, una jornada que contará con bandas en vivo, intervenciones artísticas y una misa, todo en la canchita del barrio (Bv. Los Polacos 7800), donde se reunirán para decir “Basta” a la “represión policial” y el “gatillo fácil”. En la convocatoria a la actividad, los organizadores sentaron su posición al respecto: “como todas las muertes de jóvenes en manos de las fuerzas de seguridad del Estado, no son hechos aislados sino que son el resultado de una política de seguridad represiva y selectiva que detiene, persigue, tortura y asesina a jóvenes por su cultura”. Por supuesto: también habrá una Radio Abierta. Esa que el Güere ayudó a organizar, y que no pudo ver desarrollarse porque lo mataron.


lunes, 20 de julio de 2015

Barrio Parque Esperanza-Juárez Celman

A un año de la ocupación, pobladores reclaman expropiación de las tierras

 Por Mariano Pacheco
(nota publicada en la edición Córdoba 
del diario El Argentino)

El predio, situado al norte de la capital provincial, cuenta con 23 manzanas, en las que se han trazado, en cada una, 28 lotes. Las familias que lo habitan lo han bautizado “Barrio Parque Esperanza”. Ya tienen Cooperativa de vivienda propia: la “12 de Junio”.



Ha pasado más de un año desde que alrededor de 300 familias ocuparan un predio de 11 hectáreas en Juárez Celman. La acción buscó visibilizar una problemática que envuelve a casi la mitad de los cordobeses: la falta de una vivienda propia, la dificultad para sostener a lo largo de los años un alquiler, que de la mano de la especulación inmobiliaria y los negocios sostenidos por las empresas desarrollistas urbanas, hacen del sueño de las parejas jóvenes (el primer hogar emancipados de los padres, la posibilidad de ser ellos mismos padres con un hogar) una verdadera pesadilla.
Hoy viven en las 23 manzanas del predio, que han bautizado “Barrio Parque Esperanza”, unas 56 familias (120 personas). A través de la Cooperativa de vivienda “12 de Junio”, que han conformado con el paso del tiempo y que ya cuenta con matrícula, están palnificando el desarrollo del lugar.
Los vecinos han avanzado en propuestas para una vida digna y emprendido la construcción de sus hogares. Ahora reclaman legalidad, y que el Estado (tanto Municipal como Provincial) se haga cargo de regularizar la situación y ayudar a los habitantes del lugar a financiar la conexión de, al menos, algunos de los servicios básicos (electricidad, agua potable), con los que no cuentan (como contracara, muchos “barrios privados”, deshabitados, tienen todos los servicios conectados). Como en otros tantos lugares en donde la gente se ha hecho cargo de resolver por ella misma la dinámica cotidiana del lugar que habitan, en Juárez Celman, los pobladores del Barrio Parque Esperanza se reúnen en asambleas para decidir los pasos a seguir, han construido dinámicas comunitarias como una escuela de fútbol (“mixto”, subrayan algunas vecinas, que integran a su vez el “espacio de mujeres”, donde se abordan las temáticas de género) y un comedor comunitario, donde se brinda apoyo escolar y se hacen actividades recreativas para las niñas y niños del nuevo barrio.
En estos más de doce meses, los habitantes del Barrio Parque Esperanza no solo padecieron las inclemencias del tiempo, la incertidumbre de una situación que fue permanentemente dilatada por los funcionarios políticos, sino también el hostigamiento policial. También padecieron dos intimaciones de desalojo (que fueron apeladas) y muchos de ellos fueron imputados. En diciembre de 2014, finalmente, la Justicia falló a favor de los vecinos dictaminando que no hubo delito de usurpación, ya que el predio estaba en calidad de ocioso, no estaba cercado y no se ejerció violencia para ingresar.

Necesidades… ¿derechos?
En más de una oportunidad señalaron las responsabilidades políticas que caben en la falta de respuesta a sus reclamos: tanto la Intendenta Miryan Prunotto como el Ministro de Desarrollo Social de la provincia, Daniel Paserini, pasaron de momentos en los que no daban respuestas a otros en donde directamente intentaron “judicializar” una problemática local. Incluso promoviendo en ciertos medios de comunicación campañas estigmatizadoras, como la referencia al término “okupas” para referirse a buscaban dar respuestas a las más elementales necesidades de una población en situación de vulnerabilidad. Según especialistas en la materia, si se considera de manera conjunta el hacinamiento crítico y las condiciones deficitarias de vivienda, el porcentaje de hogares afectados en Córdoba es del 13%, mientras que los problemas de propiedad afectan a un 35%. De ello resulta que casi la mitad de los hogares de la provincia registra algún problema habitacional. Más exactamente: el 48% de los hogares cordobeses tienen al menos uno de los tres problemas habitacionales relevados.
Un tema que parece estar fuera de agenda, pero que por eso no deja de ser urgente para los cordobeses.



jueves, 16 de julio de 2015

Sobre Rojo amor, novela de Aníbal Jarkowski

Nuestra casa es un mundo que debe ser cambiado

Por Mariano Pacheco
(Nota publicada en el 
Portal de Noticias Marcha)


Hoy jueves se presenta  en Buenos Aires Rojo amor, la primera novela de Aníbal Jarkowski, recientemente reeditada por Clubcinco editores.

Este jueves 16 de julio, desde las 19 horas, Soledad Quereilhac dialogará con Aníbal Jarkowski en la sede de la Fundación Tomás Eloy Martínez, situada en el 1° piso de Carlos Calvo 4.319, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El motivo: la celebración por la reedición de su primera novela, publicada por primera vez en 1993.

En Rojo amor, el escritor y crítico argentino Aníbal Karkowski construye una historia de amor bolchevique en nuestros pagos. Por supuesto, estoy haciendo una simplificación en una frase. Es que me interesa detenerme en ciertos puntos y no en el argumento, la trama, la forma de construcción de la novela. Quisiera rescatar, sobre todo, el aporte que el libro realiza, tanto en su momento de publicación como en esta reedición. Es que si bien han pasado más de dos décadas, y el país y el mundo han cambiado demasiado, la novela no deja de aportar un sesgo de inactualidad, de necesaria persistencia, de mirada a contrapelo del capitalismo que, tanto entonces como ahora, no deja de presentarse como único sistema social posible.
En plena ofensiva del capital sobre el trabajo, en el mundo entero, en pleno apogeo de los consensos neoliberales en nuestro país, cuando ya la historia había llegado supuestamente a su fin, cuando se postulaba que la democracia occidental era cuasi perfecta, el mejor modelo de gobierno que conocía la humanidad, cuando, en fin, tantas estupideces fueron dichas así, impunemente, porque prácticamente no había quienes se opusieran a tantas habladurías, Jarkowski vienese propuso y consiguió narrar una historia de amor y, en ese amor, una historia de esperanzas. Dos bolcheviques, que no son stalinistas y, por tanto, se ven forzados a abandonar su querida Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), terminan en Buenos Aires. Adios al wood bye Lenin. Lenin otra vez entre nosotros.
Pasadas casi dos décadas de la publicación de la novela, ni la figura de Lenin, ni las ideas del socialismo están en la misma situación. La crisis financiera internacional desatada en 2008-2009, los cambios en las coyunturas de diversos países Latinoamericanos primeros y luego en otras latitudes del mundo, han colocado a la discusión de la barbarie capitalista en otro sitio.
Por supuesto, Rojo amor no es un tratado de filosofía, ni una monografía sociológica ni un ensayo político. Es una ficción. Pero como recientemente sucedió con El camino de Ida, la última novela de Ricardo Piglia –y como sucedió también con algunas de las novelas de Martín Kohan– es un texto literario que contribuye a repensar la historia, el presente y devenir de los ideales revolucionarios. Es, Rojo amor –además– un texto pionero en cuanto a la importancia de la presencia femenina en la literatura y la política Argentina. “Sus ojos eran pura mirada bolchevique… Ese sentimiento era su forma de ver las cosas y los sucesos del mundo; unas gafas rojas que ella llevaba como otros llevan el dinero delante de sus ojos”, puede leerse en un tramo en el que se describe a la heroína de la novela.
Como en los grandes textos literarios que huyen a las pretensiones didácticas y propagandísticas, Rojo amor logra ejercer la crítica de un modo que termina aportando tanto o más a la reflexión que un simple panfleto.


“Interpretar la realidad comienza a bastarte. Crees hacer política. Todo es político te dices y te lo repites. Pero ¿hay política si no se disputa el  verdaderamente el poder? Yo veo que no hay experiencia de uno sólo como no hay socialismo en un solo país. No veo el mérito de revolucionar el cuarto si luego no cambia la casa. Y nuestra casa es el mundo. También dese afuera podemos apedrear a los burócratas, ese no es el problema sino saber con quién se está. De qué lado se está. Hasta los burgueses de cuando en cuando se renuevan. Desordenan un poco su futuro, cambian de lugar las alfombras y desde las ventanas te saludan. “¡Ey, camarada! ¿Eres revolucionario? ¡Pues mira como yo también estoy por el cambio!”. No son tontos. Te ven cruzar la calle nervioso, te moran y gritan “¡Cada uno debe uno debe comenzar por su interior, camarada! ¿Me estás escuchando? Nadie puede amar a los demás si primero no se ama a sí mismo. Todavía no puedo luchar por los demás. Discúlpame. No puedo todavía. Mi alma me llevará un buen tiempo aún. Pero dile a los pobres que me esperen. Ya iré, claro que sí. ¡Te asombrarás de mí! Cada día falta menos. Diles que me esperen. No voy a defraudarlos. ¡Todos queremos el cambio!”. Y no se equivocan. Están cambiando el tapizado a sus sillones, han comprado escritorio nuevo y viajarán a un país desconocido el año próximo. Es muy instructivo viajar. Fortalece el corazón. Pero yo no estoy con ellos. Uno, dos, tres octubres precisamos…”.
 Consigna guevariano-leninista que no deja de resonar en nuestros oídos, como música maravillosa que contribuye a reinstalar en la actualidad la hipótesis comunista, esa que sencillamente podría definirse como la estructuración de la sociedad regida por otra lógica, antagónica a la que se basa en la explotación del capital sobre el trabajo.
“Acabará el siglo y aún habrá explotadores en el mundo… Prepara el olfato por si llega ese día, muchacho, y no te cargues de pena si sucede. Se puede comenzar de nuevo”. La frase, que puede leerse en Rojo amor, de Aníbal Jarkowski, sonó en los 90 como bandera plantada en la trinchera, en plena retaguardia. Hoy se impone como desafío en nuestros actuales campos de batallas… lo s estéticos, los políticos, los sociales. Insumo para repensar nuestra realidad y repensar las formas en que nosotros intervenimos en ella.

lunes, 13 de julio de 2015

Marx de vuelta

 Notas sobre el libro de Facundo Nahuel Martín

Por Mariano Pacheco
(Nota publicada en la web de la revista Herramienta)


Licenciado en filosofía por la Universidad de Buenos Aires y militante de una fracción de la izquierda argentina, Facundo Nahuel Martín emprende en este libro la tarea de traer nuevamente el pensamiento de Marx para enfrentar las preguntas de la política revolucionaria. Un intento por gestar una lectura que, a la vez, permita recuperar un Marx “clasista” y de los “nuevos movimientos sociales”.


Uno-
Hay una idea planteada al inicio del libro que recorrerá todo el trabajo: la hipótesis de que en Marx, el concepto de totalidad tiene principalmente una función crítica. A saber: desmontar –antes que afirmar– la totalidad que articula la lógica del capital. Una lógica que hace del “valor de cambio”  su fundamento del nexo social. Por eso Facundo Nahuel Martín, autor de Marx de vuelta. Hacia una teoría crítica de la modernidad (editorial El Colectivo, Buenos Aires, 2014), insiste en que “la totalidad de la crítica marxista no compone un universal genuinamente reconciliado con lo particular, sino que se eleva como totalidad al prescindir de los particulares que reúne, aplastándolos”. Y es por eso que, para Marx, la totalidad, lejos de ser “la realización de la libertad” es “la construcción de la opresión”, “la lógica de la dominación social devenida sistema”.
Resumiendo: la noción marxista de totalidad “no supone la sumatoria exhaustiva de los elementos dados en el cuerpo social, sino que se refiere al sentido de su articulación”. Es decir, que la totalidad no es “el conjunto de todos los elementos de la sociedad, sino la lógica que ordena esos elementos”.

Dos-
En una narración que se caracteriza por hacer bastante llevadera la lectura del libro, Facundo Nahuel Martín comienza realizando un erudito repaso por los Grundrisse (1857-1858) de Karl Marx. Los elementos fundamentales para la crítica de la economía política fueron, en su momentos (hace cuatro décadas atrás) una poderosa arma teórica-política para toda una generación de intelectuales de izquierda que opusieron su lectura a las formas (estalinistas) más vulgarizadas del marxismo, que construían un Marx hecho a la medida de las necesidades de las coyunturas históricas (de las burocracias de Estado). En este sentido, Martín reafirma con su escritura un rasgo fundamental pero no por eso menos central del pensamiento marxista: su anticapitalismo. “En la base del capitalismo se encuentra la acumulación como finalidad dominante de la actividad económica. No se produce para el consumo, sino para la reproducción ampliada del valor”, puede leerse en el primer capítulo. Y líneas más adelante agrega: “El valor, en suma, no es en la sociedad capitalista un mero fenómeno local de significación limitada. No se trata, por ejemplo, de un principio  de la economía como una esfera aislada que pueda contraponerse a otras (la política, el derecho, la ideología). Por el contrario, el valor configura el nexo social fundamental de la sociedad burguesa, es la forma de existencia común de los sujetos en esta fase histórica”.
En su lectura de Marx Martín se apoya en otros autores, como Postone y Adorno, a partir de los cuales reafirma su posición respecto del concepto de totalidad crítica, en desmedro de la concepción más ligada al hegelianismo (por ejemplo de Lukács) que hacen de la totalidad una categoría “afirmativa”. Posición que no lleva a Martín a tomar partido por alguno de los autores trabajados como si fueran equipos de fútbol, sino que trata de buscar en cada uno de ellos lo que le sirve para repensar a Marx, en clave actual, o al menos, en la actualidad de los debates en los cuales se inmerso el autor como militante. De allí que señale: “Postone, al rechazar la noción de sujeto y objeto, no alcanza a comprender todas las implicancias lógicas y epistemológicas de la concepción crítica de la totalidad de la concepción crítica de la totalidad. Encontramos que, contra lo que Postone cree, la tesis adorniana de la no-identidad no es contraria a la autorreflexión histórica de la teoría”. Tras estas afirmaciones, de todo modos, Nahuel reconoce que Adorno, por su parte, no atribuyó con claridad la totalidad a la especificidad histórica del capitalismo, lo que puede dar pie a interpretaciones del tipo “histórico-universales”, lo que iría contra las propias observaciones de Adorno sobre el lazo entre totalidad y el primado del valor en la sociedad del intercambio. De allí que rescate, esta vez de Postone (“contra” Adorno), la importancia de vincular, sin ambigüedades, la construcción de la totalidad al capitalismo, y remate: “la articulación entre este aporte y la concepción adorniana de la totalidad antagónica señalan caminos promisorios para la continuación de la teoría crítica en el presente”.

Tres-
En su recorrido por Marx, Martín cuestiona las lecturas que dividen a un joven-idealista de uno maduro-científico, como la que realizó por ejemplo Louis Althusser en los 60, con su tesis de la “ruptura epistemológica”. Aunque ese cuestionamiento no lo aleja de la crítica a cierto “ontologismo obrerista” del joven Marx, presente en los Manuscritos económico-filosóficos de 1844. “El pasaje a una concepción crítica de la totalidad social conlleva también una discusión sobre el rol histórico y ontológico del trabajo humano”, dice el autor. Y agrega que la dialéctica que postula un sujeto originario, “llamado a regresar a sí mismo por la superación de sus alienaciones en la objetividad social, debe ser superada por la crítica del capital como sujeto de la totalidad”. Esta nueva crítica, entonces, “aspira a levantar las constricciones estructurales que el capital impone a la acción humana, no a realizar un sujeto ontológicamente presupuesto como total, cuya auto posición final se vería bloqueada por la alienación capitalista”. En la misma línea, argumenta que “el concepto de desalienación como apropiación de la objetividad exterior por parte del sujeto debe ser abandonado”, ya que parte de un presupuesto que “lleva a una carrera imperialista del ser humano contra la realidad exterior que acaba en la depredación despiadada de la naturaleza, la persecución misantrópica del diferente y el olvido frenético del pasado”. Nahuel suma así, a las temáticas estructurales de clase, preocupaciones más contemporáneas en cuanto a la relación del hombre con la naturaleza, más típica de los movimientos sociales que de los sindicatos y los partidos revolucionarios.
Aunque no lo cita ni lo menciona, hay algo de Nietzsche en la lectura marxista que Martín realiza de la sociedad capitalista y su posible transformación. De allí que sostenga, entre otras cuestiones que, de lo que se trata, no es de “realizar un sujeto absoluto que ponga una totalidad social”, sino más bien, “suprimir la totalidad existente y su sujeto”. Y luego agrega: “no se aspira a un proyecto emancipador bajo los carriles del sujetocentrismo que querría, a falta de los viejos dioses, endiosar al hombre”. In citarlo, decíamos, el autor se acerca a cierto nietzscheanismo que entiende que el problema no es tanto Dios (judeo-cristiano, o de la religión que sea) sino el lugar mismo de Dios, que hace del hombre, necesariamente, un sujeto de rodillas ante la divinidad, que en algunos casos puede ser el mismo hombre.

Cuatro-
El debate con las denominadas “corrientes posmarxistas” ocupa todo un capítulo del libro, en el que Martín realiza un recorrido por autores tan disímiles como Ernesto Laclau, Claude Lefort y Jaques Ranciere.
El “fracaso” de las expresiones “temporalmente victoriosas” del socialismo, sumado a ciertas “renovaciones teóricas” de las últimas décadas (“giro lingüístico”, “posestructuralismo francés”), que atacaron fuertemente la idea de “totalidad”, situándola en familiaridad con el totalitarismo, hicieron que el marxismo cayera no solo en un marcado proceso de debacle política, sino que además sufriera un “descrédito importante en términos teóricos”. Partiendo de este diagnóstico –y teniendo en cuenta su postura “crítica” respecto del concepto de “totalidad” en el marxismo–, Martín sostiene, de todos modos, que “no hay ningún marxismo que no esté informado por algún tipo de totalidad social”. Y se propone, a la vez que recuperar del “posmarxismo” esa noción crítica de la totalidad (“indeseable para afirmar un ideal emancipador para una sociedad poscapitalista”), cuestionar el postulado que afirma que lo político “atestigua una contingencia radical”, ya que no da cuenta que, en el capitalismo, la dominación se basa precisamente “en la  supresión tendencial de la contingencia mediante la reproducción de las estructuras de reificación del trabajo abstracto”.
Por lo tanto, la idea de una sociedad poscapitalista, no se basaría tanto en la aspiración de construir una totalidad plena más allá de la política sino, más bien –concluye el autor– apunta a una “radical realización de la política en todos los ámbitos de la vida social, hoy sometidos a la dinámica automática y ciega del capital (de los cuales el Estado no está excluido)”.

Cinco-
La búsqueda por encontrar un Marx que pueda ser guía no solo de las corrientes obreristas sino también de las (nuevas) izquierdas latinoamericanas, con fuerte anclaje en los movimientos sociales, es un preocupación teórico-política que puede verse presente, más explícita o implícitamente, a lo largo de todo el libro.
El autor plantea que ya durante el siglo XX un importante sector de las izquierdas (en Argentina, Latinoamérica y el mundo) asistieron a un proceso de “pluralización”, tanto de los sujetos como de las narrativas históricas. Así, junto con las luchas de la “clase obrera”, aparecieron en el horizonte otros sectores, diferentes a los del “proletariado fabril”, como los movimientos feministas y por la diversidad sexual, los pueblos originarios y más tarde, los colectivos centrados en la problemática ambiental”. Por lo tanto, según sostiene Martín, el “vigor del proyecto emancipatorio marxista y comunista” depende, en gran medida, de su capacidad para formular una “alternativa de modernidad”, capaz de lidiar con “los emergentes de la escena contemporánea en toda su complejidad”. Y agrega: “cualquier marxismo contemporáneo necesita preguntarse por la validez del proyecto moderno y su vínculo con los nuevos movimientos sociales, las políticas centradas en la subjetividad, la identidad, la relación con la naturaleza, las formas de interacción entre las personas”. En este sentido es que el autor propone pensar el proyecto marxista de emancipación del capital como una apuesta por “producir otra modernidad”.
Martín insiste en que el capitalismo, en tanto “lógica social”, tiene en la “división en clases” uno de sus “presupuestos históricos y lógicos”, pero también implicancias en cuento a cómo los seres humanos “se relacionan sistemáticamente entre sí y con la naturaleza”. De allí que la “crítica de la sociedad burguesa” exija la crítica de las formas de mediación social “que el capital acarrea en todos sus planos”.
Así entendido, el marxismo puede funcionar como la “conciencia crítica de la relación contradictoria y dinámica entre lo universal y lo particular de la sociedad capitalista”. Por ende, el marxismo no es solo una “teoría de la lucha de clases” (aunque, aclara el autor, no pueda prescindir de este aspecto sin dejar de ser lo que es), sino que puede ser entendido como una teoría de las “formas antagónicas y fetichizadas del nexo social en la modernidad, que aspira a realizar las posibilidades liberadoras que el capitalismo encierra pero no puede concretar”.
Desde esta perspectiva, la “crítica marxista” incluye la puesta en cuestión del proletariado como tal. Es decir, los cambios revolucionarios no pretenden una “realización del proletariado” sino su “abolición histórica”, ya que su existencia como clase está “ligada estructuralmente a la auto-reproducción del capital”.

Seis-
En el octavo –y último– capítulo, Facundo Nahuel Martín se propone aportar a “repensar el proyecto emancipatorio”.
“El marxismo contemporáneo debe asumir la imposibilidad ontológica de un ser social plenamente realizado, que coincida consigo mismo más allá de toda alienación”.
Allí es donde reivindica cierto linaje teórico ligado más al pesimismo que a la típica “antropología optimista”, que se sostiene en la tesis de que el “mundo liberado” sería el de la “coincidencia plena” del sujeto consigo mismo mediante la coincidencia con los otros. De nuevo sin nombrarlo –y acompañado esta vez de una filiación con el psicoanálisis freudiano– el autor se sitúa en claras cercanías con Federico Nietzsche. Tal vez por eso, antes de afirmar su inclinación por cierto “pesimismo antropológico” –del cual, comenta, la “izquierda radical” sacaría mejor provecho– Martín aclara que, de Hobbes a Schmitt, el pesimismo se constituyó principalmente como una doctrina “de derecha”.
Ese pesimismo es el que lleva al hombre a asumir la posición de que la incomodidad “es inevitable”, sostiene Martín. Y aclara que, por incomodidad, entiende –filosóficamente– la “imposibilidad del hombre de coincidir consigo mismo, con la naturaleza y con los otros”. Y aclara: “esa imposibilidad implica que la vida en común solo es posible a partir del conflicto y la distancia. Es preciso asumir el conflicto como una dimensión no superable de la coexistencia humana. En estos términos, la vida en común aparece como la posibilidad no-clausurable sobre la base de la imposibilidad de la coexistencia armónica. La constatación de esa imposibilidad lleva a asumir la hipótesis pesimista”.
Por otra parte, el autor plantea que una teoría crítica de la modernidad debe asumir que el “posmarxismo”, con su conflictivismo descriptivo, lleva necesariamente al reformismo. Al desconocer las compulsiones que el capital impone a la lógica de “lo político” en la sociedad moderna, el posmarxismo no haría más que recaer en posturas de “aceptación de lo existente”, entre otras cuestiones, porque “genera expectativas desmesuradas sobre las capacidades de los Estados nacionales” para morigerar la virulencia de “los mercados”. Lo mismo podría pensarse en cuanto a las “democracias formales” y sus defensores a ultranza (en otras épocas caracterizados como “parlamentaristas”). En esto Martín es claro: “la radicalización, profundización y superación de lo político como apertura a la contingencia no se resuelve en la discusión parlamentaria de proyectos de gestión estatal”.
En este sentido, el autor asume una propuesta que podría denominarse como “marxismo libertario”, alejado de las “desviaciones burocráticas” de muchos de los procesos del siglo XX. Así y todo, su postura no está exenta de la asunción de aceptar la necesidad concretar ciertos “compromisos” con las formas de sociabilidad heredadas del capitalismo, ya que –en la línea de los “clásicos” – se plantea que el socialismo no es más que una “fase transicional” hacia el comunismo. Aunque, de todos modos, el autor no deja de insistir en la necesidad de asumir también ciertos “reaseguros antiburocráticos”, que fortalezcan los “objetivos estratégicos” ante los “compromisos” que puedan no solo debilitarlos sino extinguirlos en  el largo plazo.
Esta doble advertencia apunta a una crítica tanto de las versiones más “jacobinas” del marxismo como de sus primos-hermanos posmarxistas, que ven en la “multitud” el parangón de un horizontalismo que el autor cuestiona, por no tener en cuenta la necesidad de gestar “mediaciones políticas” que sean el correlato de una “organicidad” que no puede sino asumir momentos de “centralización” y “representación”. “La representación es la instancia en que todas las partes de un colectivo aceptan someterse unitariamente a una decisión o determinación común”, define, y agrega luego: representación es la “operación constitutiva” de un conglomerado humano que acepta actuar orgánicamente”.
Más adelante el autor vuelve sobre el tema. “La organicidad política implicada aun en las formas democráticas de toma de decisiones (e incluso en las formas de democracia directa, no delegativa) se alza sobre el hiato insalvable entre lo particular y lo universal. Este hiato funda un concepto de lo común de mayor intensidad, que no remite a una mera red horizontal de articulaciones inmanentes y contingentes sino que incluye la toma de decisiones de conjunto, orgánicamente”.
En sus tramos finales Martín aborda la concepción marxista del Estado, partiendo desde los propios pasajes escritos por Marx en La cuestión judía, pasando por el clásico de Lenin (El Estado y la Revolución) hasta llegar a interpretaciones más recientes de la problemática, como las propuesta por Miguel Abensour en La democracia contra el Estado. Más allá de los comentarios, glosas y apuntes, el autor realiza un esfuerzo por problematizar y repensar la crítica marxista, en el camino de resituar la teoría junto a los combates políticos contemporáneos.

Siete-
Tal como planea Omar Acha en el prólogo del libro (“Apuntes para una filosfía marxista”), el “retorno” a la lectura de Marx que el autor propone implica un “regresar a los textos marxianos con nuevas preguntas y el discernimiento de un ciclo histórico ocurrió –es decir, se consumó– durante el siglo veinte”. De allí que el movimiento que puede leerse en este texto es el que implica asumir, por un lado, un núcleo válido del pensamiento crítico de Marx, y por el otro, el carácter inacabado de su empresa. Según Acha, una de las virtudes de este autor, es que forma parte de una generación “liberada de las pesadillas con las que el saldo de la experiencia política oprimió el cerebro de los vivos tras la gran derrota histórica del proyecto socialista durante el siglo pasado”.
Militante del Frente Popular Darío Santillán, Facundo Nahuel Martín absorbió gran parte de su formación teórica transitando las aulas, pasillos y espacios de la academia, pero hoy –sobre todo– sostiene sus reflexiones y sus prácticas, con ambos pies, brazos, cabeza y corazón, junto a los explotados y oprimidos que, más allá de los vaivenes de la historia, batallan con construir la Historia, otra historia: la de la emancipación de los trabajadores.




sábado, 4 de julio de 2015

Por qué votar al Frente de Izquierda

Ante las elecciones del 5 de julio

Un voto a la izquierda, en estas elecciones, es un voto ideológico, claro. Es decir, es un voto a una fuerza electoral (el Frente de Izquierda y los Trabajadores), compuesta por tres partidos trotskistas  (Izquierda Socialista, Partido Obrero, Partido de los Trabajadores por el Socialismo) y el apoyo de otras fuerzas de izquierda (como el frente Popular Darío Santillán y la confluencia del Movimiento Popular La Dignidad-Tupaj Katari), que sostienen desde el marxismo ciertos principios ideológicos que podríamos resumir en el anti-capitalismo (y por ende, el socialismo como horizonte estratégico).


Un voto a la izquierda puede contribuir a combatir el posibilismo, que no es más que un aporte a la “batalla cultural” para quebrar el horizonte impuesto por la última dictadura, que ha recortado el horizonte de posibilidades e impuesto la “democracia de la derrota” como único paradigma.  Si había en ciertos sectores alguna “expectativa progresista”, de profundizar un proyecto que, si bien sustentado en una matriz extractiva, un congelamiento en las formas representativas y una lógica de “inclusión consumista”, supo ampliar algunos derechos y oponer una mirada continental que se saliera del neoliberalismo más crudo, lo cierto es que no parece ser con la tríada Scioli-Aníbal Fernández-Accastello  a la cabeza con quienes se podrá desarrollar dicha profundización, que ni siquiera se esbozó en esta última gestión de Cristina Fernández.
Un voto a  la izquierda puede contribuir al sostenimiento y ampliación de una representación parlamentaria que funcione como retaguardia de las luchas sociales que se vienen produciendo y que seguramente se producirán (en tanto que el panorama político más general pre anuncia un giro aún más a la derecha en la gestión de las distintas instancias de gobierno). Respondiendo a una vasta tradición en este sentido, la izquierda suele ser una contribución (material y simbólica) a las luchas y una muralla de contención a los embates represivos, tanto del Estado como de las patronales, cuando los de abajo, la clase que vive del trabajo, se organiza de manera autónoma y libra batallas por mejorar sus condiciones laborales y de vida, denunciar las políticas que van contra sus intereses y, por qué, cuando más deicidamente apuestan por cambios en el rumbo político del país.
Por todo esto, mañana domingo 5 de julio, sumemos votos del FIT encabezada por Liliana Olivero y Hernán Puddu, en Córdoba, pero también, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Podrá haber diferencias políticas, sobre todo respecto de la caracterización de la situación Latinoamericana, pero no caben dudas que uno mira las listas y ve que están llenas de compañeras y compañeros con quienes nos hemos encontrado en numerosas combates y, más allá del acto eleccionario, seguramente nos sigamos encontrando… en las luchas en las calles, que son al fin y al cabo, las que definirán el devenir de la lucha de clases en Argentina.

Mariano Pacheco, ensayista y periodista
(Alta Gracia-Córdoba, 4 de julio de 2015)