lunes, 21 de octubre de 2024

Althusser: Filósofo Militante (16 de octubre 1918-- 22 de octubre 1990)



“Toda filosofía consiste en el trazado de una línea de demarcación fundamental mediante la cual rechaza nociones ideológicas de las filosofías que representan la tendencia opuesta a la suya”

Louis AlthusserLenin y la filosofía.

 

 

La práctica de la filosofía es en primer lugar la asunción de una guerra filosófica. Es la producción de tesis, que en griego –aclara Althusser– quiere decir posición.

 

“Lenin define entonces la esencia última de la práctica filosófica como una intervención en el dominio teórico… trazado de una línea de demarcación…”, comenta Althusser en Lenin y la filosofía. Y agrega que la “toma de partido en filosofía” no es tanto una consigna sino un concepto: el que permite asumir que la filosofía “representa la política en el terreno de la teoría”. Entonces, el marxismo no es tanto una nueva filosofía sino una práctica (nueva) de la ella. De allí que Althusser subraye: “esta nueva práctica de la filosofía puede transformarla” y, por añadidura, puede ayudar (en su medida) a “la transformación del mundo”

 

Pero las posiciones nunca son fijas, sino dinámicas. “No hay filosofía que sea absolutamente pura. Lo que hay son tendencias” (Filosofía y marxismo). Estas tendencias (antagónicas, como en toda guerra), siempre están en lucha. Por eso una tesis se plantea siempre contra otra tesis, o en defensa de una nueva. “Por tesis entiendo, como todos, las tomas de posición filosóficas” (Lenin y la filosofía). Y también: “la filosofía no es más que lucha de tendencias”.

 

De allí que la filosofía “trabaje” categorías capaces de unificar “el conjunto de las ideologías y de las prácticas correspondientes” (Filosofía y marxismo)

 

La guerra filosófica, entonces, nunca puede reducirse a un enfrentamiento entre individuos (los filósofos), ya que es un enfrentamiento entre posiciones filosóficas, es decir, entre estrategias filosóficas que se disputan, en las grandes coyunturas culturales y políticas, la hegemonía filosófica en tal o cual país o continente, incluso —desde que el planeta se convirtió prácticamente en una sola totalidad— en el mundo entero (Filosofía y marxismo).

 

Pero de nuevo: el enfrentamiento entre posiciones filosóficas siempre es tendencial. Por eso Althusser remarca: “toda filosofía no es más que la realización —más o menos acabada— de una de las dos tendencias antagónicas: la idealista o la materialista. Y en cada filosofía se realiza no la tendencia sino la contradicción antagónica entre ambas tendencias” (Filosofía y marxismo)

 

Ahora bien, si la filosofía “trabaja” con categorías capaces de unificar “el conjunto de las ideologías y de las prácticas correspondientes”, como recientemente se afirmó, es porque jamás actúa directamente, sino que lo hace a través de la ideología, actúa “a distancia”, por la inmediación de las ideologías sobre las prácticas reales, concretas, como por ejemplo las prácticas culturales (ciencias, artes, la política, “incluso el psicoanálisis”, dice Althusser). “Y en la medida en que transforma las ideologías —que envuelven esas prácticas—, éstas podrán a su vez ser transformadas, dependiendo de las circunstancias de la realidad social”. Por eso concluye: “las tesis filosóficas provocan efectos en las prácticas sociales” (Filosofía y marxismo)

 

La filosofía es así, “en última instancia”, lucha de clases en la teoría…, plantea en El porvenir es largo, donde agrega: “en función de mi concepción del materialismo, construí todo un sistema de filosofía… de apuestas polémicas y prácticas, y de este modo me comprometería, sobre el modelo del pensamiento político que trabajaba al mismo tiempo, en una concepción polémica y práctica de la filosofía, proponiendo tesis que se oponen a otras tesis existentes… que representa en la teoría el eco del campo de la lucha de clases social, política e ideológica”.

 

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