viernes, 5 de septiembre de 2025

Marie Langer: deseo y revolución (la película)



El documental de Belén De Martino y Marcelo Haber, tiene la virtud de rescatar de cierto olvido (o de una reivindicación muy de nicho) a la figura de quien supo dejar testimonio de un posible anudamiento entre psicoanálisis, marxismo y feminismo.

 

La vi el martes en la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires, en el marco de una proyección con debate y presencia del equipo realizador y la comenté ayer en la columna semanal que hago en AM 830, en el programa “Ciudad cultural” que conduce Mario Hernández. Próximamente el film podrá verse en otros sitios, luego de su Avant premiere, la semana pasada, en el cine Gaumont.

 

Los últimos años, en Argentina, vienen siendo muy duros, con la instalación en el poder del Estado Nacional de un libertarianismo que se combina con ciertos aires de conservadurismo y autoritarismo de las extremas derechas que también proliferan en otros sitios del mundo. Pero esa avanzada tiene como telón de fondo aquello que antes y durante la pandemia mundial afloró con fuerza: los transfeminismos que pusieron en escena la importancia de la reproducción social y los cuidados de las personas con mayores fragilidades (infancias, adultos mayores, discapacitados…), los malestares que afectan nuestra salud mental y las nuevas modalidades de trabajo que, bajo el nombre de economías populares, ya no se correspondían (exclusivamente) con el empleo formal). Otros tres modos de referirse, si ustedes quieren, a la clásica tríada de marxismo- feminismo- psicoanálisis.

 

Nacida en Viena en 1910, estudio allí medicina y se formó en psicoanálisis. Luego fue miembro del Partido Comunista, junto a su compañero viajó como brigadista a España para defender la República en el marco de la Guerra Civil y luego, previo paso por Montevideo, reparó en Buenos Aires, donde fundó la Asociación Psicoanalítica Argentina y, años después, participó de su ruptura en el marco de las experiencias de Documento y Plataforma. A mediados de los setenta se exilió en México, viajó a Cuba, participó de algún que otro encuentro con Fidel Castro y cuando la década terminaba sumó su solidaridad y su experiencia al proceso revolucionario del Sandinismo triunfante en Nicaragua. Murió de cáncer en Buenos Aires, tras su regreso del exilio.

 

De todo este proceso dan cuenta numerosos testimonios en este film en el que también aparecen ciertos momentos de ficcionalización: de la figura de Mimí, de lxs realizadores. Alicia Stolkiner, Juan Carlos Volnovich, Norman Briski son algunos de los nombres que pueden verse en la película, en la que también aparecen tres de sus cuatros hijxs: Verónica, Ana y Tomás (una artista y otros dos médicos).

 

Walter Benjamin supo escribir, en sus “Tesis sobre el concepto de historia”, que ni siquiera los muertos estarían a salvo. Y aclaraba: “este enemigo no ha cesado de vencer”. Pronunciaba esas palabras en el contexto de ascenso del fascismo. Casi un siglo después, en otro contexto (pero en el que la palabra fascismo insiste como una suerte de retorno de lo reprimido de los sectores más retrógrados de la política tradicional, aunque griten con ínfulas de “lo nuevo”), no está demás reparar en la importancia de ciertos nombres, que habilitan a recuperar determinados legados emancipatorios, como el de Marie Langer.