miércoles, 5 de noviembre de 2025

Un poema de Roberto García para Osvaldo Lamborghini


 

Lamborgíada

Por Roberto García



A Paule D’Gotti, Alito Reinaldi y Bruno Crisorio

 


La fusta bajo el brazo justa

cruza el culo victimado

del cuadrúpedo 

asusta en fin 

a cualquiera

porque cualquiera

sea el género (don, hado)

puede ir en cuatro patas

solo hay que parecerlo para ser-lo

dialéctica

mente

hablado,

la sospecha de andar en cuatro

te convierte en culpable 

de cabalgatas tendidas

en la gal-opada llanura

La fusta del cabalgante

un gangster de la aristocracia

basta, con solo su amenaza, 

al caer de un momento al otro

con la furia del rayo

(como el que recibiera

el presidente Schrever que no supo

qué era hasta sentir el golpe

en el aro vacío del ser

guardado, oscuro y oloroso,

en medio de sus nalgas)

Fusta rayo raya el instante

deja vacante lo cierto

ESO mismo que resiste al cambio

salta sobre si, no se encuentra

para si y sigue 

y s'abre a l'otro

para dejar el cuarto trasero

anhelante del fustazo

ya por caer como

una promesa de carrera

Quien tiene la fusta, tiene la justa

los demás de indistinto

género no alcanzan

la voluntad general efectivamente real”

la masa en fin se in-diferencia de su

autoconciencia absolutamente

libre

y sueña el fustazo que le de-forma

también algunos pícaros 

frac-asados

sueñan tener ellos mismos

la fusta en la mano y gozan como

locos-locas cuando el lonjazo 

de piel se arranca 

tras la correa que chorrea

la sangre después de salir

de sus nalgas violadas

pensando que no sufren sino que

hacen sufrir a la caballada

que montasen, si tuviesen la fusta en la mano,

 

(pensemos que el “si” condicional

hiperventila el deseo)

pero no la tienen, porque

solo unos pocos 

(por lo tanto, si y sólo, si menos que más, 

matemática-

mente hablando)

sabe cómo amasar a la masa

y mimarla dándole 

el cuero en el culo

hasta que la ahora 

en-si-mismada

caballada devenga desbocada

brinque y patee

al desmontado jinete 

des-ha-sido de su fusta

 

no se sabe cuándo, no se sabe dónde



No hay comentarios:

Publicar un comentario