martes, 22 de julio de 2025

Amamos a Puig

El sábado fuimos con Marie a Boedo, a ver en Hasta Trilce “Cae la noche tropical”, dirigida y protagonizada por la gran Leonor Manzo, en una puesta en escena junto con Eugenia Guerti y Carolina Tejada (estoy preparando un comentario para mi columna radial en AM 830 y para La luna con gatillo, así que no quisiera extenderme ahora en esto). La cuestión es que entre la obra que fuimos a ver y que últimamente estuve leyendo mucho de y sobre Puig para el capítulo sobre “El beso de la mujer araña” que incorporé a mi libro “Literatura y revolución: ensayos argentinos”, hoy me puse a buscar algunas cosas en internet y ¡Zas!, reparo en que se conmemoran 35 años desde su partida. No lo recordaba.


Puig construye su “ficción de origen” como escritor más vinculado al séptimo arte que a las bibliotecas: en este caso, aparece ligada a la experiencia infantil de acudir al cine, casi a diario, con su madre, una farmacéutica egresada de la Universidad Nacional de La Plata donde también cursó Filosofía y Letras– que había llegado al lugar acompañando a su padre, un hombre simple dedicado al comercio.


Ese mundo infantil es el que funciona como trasfondo de sus dos primeras novelas: La traición de Rita Hayworth y Boquitas pintadas. No está de más recordar que Puig hace su debut en la literatura argentina en 1968, cuando lo publique la editorial Jorge Álvarez, tras ser rechazado por Sudamericana y “bochado” por Mario Vargas Llosa en el Concurso de la editorial Sex Barral, porque dijo el escritor peruano– se sabía muy bien cómo hablaban los personajes de Puig, pero no cómo escribía él.


Aunque allí radicaba su encantador secreto. Por eso Ricardo Piglia, en “Las tres vanguardias” plantea:

“Hacía muchos años que en la literatura argentina no se encontraba un oído como el que él tenía para el ritmo del habla. Y lo sacrifica. Lo retoma recién en la última novela, “Cae la noche tropical”, en el que practica ese virtuosismo haciendo hablar a dos mujeres ancianas durante cincuenta y cinco páginas nada más que para hacer oír el murmullo de la lengua. Después empezará la narración, pero en ese primer y largo momento es como si él dijera: “ahora van a ver de lo que soy capaz…”.

 


Las fotografías, que ilustran un excelente ensayo de Martín Villagarcía sobre Puig y el Frente de Liberación Homosexual, fueron extraídas del sitio Moléculas Malucas. Debo su lectura a la recomendación de mi amiga Mabel Bellucci

lunes, 21 de julio de 2025

División Palermo (segunda temporada)


“No es con cólera, es con risa que se mata”, decía Nietzsche en su Zaratustra.

Y la frase hoy resuena con cierta intriga, ante tanto cinismo que copa los programas “periodísticos”, los streaming y la política. Pero cuando se trata de una producción artística no puede resultar más que bienvenida.


División Palermo, creada, dirigida y protagonizada por Santiago Korovsky, esta ficción audiovisual que ya en su primera temporada exponía con ácido humor todo el bestiario de la multitud contemporánea que transita por Buenos Aires (enanos, ciegos, personas trans, con problemáticas psiquiátricas, paralíticas, migrantes de países vecinos, amputados, downs…), regresó luego de dos años (¡un montón en los tiempos actuales!) y su retorno vino recargado, acorde al cambio de contexto, no sólo político-institucional, sino también socio-cultural.


Si en 2023 se eludía la cultura progresista de la cancelación abordando con humor a todas aquellas personas integrantes de “minorías” que se salían de la “norma mayoritaria” que rige nuestras sociedades, en 2025 el gesto se sostiene y se duplica, poniendo en el blanco, también, a figuras de las extremas derechas (Carolina Pozzo, en el papel de la ministra de Seguridad Valeria Lois, tiene obvias coincidencias con Patricia Bullrich). Y a quienes miramos la saga, puesto que no hay condescendencias del tipo “la sociedad víctima de la reacción”, puesto que, como tan bien señalaron Deleuze y Guattari (1972), retomando la línea freudo-marxista abierta por Wilhem Reich (1933), “las masas también desearon el fascismo” y todes nosotres cultivamos y mimamos esas moléculas de microfascismo que nos habitan y constituyen.


A los papeles fundamentales de Pilar Gamboa (Sofía Vega, la guardia urbana en silla de ruedas que aquí contribuye a sortear el tabú frente a la sexualidad disca), Daniel Hendler y el propio Korovsky, esta segunda temporada suma, entre otres, a unos no menos fundamentales actores y actrices de renombre, como Juan Minujín, Alejandra Flechner, Martín Piroyansky e Inés Efron. En el camino se quedó Nilda Sindaco (“Bety”), la actriz que Korovsky conoció internada en el Hospital Moyano y logró que pasara de un neuropsiquiátrico a las pantallas de Netflix. 



sábado, 19 de julio de 2025

Sobre la obra de teatro "El debate" (Tosco- Rucci)

Tosco- Rucci: teoría estética de los dos angelitos

 

Mi tío Claudio me invitó a ver “El debate”, esta obra de teatro dirigida por Manuel Gomzález Gil, protagonizada por Gabriel Rovito y Pepe Monje (en el papel del luzyfuercista cordobés y en el del Sec. Gral de la CGT), junto con Joselo Bella, Miguel Core, Sebastián Dartayete y Enrique Dumont (en el papel de los conductores –uno de ellos: ¡Gerardo Sofovich!– y camarógrafos del programa de TV en donde se llevó adelante aquella polémica).

 

En términos formales la obra no está mal. De hecho, fui a verla sin chusmear nada antes en internet ni leer ninguna crítica, así que me preguntaba como resolverían la puesta en escena para que no fuera un embole: presenciar a dos tipos discutiendo en un escenario. Y la verdad es que se resuelve bien, con ese montaje del estudio, las pausas publicitarias y cierta contextualizacion que presenta a través de uno de los camarógrafos.

 

Lo que me pareció más flojo fue el guión, la perspectiva que, al salir de la sala, comprendí mejor, al ver el folleto que dice en su contraportada: Unión Obrera Metalúrgica- Capital, con el logo de la UOM y la frase “En memoria de José Ignacio Rucci, mártir del Movimiento Obrero Argentino”.

 

“¡Bastante bien parado queda el dirigente sindical clasista y combativo ante tamaña promoción de la obra!”, pensé. Aunque me quedó el sabor amargo de ese consensualismo tan típico de estos últimos tiempos (que las derechas extremas vinieron a su modo a poner en cuestión).

 

En lugar de “dos demonios” lo que aparece aquí es una suerte de “Teoría estética de los Dos Angelitos”: se denuncia la muerte en la clandestinidad de Tosco, enfermo y perseguido por las Tres A, tanto como la ejecución de “Traviata” a manos de un comando guerrillero de la izquierda peronista. Y se destaca la capacidad de ambos de dialogar, dejando afuera el marco de enfrentamientos de proyectos irreconciliables (sobre todo el rol reaccionario de Rucci y los hechos de sangre en que estaban involucrados sus custodios).

 

Así y todo, es tremendo el contraste de contextos: el derechista Rucci parece con sus definiciones de febrero de 1973 estar situado a la izquierda de cualquier dirigente sindical de 2025.

 

Nunca está de más volver a escuchar el debate:

https://www.youtube.com/watch?v=0cs68j_yYxo

 

miércoles, 16 de julio de 2025

“Ni una palabra” de Harlan Coben

Es una serie atrapante, adictiva diría.



Un adolescente muerto, otro desaparecido, dos mujeres que se suman a la lista de fallecidos, nuevas desapariciones, pero también, las problemáticas existenciales durante la adolescencia, el vínculo padres-madres/ hijes, los consumos problemáticos, los secretos, la violencia generalizada, la explotación de mujeres, la investigación policial, la justicia, el narcotráfico, el bullying escolar, la infidelidad matrimonial… Ufff son demasiadas cosas para 6 episodios de menos de una hora cada uno.

 

Lo que más me gustó la serie fue que una de sus protagonistas (Magdalena Boczarska en el papel de Anna, la madre del joven desaparecido), practicara kendo.

 

Ambientada en Varsovia, “Hold Tight” es una de las tantas adaptaciones que Netflix realizó (entre 2018 y 2023), de alguna de los libros de Harlan Coben, autor estadounidense que ya ha vendido más de 75 millones de sus 33 novelas de misterio y suspenso.


Confieso no haber leído ninguno de los libros, así que no sé si es una cuestión que también aparece en las novelas o no, pero al menos en las series (ya vi también “Quedate en casa” y “No hables con extraños”), diría como enfaticé al inicio de estas líneas– que son atrapantes, prácticamente adictivas, porque mantienen la tensión de manera permanente. Pero a su vez son rizomáticas, en un mal sentido: las historias no paran de proliferar y a veces confunden, marean un poco.


Por otro lado, siguiendo cierta tradición de la literatura policial (incluso esa suerte de efecto más específica de los cuentos), toda la historia (todas las múltiples historias, paralelas pero que se van entretejiendo), terminan con un final un poco zonzo, o que no llega a estar a la altura de la tensión que (al ser además miniseries) logran sostener a lo largo de los capítulos anteriores, dejando esa sensación que podría expresarse en una sensilla frase: “¿ah, eso era lo que pasó?”

 

 

lunes, 14 de julio de 2025

Hiroshima Mon amour


Finalmente volví a ver la pelí

La vi junto a Marie, un día después de haber encontrado un ejemplar de “El dolor” en una de las librerías de “Usados y saldos” de la calle Corrientes por la que siempre paso; la misma en la que, semanas atrás, “apareció” entre los estantes (y ella me regaló) “El amante”, que leí con voracidad en estos días. Ambos libros de Doña Marguerite Duras, quien escribe también el guión de este film estrenado en 1959, con dirección de Alain Renais, en su debut cinematográfico.


La pasión de los cuerpos de una mujer francesa (actriz) y hombre japonés (arquitecto) en el cuarto de un hotel. Los recorridos en auto por Hiroshima, sus calles, y también las marcas del horror, la memoria de la bomba atómica a través de los restos y desechos que en un museo se pueden conservar. El fantasma de las desdichas durante una noche de copas en un bar y la historia que irrumpe en el film a través de la filmación de un film. El amor, la historia y el arte. La guerra y sus secuelas. Las apuestas por la paz, y por combatir el horror del olvido.


Excelentes actuaciones de Emmanuelle Riva y Eiji Okada, en una película relativamente corta (una hora y media) de la que me quedo con la cuidada erótica que la atraviesa de principio a fin, con el bello francés pronunciado sin atolondramientos por lxs protagonistas, siguiendo diálogos, pensamientos interiores y monólogos de un guión en el que ya se podía detectar con claridad la apuesta por un estilo.


Comparto este breve extracto de un diálogo del inicio:


--Escúchame. Como tú, conozco el olvido.

--No. No conoces el olvido.

--Como tú, estoy dotada de memoria. Conozco el olvido.

--No, no estás dotada de memoria.

--Como tú, he olvidado.

--Como tú, he deseado tener una memoria inconsolable, una memoria de sombras y piedras. He luchado por mi cuenta con todas mis fuerzas contra el horror de ya no entender, la necesidad de acordarse. Como tú he olvidado. 

jueves, 10 de julio de 2025

Fuera de temporada, film de Stéphane Brizé


“Fuera de temporada” me sorprendió para bien. Me pareció un gran film: sobre la soledad, el fantasma del fracaso, la fama, la frustración, la ambición desmedida, la vocación artística, el desgano… también sobre el amor.

 

Digo me sorprendió porque fui (de yapa: ¡volver al Cine Arte, ahora “Cacodelphia”!) sin demasiadas expectativas, por algún comentario que había leído, de esas frases efectistas que daban la idea de un típico film romántico de historia del pasado que aparece en el presente. Y si bien hay algo de eso, Stéphane Brizé, su director (y guionista junto a Marie Drucker), logran llevar esas casi dos horas que dura esta película francesa hacia zonas que se salen del lugar común.

 

Lxs protagonistas son Guillaume Canet y la actriz italiana Alba Rohrwacher (sí, la Lenú de la madurez de “Mi amiga brillante”, de Elena Ferrante).

 

Él, en el papel de Mathieu, un reconocido actor de cine que abandona el proyecto de protagonizar por primera vez una obra de teatro, a semanas de su estreno, e intenta refugiarse en el spa de un pueblo costero (intenta, puesto que las selfiels que le pide le impiden –valga la redundancia– conquistar la tranquilidad anhelada), donde lee guiones de proyectos para posibles nuevos films, mientras cruza llamados con su exitosa y siempre ocupada mujer, dedicada a la televisión. Hay una buena correspondencia entre paisaje desolado y cierta tristeza de los personajes.

 

Ella interpreta el papel de Alice, una mujer casada y con una hija adolescente, dedicada a dar clases de piano en aquel pueblo en el que vive junto a su familia, quien lo contacta tras casi dos décadas sin verlo.

 

Ambos vivieron en el pasado una fuerte relación de amor y el encuentro tiene una mezcla de nostalgia (por lo que no fue) y alegría (por el reencuentro).

 

Uno de los momentos más logrados del film, sin embargo, pasa por una lateralidad a la historia central, y es cuando se la muestra a Alice (y ella abre ese mundo a Mathieu), vinculada a una señora mayor, que en el tramo final de su vida puede mostrar (mostrarse), realmente quien es, y buscar, en compañía, cierta felicidad (o como la quieran llamar) para transitar los días que le quedan, y no privarse de festejar.

 

 

martes, 8 de julio de 2025

El amante de Duras

¡Ufff, que tremendo libro es “El amante”!



Una muchachita vietnamita de 15 años y su amante, un hombre chino, adinerado, de 26. ¿Suena siniestro? Y eso que ese es el “lado amable de la historia”. El otro que cuenta es el de una neurus familiar sin límites: un padre ausente, un hermano menor que muere muy joven, un hermano mayor tirano, una madre cruel, muy cruel.

¡Duras es Lo-más! (de Zamora)… El primer acercamiento que tuve a su obra fue hace años (décadas ya), cuando a través de mi gran amigo Cacho, vi “Hiroshima mon amour”, el film con el que debutó el gran Alain Resnais en 1959, con guión de Marguerite (¡que ganas de verlo otra vez!). Años después, en la Sala Lugones del Teatro San Martín vi, en uno de esos maravillosos ciclos de cine que suele haber allí, otra peli con guión suyo: “India Song” (de esa no recuerdo mucho).

El año pasado, buscando nuevos materiales para el Taller Escrituras sintomáticas”, me topé con “Escribir”, y quedé fascinado con ese breve ensayo narrativo. Al poco tiempo Marie Guzzo me regaló el breve y bello “Nada más” y el otro día, caminando y recorriendo librerías por la calle Corrientes, encontré esta hermosa edición y me leí este libro como quien devora algo que no puede dejar de ingerir. Vi que también hay una versión cinematográfica, pero me da miedo verla, no quiero decepcionarme con esta historia que en versión literaria llega a su punto de perfección.

La semana que viene intentaré comentarlo en “La Biblioteca”, la columna quincenal que hago los miércoles en AM 830 en uno de los programas del amigo Mario Hernández. Mientras comparto estas líneas:

Nunca buenos días, buenas tardes, buen año. Nunca gracias. Nunca una palabra. Nunca la necesidad de pronunciar una palabra. Todo permanece mudo, lejano, es una familia pétrea, petrificada, en una espesura sin acceso alguno. Cada día intentamos matarnos, matar. No solo no se habla, sino que tampoco se mira... La palabra conversación está proscripta… Toda comunidad, sea familiar o de otra índole, nos resulta odiosa, degradante. Estamos unidos en una vergüenza de principio por tener que vivir la vida”.

 

PH: bar Nica, a la vuelta de Plaza de Mayo 

lunes, 7 de julio de 2025

La subjetividad en riesgo

“EXTREMAS DERECHAS, FILOSOFÍA Y EMANCIPACIÓN”

 


¿Qué puede un cuerpo precarizado por el pluriempleo y los bajos salarios? ¿Qué puede un pueblo socialmente avasallado y políticamente desorientado? ¿Es posible sostener un combate abierto, ya no sólo contra las injusticias que producen sufrimiento en nuestras vidas, sino también contra la resignación que conduce al ensimismamiento de nuestras experiencias singulares y colectivas?

En este ciclo de encuentros nos proponemos recuperar, para la disputa anímica y la politización del malestar, un conjunto de lecturas contemporáneas y de experiencias de nuestro pasado reciente: de Alain Badiou al Movimiento piquetero, de las Madres de Plaza de Mayo a Mark Fisher, de Franco Bifo Berardi al movimiento feminista, de Silvia Federici a las economías populares, de los alzamientos y rebeliones populares latinoamericanas a Suely Rolnik, de Ignacio Lewkowicz al ascenso de las extremas derechas.

Trazar una genealogía y cartografiar la actualidad de la producción teórica contestaria y los procesos de lucha que buscan reintroducir la dimensión de la resistencia y la dignidad en nuestras maltratadas existencias contemporáneas es parte del desafío.

 

Actividad virtual arancelada- Frecuencia quincenal.

Miércoles de 19 a 21 (hora argentina)

 

Duración: dos meses

Inicio: 16 de julio

Coordinación: Mariano Pacheco*

Consultas: institutoplebeyo@gmail.com


LECTURAS:

 

1.IMPOTENCIA/ DESORIENTACIÓN

 BIFO: “La era de la impotencia” (en Futurabilidad)

BADIOU: “Dos ejemplos llamativos de desorientación” y “La obsesión negativa: de la diferencia radical”

 LEWKOWICZ: “Desgarro, fragmentación, desligadura”

 

2-FEMINISMOS Y POLÍTICAS DEL COMÚN

FEDERICI: “La lucha de las mujeres y la producción de los comunes urbanos” (en Reencantar mundo) y “La política de los cuerpos en la revuelta feminista”; “El cuerpo en la crisis reproductiva actual” y “Rehacer nuestros cuerpos, ¿rehacer el mundo?” (en Ir más allá de la piel)

 BADIOU: “Una desorientación singular: el feminismo contemporáneo”

 

3- DISPUTA ANÍMICA Y POLITIZACIÓN DEL MALESTAR

FISHER: “La privatización del estrés” (en Realismo capitalista) y “La lenta cancelación del futuro” (en Los fantasmas de mi vida)

ROLNIK: “Diez sugerencias para una incesante descolonización del inconsciente” (en Esferas de la insurrección)

LEWKOWICZ: “Habitar, desacelerar, suspender”

 

4. UN COMUNISMO DEL SIGLO XXI

BADIOU: “La idea de comunismo”

FEDERICI: “Del comunismo a los comunes. Una perspectiva feminista”

LEWKOWICZ: “La política, un placer olvidado”

 

domingo, 6 de julio de 2025

No hables con extraños (The Stranger)



La miniserie británica de 8 capítulos que, tardíamente, descubrí en Netflix, tiene un final medio pedorro, pero en contraparte posee la gran virtud de atraparte con casa episodio (y eso que duran entre 45 y 50 min cada uno).

 

Una pareja de chicas jóvenes que se dedican a indagar en la web y deschavar secretos. Al principio por dinero, pero luego –al menos una de ellas— por una cuestión moral.

 

La serie es de 2020, y no tiene nada que ver con el film danés de 1995 (el año pasado se hizo una reversión norteamericana, que no vi, a diferencia de la primera), sino que está basada en la novela de Harlan Coben.

 

 Esta historia llena de secretos, pero también de sorpresas, de giros inesperados, cuenta con al menos dos destacadas actuaciones, que conforman además el pilar de las dos parejas protagonistas: Siobhan Finneran interpreta a la experimentada detective Johanna Grif, quien llevará el caso de investigaciones múltiples que presenta la historia al ramificarse (una alpaca que aparece decapitada, un joven que es internado luego de que lo encuentren desnudo e inconsciente en el bosque, donde se realizó una “fiesta muda” entre los adolescentes del pueblo; una mujer que desaparece y otra que es asesinada…) y Richard Armitage, en el papel de Adam Price, abogado que lleva el caso de una historia secundaria (un ex policía que está por ser desalojado de su histórica casa porque está por avanzar allí un proyecto inmobiliario) y, a la vez, esposo de la mujer desaparecida.

 

Lo más interesante para mí es el trasfondo de exposición de nuestras vidas contemporáneas, producto de lo esclavos que permanecemos al uso de tecnologías (teléfonos celulares, redes sociales, navegación por internet), pero también, de los crecientes simulacros con que el capitalismo puede encantarnos para virtualizar nuestras vidas, incluso cuando estamos de cuerpo presentes (en este caso, los test de embarazo, las ecografías y las “panzas” que permiten simular un embarazo). 

viernes, 4 de julio de 2025

Habitación Macbeth, de Pompeyo Audivert

Lo que puede un cuerpo sobre un escenario

 


El juego de luces y sombras, de voces y movimientos corporales, de silencios, voces y sonidos hacen de esta versión argenta del clásico de Shakespeare dirigida y actuada por Pompeyo Audivert una obra maestra.

 

En tiempos de hiperconexión y redes sociales, ni bien se ingresa al Teatro (en este caso, el Metropolitan situado en la emblemática calle Corrientes al 1300), se solicita al público presente no sólo que silencien o apaguen sus teléfonos celulares (como se acostumbra a hacer en cualquier sala, de cine o de teatro), sino que también se aclara que no puede filmarse ni sacarse fotos.

 

En la época de la tiranía del yo, vemos a este artista disolver esa ilusión de una unidad en una multiplicidad de personajes, que se alternan unos a otros en cuestión de segundos, con sus voces y posiciones físicas específicas y bien diferenciadas: las brujas Fatídicas, Macbeth, Lady Macbeth y Banquo, entre otros (siete en total). Fundamental, asimismo, el cruce con Becket.

 

El escritor italiano Ítalo Calvino, supo decir que un clásico literario era toda aquella producción que nunca termina de decir lo que tiene para decir. Y vaya si con Shakespeare pasa esto.

 

En este caso, además, con una tremenda y escueta puesta en escena: un espejo, el marco de un cuadro y un vestuario que se reduce a una bata, unas medias y un par de zapatos para el actor, un banco y un micrófono para el cellista, Claudio Peña, pieza fundamental del rompecabezas teatral que logra romper cabezas.

 

Juego de máscaras, relaciones de fuerzas, entramados de poder, potencias ficticias que actúan sobre lo real, la locura y la muerte, las resurrecciones.

Una obra que surge en pandemia y que, como comentó el propio actor y director, busca trabajar, lo que habita un cuerpo en una habitación.

 

Los espectadores entramos en esa dimensión poética, teatral, imaginaria. “El tema es tener confianza en que esas fuerzas teatrales puras siguen existiendo, que no han sido disipadas por toda la maquinaria más capitalista que ha podido desembarcar en el teatro sus propias formas de producción más autorreproductivas”, dice Audivert en una entrevista para la revista Crisis.

 

Impresionante. Demoré en verla... Si no lo hicieron aún: ¡no se la pierdan!

jueves, 3 de julio de 2025

Un día como hoy nacía Franz Kafka



Ser escritor, para Kafka quiere, decir escribir en esas condiciones (sin cortes, sin interrupciones, aislado de todo), escribe Ricardo Piglia en “El último lector”, donde también agrega:

 

Hoy se conmemora un nuevo aniversario del nacimiento de uno de los escritores fundamentales del siglo (XX), del que han escrito pensadores de la talla de Benjamin, Adorno, Derrida, Deleuze y Guattari (entre otros).

 

Ayer estuvimos trabajando sobre sus “Diarios” en el Taller “Escrituras sintomáticas y modos de vida" y hoy hice una editorial en AM 830, recuperando aquello que Piglia plantea en su novela “Respiración artificial” sobre el encuentro entre Frantz y Adolf, en 1909, cuando aún no es el Hitler que todos conocemos, para pensar desde allí la coyuntura argentina actual, la figura payasesca de Javier Milei de la que a veces nos reímos y la advertencia de no tomar con tanto cinismo lo que sucede.

 

Escribe Piglia:

 

El hombre que sabe oír por debajo del murmullo incesante de las víctimas las palabras que anuncian otro tipo de verdad… la utopía atroz de un mundo convertido en una inmensa colonia penitenciaria. La máquina del mal que graba su mensaje es la carne de las víctimas. Las palabras preparan el camino, son precursoras de los actos venideros, la chispa de los incendios futuros.

 

Kafka supo ver hasta en el detalle más preciso cómo se acumulaba el horror. Esa novela presenta en un modo alucinante el modelo clásico del Estado convertido en instrumento de terror. Describe la maquinaria anónima de un mundo donde todos pueden ser acusados y culpables, la siniestra inseguridad que el totalitarismo insinúa en la vida de los hombres, el aburrimiento sin rostro de los asesinos, el sadismo furtivo. Desde que Kafka escribió ese libro, el golpe nocturno ha llegado a innumerables puertas y el nombre de los que fueron arrastrados a morir como un perro, igual que Joseph K., es Legión. Kafka, Renzi, dijo Tardewski, sabía oír. Estaba atento al murmullo enfermizo de la historia.

 

 

 

 

 

miércoles, 2 de julio de 2025

“Historias Marginales”, de Luis Sepúlveda



“La certeza de que la palabra escrita es el mayor e invulnerable de los refugios, porque sus piedras están unidas por la amarga masa de la memoria”, escribe Luis Sepúlveda en “Historias Marginales”, este conjunto de relatos publicados por Seix Barral en 2001.

 

“Un hombre que se detiene a la orilla del río, que respira hondamente y sonríe al reconocer los aromas que viajan en el aire”. El autor dice no conocerlo, pero sí saber que ese hombre es su hermano.

 

Como un hermano consideraba este escritor chileno al argentino Osvaldo Soriano, “un santo protector”, incluso, llegó a decir. “Mis perdedores son hermanos de los hermosos perdedores de Soriano”.

 

El dramático reclamo de “yo estuve aquí y nadie contará mi historia” lo llevaron a caminar, a buscar y a encontrar sin ningún indicio mucho de lo que aparece luego en este libro. en el que se pregunta cuál es el sereno misterio que delimita el espacio entre las tiernas preguntas de la vida y la definitiva respuesta de la muerte.

 

Sepúlveda vivió protagonismos políticos junto a su pueblo, hasta 1973, cuando el golpe de Estado de Pinochet contra el gobierno socialista de Salvador Allende lo llevaron por el largo peregrinar del exilio, previa detención, arresto domiciliario y fuga. En su andar pasó por Buenos Aires, Uruguay, Brasil, Paraguay, hasta que se quedó en Quito, Ecuador. Más tarde se unió a la brigada internacional Simón Bolívar junto al Frente Sandinista de Liberación Nacional en Nicaragua. Finalmente viajó a Hamburgo (Alemania) y en los noventa se instaló en Gijón (España), donde fundó el Salón del Libro Iberoamericano. Falleció el 16 de abril de 2020 en Oviedo (España), tras permanecer dos meses internado con una neumonía asociada al coronavirus,

 

Dejó una obra narrativa no siempre valorada en su justa dimensión. Como este libro de 35 relatos, que es una muestra de esa capacidad que tiene la pluma exquisita como la de él a la hora de dar cuenta de historias profundas en breves palabras.

 

“Me dedico al oficio más antiguo del mundo” –dijo alguna vez–: el de contar historias”. En esta oportunidad, la de tantos que no salieron nunca en los noticieros, que no tienen biografías, sino un “olvidadizo paso por las calles de la vida”.