martes, 9 de septiembre de 2014

Conversaciones con el escritor boliviano Juan Pablo Piñeiro

“Una de las mayores cualidades de la cultura andina
es que puede adoptar elementos ajenos a su cultura”

Por Mariano Pacheco
(Publicada en Deodoro, gaceta cultural de la Universidad Nacional de Córdoba, agosto 2014)

Juan Pablo Piñeiro tiene 34 años y es uno de los escritores bolivianos más destacados de su generación. Cuando Sara Chura despierte, su primera novela, fue recientemente publicada en Argentina por una editorial cordobesa.


Nació en La Paz, donde vive actualmente. El año pasado fue uno de los invitados a la tercera edición del Festival Internacional de Literatura de Córdoba (FILIC). Allí conoció a Ondjaki, un escritor de Angola, con quien dice sentirse muy identificado, “sobre todo por la manera de pensar nuestros países”, cuenta en diálogo con Deodoro. En el FILIC Piñeiro también estrechó vínculos con Magdalena González Almada, Micaela Van Muylem y Javier Folco, quienes fundaron recientemente la editorial cordobesa “Portaculturas”, que se propone publicar autores extranjeros poco conocidos en Argentina. Cuando Sara Chura despierte, la primera novela de Piñeiro (publicada en Bolivia en 2003), es el primer título de este emprendimiento editorial, que desde hace algunas semanas puede conseguirse en las librerías de la provincia y otros lugares del país. El libro será publicado también en Francia y Suiza.

Como un reloj que se adelanta
En su ya clásico libro Kafka: para una literatura menor, los pensadores Gilles Deleuze y Félix Guattari sostienen: “Arrastrar, adelantarse a la materia. El arte es un espejo… que se adelanta, como a veces los relojes”. Y citan un pasaje del Diario de Kafka, del 25 de diciembre de 1911, donde el escritor checo anota: “La literatura no es tanto un problema de la historia literaria como un asunto del pueblo”.
Cuando Sara Chura despierte fue publicada en 2003, el año en que estalló en el país hermano la denominada “guerra del gas” y dos años antes de que Evo Morales ganara las elecciones que lo llevaron a la presidencia del Estado Plurinacional de Bolivia. A distancia de la imagen del búho de Minerva, quien “inicia su vuelo al caer el crepúsculo”, lejos de hacer con su ficción una representación de la realidad, o de situar  a la literatura en un lugar similar al que Hegel colocaba a la filosofía –llegando “siempre demasiado tarde”,  siempre “después  que la realidad ha cumplido su proceso de formación y está realizada”, según supo remarcar en el conocido pasaje del “Prefacio” a su Filosofía del derecho- en la novela de Piñeiro asistimos ante una suerte de relato profético. Un “tiempo distinto” se anuncia en su tercer capítulo, titulado “El bolero triunfal de Sara”, donde puede leerse:
“Cuando Sara Chura despierte estará más hermosa que nunca. Vestirá doce polleras de distintos colores y bajará con su cortejo triunfal por la avenida Mariscal Santa Cruz, el día de la entrada del Señor del Gran Poder del año 2003…
“Cuando Sara Chura despierte y desfile por el centro de la ciudad lanzará hojas de coca, alcohol blanco y estrellas de sal bendecidas por todos los guardianes del Altiplano, cada estrella llegará a una persona distinta y anunciará su nuevo camino…
“Nunca más serás un cadáver dirá Sara Chura imponente y agarrará las infinitas cabecitas, haciendo surcos en el suelo para plantarlas de nuevo y que, como semillas ancestrales, broten en un tiempo distinto, en un país diferente, como brotó la primera para para darle vida a los Andes y empezar a tejer los días en que Sara Chura finalmente despierte”.

--¿Qué relación ves vos entre esos anuncios y el proceso político y social que vivirá Bolivia más tarde?
--Creo que la literatura siempre será permeable a su realidad inmediata. En Cuando Sara Chura despierte yo no tenía la intención de plasmar ninguna posición política, y justamente estos sucesos acontecieron después de que había terminado de escribirla. Lo que me maravillaba es la esperanza que tenía una cultura, después de siglos de lucha, de renacer, de retornar. Esa es la metáfora que conduce el hilo de la novela. Por eso el capítulo central está propuesto como un futuro que añora. Un futuro que anuncia el retorno de un pasado. Ese era el movimiento que me interesaba. Los aymarás tienen una canción maravillosa que se llama Ukax Jacha Uru (aquel gran día), y en ella se habla de esta esperanza. 

Política y literatura
En 2013 Piñeiro publicó su primer libro de cuentos, “Serenata cósmica”. Tres años antes había salido al mercado editorial su segunda novela, Illimani Púrpura, que ya se reeditó dos veces.
El escritor boliviano sostiene en diálogo con esta gaceta cultural que como sujeto tiene “una posición política clara”, pero aclara que intenta que en su literatura no exista tal posición, “porque justamente la ficción no aguanta, me parece, este tipo de intromisiones” –dice– no sin antes insistir en que eso no significa “que no se pueda hacer una lectura política de mi obra, en especial, porque en ella se desarrollan y trabajan paradigmas que son desarrollados en el ámbito político del proceso de cambio que se está viviendo en mi país”.

Tradición e innovación
Egresado de la carrera de Literatura de la Universidad Católica de Bolivia, Piñeiro es además guionista de cine. Y ya elaboró su primer trabajo para el film “Hospital Obrero” (2009).

--Quería preguntarte acerca de cuál crees que es, en general, la actitud de los escritores de tu país ante la amplia y extendida realidad campesino-indígena de Bolivia
--Creo que existe una tradición literaria en mi país que a pesar de tener diversas propuestas estéticas y narrativas, tiene una misma mirada hacia lo más profundo del mismo, es decir, hacia lo que vos llamas su realidad campesino indígena. El castellano que se habla en La Paz está poseído en su interior por la lógica del aymara. El verdadero lenguaje es el aymara, el castellano termina siendo como una cáscara significante. Creo que esta tradición a la que me refiero va por esa línea.  Por otro lado, creo que la mayor parte de mis contemporáneos  tiene una posición clara ante esto y es justamente que quieren desembarazarse de esta tradición.

***

Este cronista se interesa por saber cómo Piñeiro cree que se combinan en su escritura, o qué papel juegan esas dos grandes tradiciones que, en principio, parecen correr por andariveles diferentes en la literatura del autor, que son la gran tradición de la literatura occidental y la ancestral cultura indígena.
Piñeiro responde que un textil andino es mucho más que una prenda de vestir. “Es un texto, un objeto espiritual, un elemento que permite tejer la vida de cada miembro de la comunidad con sus ancestros”, sostiene. Y agrega que el textil andino fue el molde que se planteó para modelar su primera novela. “No sé si lo logré”, afirma, pero asegura que muchos elementos de la estructura de Cuando Sara Chura despierte apuntan en esa dirección. “Asimismo, en los textiles andinos muchas veces se representan helicópteros o automóviles. Porque una de las mayores cualidades de la cultura andina es que puede adoptar elementos ajenos a su cultura e incorporarlos sin tensión a su universo semántico. Como tejido, la novela debía nutrirse de varios hilos, entre ellos, la tradición de la literatura universal”.


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