Es una serie atrapante, adictiva diría.
Un
adolescente muerto, otro desaparecido, dos mujeres que se suman a la lista de
fallecidos, nuevas desapariciones, pero también, las problemáticas
existenciales durante la adolescencia, el vínculo padres-madres/ hijes, los
consumos problemáticos, los secretos, la violencia generalizada, la explotación
de mujeres, la investigación policial, la justicia, el narcotráfico, el bullying
escolar, la infidelidad matrimonial… Ufff son demasiadas cosas para 6 episodios
de menos de una hora cada uno.
Lo que
más me gustó la serie fue que una de sus protagonistas (Magdalena Boczarska en
el papel de Anna, la madre del joven desaparecido), practicara kendo.
Ambientada
en Varsovia, “Hold Tight” es una de las tantas adaptaciones que Netflix realizó
(entre 2018 y 2023), de alguna de los libros de Harlan Coben, autor
estadounidense que ya ha vendido más de 75 millones de sus 33 novelas de
misterio y suspenso.
Confieso no haber leído ninguno de los libros, así que no sé si es una cuestión que también aparece en las novelas o no, pero al menos en las series (ya vi también “Quedate en casa” y “No hables con extraños”), diría –como enfaticé al inicio de estas líneas– que son atrapantes, prácticamente adictivas, porque mantienen la tensión de manera permanente. Pero a su vez son rizomáticas, en un mal sentido: las historias no paran de proliferar y a veces confunden, marean un poco.
Por otro lado, siguiendo cierta tradición de la literatura policial (incluso esa suerte de efecto más específica de los cuentos), toda la historia (todas las múltiples historias, paralelas pero que se van entretejiendo), terminan con un final un poco zonzo, o que no llega a estar a la altura de la tensión que (al ser además miniseries) logran sostener a lo largo de los capítulos anteriores, dejando esa sensación que podría expresarse en una sensilla frase: “¿ah, eso era lo que pasó?”
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