Finalmente volví a ver la pelí
La vi junto a Marie, un día después de haber encontrado un ejemplar de “El dolor” en una de las librerías de “Usados y saldos” de la calle Corrientes por la que siempre paso; la misma en la que, semanas atrás, “apareció” entre los estantes (y ella me regaló) “El amante”, que leí con voracidad en estos días. Ambos libros de Doña Marguerite Duras, quien escribe también el guión de este film estrenado en 1959, con dirección de Alain Renais, en su debut cinematográfico.
La pasión de los cuerpos de una mujer francesa (actriz) y
hombre japonés (arquitecto) en el cuarto de un hotel. Los recorridos en auto
por Hiroshima, sus calles, y también las marcas del horror, la memoria de la
bomba atómica a través de los restos y desechos que en un museo se pueden
conservar. El fantasma de las desdichas durante una noche de copas en un bar y
la historia que irrumpe en el film a través de la filmación de un film. El
amor, la historia y el arte. La guerra y sus secuelas. Las apuestas por la paz,
y por combatir el horror del olvido.
Excelentes actuaciones de Emmanuelle Riva y Eiji Okada,
en una película relativamente corta (una hora y media) de la que me quedo con la
cuidada erótica que la atraviesa de principio a fin, con el bello francés
pronunciado sin atolondramientos por lxs protagonistas, siguiendo diálogos,
pensamientos interiores y monólogos de un guión en el que ya se podía detectar
con claridad la apuesta por un estilo.
Comparto este breve extracto de un diálogo del inicio:
--Escúchame. Como tú, conozco el olvido.
--No. No conoces el olvido.
--Como tú, estoy dotada de memoria. Conozco el olvido.
--No, no estás dotada de memoria.
--Como tú, he olvidado.
--Como tú, he deseado tener una memoria inconsolable, una
memoria de sombras y piedras. He luchado por mi cuenta con todas mis fuerzas
contra el horror de ya no entender, la necesidad de acordarse. Como tú he
olvidado.
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